Cargando...

Neurociencia

Encuentran el "interruptor" de la empatía en el cerebro y esto es lo que sucedió al apagarlo

Un estudio de la Universidad de Kobe ha logrado inhibir neuronas que median los comportamientos empáticos en ratones

Empatía en los niños Vlada Karpovich

Imagina poder encender y apagar la empatía a voluntad. Podríamos decir que ya es posible, aunque con bastante letra pequeña. En primer lugar: llegas tarde. Científicos de la Universidad de Kobe, en Japón, lo han conseguido editando genéticamente embriones, por lo que, si estás leyendo esto, ya eres demasiado mayor. En segundo lugar: no eres de la especie adecuada. Los embriones editados no eran humanos, sino murinos (de ratón). Y, una vez más: si estás leyendo esto, lo más probable es que no seas un ratón. No obstante, los expertos de este estudio no buscaban controlar tu interruptor de la empatía para modularlo la próxima vez que sufras por desgracias ajenas.

La investigación, que acaba de ser publicada en la revista científica Cell Reportsbusca comprender el sustrato neurológico en el que se fundamental la empatía para, así, entender por qué podría estar alterada en algunos individuos. En este caso, los científicos del estudio tenían en mente el caso de algunas personas con trastorno del espectro autista y esquizofrenia donde, tal vez, no siempre captan las pistas que disparan los comportamientos empáticos de otros individuos. Por ejemplo: consolar a una persona que muestra en estado de estrés.

No todos

Antes de continuar es importante subrayar sintagmas como “algunas personas”, “tal vez” o “no siempre” que hemos usado en el párrafo anteriores para transmitir que no todas las personas con esquizofrenia o trastorno del espectro autista cumplen esta característica, ni mucho menos, pero que sí parecen estar más presentes que en otros colectivos.

El neurocientífico Takumi Toru, de la Universidad de Kobe, y su equipo determinaron que un tipo de neurona actúa como interruptor para controlar el comportamiento empático en el cerebro de los ratones, modulando la preferencia por objetivos sociales y, de este modo, influyendo en la toma de decisiones sociales. Universidad de Kobe, creado con material de Brennan Burling vía Unsplash, Understanding Animal Research, National Institutes of HealthEurekalert

Interneuronas interruptoras

“Anteriormente identificamos en ratones un grupo de neuronas activas durante la interacción social y ahora queríamos aclarar el papel de un tipo específico de célula moduladora de señales, las llamadas ‘interneuronas PV’, de cuya presencia teníamos constancia”, explica el coautor del estudio y neurocientífico Takumi Toru, de la Universidad de Kobe. Esas neuronas son las que actuarían como interruptores y, cuando están activas, median algo más que la búsqueda de interacciones sociales. Como decía Takumi, ya conocíamos neuronas implicadas en las interacciones sociales, estas que acaban de identificar parecen priorizar unas interacciones sociales sobre otras: las dirigen en función de criterios que, normalmente, consideraríamos empáticos.

Y esa es la novedad, añade Takumi: “Nuestros hallazgos son los primeros en demostrar que estas células en particular actúan como un interruptor en la red de ‘células sociales’ para controlar el comportamiento empático”. Pues, aparte de identificar la actividad de estas neuronas ante determinadas decisiones sociales de los ratones, los investigadores también editaron genéticamente a algunos ejemplares para que sus interneuronas PV estuvieran inhibidas. En estos casos, los ratones modificados buscaban tanta interacción social como los no modificados, pero distribuían su tiempo por igual entre ejemplares que conocían y perfectos desconocidos. Los ratones no modificados, en cambio, tendían a buscar más la compañía de ratones con los que estaban familiarizados y, en especial, si mostraban signos de estrés. Sin embargo, cuando a los ratones con las interneuronas PV inhibidas se les presentaba frente a dos ejemplares, uno estresado y otro tranquilo, no elegían la compañía del estresado más de lo que elegían la del tranquilo.

Parece razonable pensar que, nosotros funcionamos de un modo parecido, pero, a pesar de las similitudes que existen entre nuestros cerebros de mamíferos, el estudio solo ha explorado el caso de los ratones y, por lo tanto, debemos contener nuestro impulso de generalizar. Eso será tarea de investigaciones futuras porque la meta está clara y, como indica Takumi en la nota de prensa: “Este hallazgo es un paso importante hacia la comprensión de la base neuronal de la sociabilidad humana. Se han reportado anomalías en las interneuronas PV en animales modelo y en cerebros de pacientes con trastorno del espectro autista y esquizofrenia. En el futuro, estudios comparativos adicionales entre ratones y humanos podrían conducir a nuevas estrategias de tratamiento”.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • No es sencillo definir la empatía. Saber “leer” las emociones de otra persona es empatía, pero también lo es sentirlas en carne propia y, del mismo modo, también consideramos que empatía es actuar conforme a las emociones de esa otra persona. Cuando hablamos de ella podemos referirnos a cualquiera de esos tres sentidos que, en realidad, no tienen por qué ir de la mano. En este caso, dado que los investigadores no pueden preguntarles a los ratones qué saben o qué sienten, solo pueden guiarse por sus acciones. Y, aunque parece razonable suponer que estas acciones están motivadas, en parte, por cierta comprensión de las emociones ajenas y una experiencia personal de las mismas, no hace falta aceptarlo para considerar que estamos ante un comportamiento empático.

REFERENCIAS (MLA):

  • Takumi, Toru, et al. Parvalbumin Interneurons in the Insular Cortex Control Social Familiarity and Emotion Recognition. Cell Reports, vol. 2025, no. 8, 2025, doi:10.1016/j.celrep.2025.116085.