Genética
Construyen una "fábrica de sangre" en un laboratorio: una médula ósea humana
El avance abre, hecho completamente con células humanas, abre nuevas vías para tratar enfermedades sanguíneas.
Un equipo de científicos de la Universidad de Basilea y del Hospital Universitario de Basilea ha logrado un gran avance: han creado un modelo tridimensional de médula ósea compuesto exclusivamente por células humanas, sin recurrir a tejidos animales. Este sistema reproduce con fidelidad la compleja arquitectura de la médula, incluyendo hueso, vasos sanguíneos, nervios e inmunocélulas, y funciona como la “fábrica de sangre” en miniatura durante varias semanas.
La médula ósea es el lugar donde se generan nuestras células sanguíneas: glóbulos rojos, blancos, plaquetas, etc. Cuando algo falla, como en las leucemias, linfomas, o en otras enfermedades de la sangre, comprender cómo funciona este entorno es clave. Hasta ahora, muchos estudios usaban ratones u otros modelos animales, o cultivos muy básicos, que no capturan toda la complejidad del tejido humano.
El avance del equipo suizo, publicado en Stem Cell, incluye la nicho endostal, una microzona especialmente relevante para la formación de sangre y para la resistencia al tratamiento en algunos cánceres hematológicos. Al recrear esta estructura con células humanas, los científicos pueden estudiar cómo interactúan las células madre hematopoyéticas con su entorno real en un laboratorio, lo que abre la puerta a una comprensión más precisa de las enfermedades de la sangre.
Este modelo 3D de médula ósea tiene un gran potencial para múltiples aplicaciones médicas. En diferentes tipos de cánceres de la sangre (leucemia, linfoma, neoplasias mieloproliferativas, etc.), permite comprobar cómo las células tumorales se comportan dentro de un entorno humano realista, se pueden desarrollar terapias más efectivas.
También actúa en casos de resistencia a los tratamientos. Algunas células cancerosas se vuelven resistentes porque el ambiente de la médula les da protección; con este modelo, se puede estudiar cómo romper esa resistencia. Otro sector en el que puede influir es el de las enfermedades de la médula ósea: por ejemplo, síndromes mielodisplásicos o fallos de médula podrían investigarse con modelos personalizados con células del propio paciente.
Lógicamente, el campo del desarrollo farmacológico será otro beneficiado: serviría para pruebas de nuevos fármacos, ensayando cómo afectan a las células sanguíneas humanas sin necesidad de depender tanto de modelos animales. Lo mismo vale para la medicina personalizada y tecnologías vinculadas al recambio celular y regeneración: podría utilizarse para estudiar cómo regenerar la médula tras tratamientos agresivos (quimioterapia o radioterapia).
De acuerdo con el comunicado de la universidad, uno de los grandes beneficios éticos y científicos es que este modelo podría reducir significativamente los experimentos con animales. Muchos estudios sobre hematopoyesis (producción de sangre) y cáncer sanguíneo dependen de ratones, pero este modelo humano aporta una alternativa más fiel a la biología real. Esto también está alineado con el principio 3R (Reemplazar, Reducir, Refinar) en investigación.
Pero, a pesar de los avances, los autores del estudio todavía señalan retos importantes. Uno de ellos tiene que ver con el tamaño: el modelo actual tiene 8 mm de diámetro por 4 mm de grosor, lo cual es bastante grande para algunas aplicaciones, al mismo tiempo, para usarlo en pruebas de fármacos y analizar muchas sustancias a la vez, será necesario desarrollar versiones más pequeñas y escalables.
Otro obstáculo tiene que ver con la personalización clínica: aunque la idea de crear médula a partir de las propias células del paciente es muy prometedora, aún faltan pasos para convertirla en una terapia real, especialmente en términos de seguridad y viabilidad a gran escala.