Jubilación

Cambios en las herencias: la vivienda pasa de legado intocable a salvavidas económico de los mayores

Un 26% de los mayores de 55 años señala que estaría dispuesto a vender o hipotecar su casa siempre que pudiera seguir utilizándola de forma vitalicia

Dos jubilados en un parque
Dos jubilados en un parquePixabay

Durante décadas, las llaves de la casa familiar se transmitían de padres a hijos casi como un ritual. Pero esta práctica está empezando a quedarse obsoleta. El encarecimiento de la vida, la expectativa de que la pensión futura no será suficiente y una actitud más vitalista de los mayores está haciendo que cada vez más españoles se plateen dejar su inmueble o inmuebles fuera de la herencia para convertirlo en un colchón económico para la vejez.

El V Barómetro del Consumidor Sénior del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE confirma el cambio. Solo el 34% de los mayores de 55 años con vivienda en propiedad prioriza dejarla como legado, seis puntos menos que el año anterior. En paralelo, un 35% admite que no descarta usar su casa para mantener o mejorar su calidad de vida, si fuera necesario.

Así, un 26% de los mayores señala que estaría dispuesto a vender o hipotecar su casa siempre que pudiera seguir utilizándola de forma vitalicia, evidenciando una transformación en el papel de la vivienda. Pero entre el interés y la acción existe un abismo. El 76% de los mayores no confía en ninguna de las fórmulas disponibles. La desconfianza y el desconocimiento son los principales frenos.

Para Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics, el cambio de mentalidad es claro: “Para los sénior, la vivienda ya no es solo un legado para las próximas generaciones, sino una herramienta que les permite ganar flexibilidad y seguridad económica en la jubilación”. Sin embargo, Fernández Palacios insiste en que la desconfianza sigue siendo uno de los principales frenos, y subraya la necesidad de más información y acompañamiento para que los mayores tomen decisiones seguras y adaptadas a sus necesidades.

Entre el 24% que sí confía en estas fórmulas y recurriría a ellas, un 12% optaría por la hipoteca inversa, que permite obtener ingresos utilizando la vivienda como garantía del préstamo sin perder su propiedad; la nuda propiedad (9%), que consiste en vender la propiedad manteniendo el derecho de residir en ella (usufructo) hasta el fallecimiento; y la vivienda inversa (7%), que permite vender el inmueble y seguir usándolo de forma vitalicia mediante el pago de un alquiler.

Aunque resulta más rentable, la parte negativa de la venta de la nuda propiedad es la pérdida de la propiedad. Lo mismo ocurre con la vivienda inversa, que permite al propietario obtener liquidez y vivir en ella de forma vitalicia pagando un alquiler pero perdiendo la propiedad. En cambio, con la hipoteca inversa, a pesar de que el cliente ofrece su vivienda como garantía del préstamo, este mantiene la propiedad y el uso hasta que fallece. De hecho, los herederos pueden elegir entre quedarse con el inmueble -liquidando la deuda pendiente- o venderlo.

Con el objetivo de dar a conocer las posibilidades que ofrece la vivienda como recurso para reforzar la seguridad económica en la jubilación, la guía “Vivienda y Pensión. Guía para monetizar la vivienda y mejorar tu pensión”, impulsada por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre, explica cómo las diferentes alternativas de monetización pueden complementar la pensión media. Para ello, clasifica las opciones en dos grupos: las que implican la transferencia en vida de la propiedad, como la venta de la nuda propiedad, la vivienda inversa o las rentas vitalicias inmobiliarias; y las que retienen la propiedad, como la hipoteca inversa o el anticipo de alquileres.