Tiempo

Consiguen crear un cristal del tiempo que se puede observar por el ojo humano

Lo que hasta ahora era una exótica teoría de la física se ha convertido en una realidad tangible: científicos han creado el primer cristal de tiempo visible al ojo humano, una nueva forma de la materia con prometedoras aplicaciones

Consiguen crear un cristal del tiempo que se puede observar por el ojo humano
Consiguen crear un cristal del tiempo que se puede observar por el ojo humanoImagen creada por IA para ilustrar la noticia

La seguridad del futuro podría depender de materiales cuyo movimiento sea constante, creando un patrón dinámico casi imposible de replicar. Lo que hasta ahora parecía un concepto reservado a la ciencia ficción se ha convertido en una realidad tangible gracias a un equipo de físicos que ha logrado desarrollar un material con estas características, abriendo la puerta a sistemas de autentificación mucho más complejos que cualquier holograma estático.

De hecho, la base de este avance es una forma exótica de la materia conocida como cristal de tiempo. A diferencia de los cristales convencionales, como el cuarzo o un simple grano de sal, cuya estructura atómica se repite en el espacio, los cristales de tiempo añaden una cuarta dimensión a esta simetría. Su particularidad reside en que su estructura se repite también en el tiempo, con un patrón de movimiento autónomo y periódico. Este tipo de hallazgos se enmarcan en una nueva era de la física donde los paradigmas se cuestionan constantemente, de forma similar a cómo un número mágico podría reescribir la ciencia nuclear que conocíamos hasta ahora.

En este sentido, aunque la existencia de estos cristales fue postulada teóricamente por el premio Nobel Frank Wilczek en 2012 y confirmada en laboratorios en 2016, todos los ejemplos anteriores eran microscópicos. El hito actual es haber conseguido crear el primero que es visible a simple vista, una consecución que transforma una curiosidad cuántica en un objeto observable, tal y como han publicado en Science Alert. El resultado es una hipnótica secuencia de franjas ondulantes y coloridas en perpetuo cambio.

De las pantallas de televisión al laboratorio

Asimismo, para lograr esta proeza no han sido necesarios elementos extraños, sino materiales de uso cotidiano. Los investigadores emplearon cristales líquidos, los mismos que se encuentran en las pantallas de móviles y televisores. El mecanismo se activa al iluminar un tinte fotorreactivo mezclado con el cristal, que al absorber la luz ejerce una leve pero constante presión sobre las moléculas, desencadenando un ciclo de movimiento que se repite indefinidamente.

Por otro lado, una de las cualidades más importantes de este nuevo material es su robustez. El patrón ondulatorio demuestra una notable estabilidad durante horas, manteniendo su ritmo incluso cuando varían las condiciones ambientales de luz y temperatura. Esta resistencia es lo que lo convierte en un candidato con un potencial enorme para el desarrollo de futuras aplicaciones tecnológicas, alejándolo de ser un mero experimento de laboratorio. El dominio sobre estas formas exóticas de materia es uno de los grandes retos actuales, un campo en el que también se avanza mientras los científicos están a punto de dar caza a la materia oscura con métodos igualmente sorprendentes.

En definitiva, esta investigación, cuyos resultados han sido avalados por la prestigiosa revista Nature Materials, supone un paso de gigante en la manipulación de la materia. Más allá de la lucha contra la falsificación, sus propiedades podrían ser clave para el desarrollo de nuevas tecnologías ópticas y de comunicación, demostrando que la comprensión de los principios fundamentales de la física sigue abriendo caminos antes inimaginables.