
Espacio
Detectan el 'eco fantasmal' de un cataclismo cósmico: el misterio de los anillos gigantes que nadie puede ver
Un nuevo estudio se adentra en el misterio de los Círculos de Radio Raros, unas colosales estructuras cósmicas, invisibles a los telescopios ópticos, que podrían ser las ondas de choque de una antigua actividad galáctica

El eco fantasmal de un cataclismo cósmico, ocurrido hace eones, podría ser la respuesta a uno de los misterios más recientes de la astrofísica. La hipótesis que gana más peso para explicar unas extrañas y colosales formaciones circulares en el espacio apunta a las ondas de choque expansivas que se propagan por el medio intergaláctico. El origen de tal despliegue de energía sería un estallido de actividad pasada en el agujero negro supermasivo de una galaxia, provocado por un violento festín de materia.
De hecho, estas estructuras, bautizadas como Círculos de Radio Raros (ORCs, por sus siglas en inglés) cuando se identificaron por primera vez en 2019, son un verdadero desafío para los astrónomos. Se trata de anillos gigantescos, completamente espectrales, que resultan visibles solo con radiotelescopios. Para el ojo humano, o para cualquier observatorio que trabaje en el espectro óptico, infrarrojo o de rayos X, sencillamente no existen, lo que ha dificultado enormemente el estudio de la decena de ellos que se han localizado hasta ahora.
En este sentido, una nueva investigación centrada en el objeto J0356-4216 ha aportado pistas de gran valor gracias a los datos de los observatorios ASKAP y MeerKAT. El análisis, del que se hace eco ScienceAlert, revela dos anillos con una simetría casi perfecta que se extienden a lo largo de 2,18 millones de años luz. Como en la mayoría de estos círculos, la presencia de una galaxia en su epicentro refuerza la idea de que el evento que los originó tuvo lugar allí.
El desafío de confirmar un hallazgo astronómico
No obstante, hay que tomar estos resultados con la debida cautela profesional. El estudio sobre este círculo de radio en particular aún no ha sido sometida a la revisión por pares, el riguroso proceso mediante el cual la comunidad científica internacional valida de forma independiente los nuevos descubrimientos antes de darlos por definitivos. Por tanto, aunque los datos son prometedores, su condición actual es preliminar.
Con todo, cada nueva observación representa una pieza clave en este complejo rompecabezas cósmico. Este trabajo supone un avance notable en el esfuerzo por comprender estas enigmáticas formaciones, acercando a los expertos a descifrar el origen de unas estructuras que recuerdan lo mucho que queda por descubrir más allá de las fronteras de nuestro planeta.
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