
Evolución
¿Existen los machos alfa? Esto es lo que dice la ciencia
“En los animales, hablamos principalmente de poder, pero sabemos que también existe el prestigio”, señalan los expertos.

Hay un caso decisivo en el argumento de los macho alfa: leones. Si bien es cierto que los machos son los reyes de la selva, la realidad es que solo dominan la reproducción y la defensa ocasional, pero ahí es donde termina su poder dentro de la manada. Las hembras controlan la estructura social y la caza. Son las primeras en comer, mientras que las demás solo se quedan con las sobras. Las hembras también mantienen la salud de la manada expulsando a los individuos que ya no rinden al máximo. ¿Adiós a los machos alfa?
El concepto de macho alfa se sugirió por primera vez en 1970 para explicar la organización de los lobos en una manada. Sin embargo, el responsable de esta etiqueta, el biólogo David Mech, nunca pretendió que "macho alfa" se refiriera al único líder de una manada. En cambio, describió cómo una pareja de "macho alfa" y "hembra alfa" gobierna su grupo, toma las decisiones y tiene descendencia.
Esta idea se extendió rápidamente a otros animales sociales e incluso se integró en la cultura popular, donde ha llegado a describir una personalidad segura, asertiva y, a menudo, brusca. Sin embargo, más de 20 años después de publicar su teoría del macho alfa, Mech argumentó que observaciones posteriores demostraban que las manadas de lobos salvajes eran simplemente grupos familiares, y que la pareja alfa estaba formada únicamente por el padre y la madre.
En un video, reconoció que el término “implica que los lobos lucharon y compitieron intensamente para llegar a la cima de la manada. En realidad, la forma de llegar allí es simplemente apareándose con un miembro del sexo opuesto, produciendo un grupo de crías, que constituyen el resto de la manada, y convirtiéndose así en los líderes naturales”.
Estudios recientes también han cuestionado esta idea de los alfas en otras especies animales. Las hembras dominan exclusivamente en muchos grupos animales, incluyendo hienas, orcas y suricatas. Cualquiera de los dos sexos puede gobernar grupos de primates.
Entonces, ¿es relevante o incluso real el concepto de alfa? La ecología del comportamiento sugiere que sí, aunque quizás no exactamente como pensábamos. La mayoría de los animales sociales adoptan algún tipo de jerarquía social. Esta estructura interna define el acceso de cada individuo a diferentes recursos, como alimento, pareja y territorio, lo que ayuda al grupo a gestionar disputas y, en ocasiones, a evitar los conflictos por completo.
La naturaleza y la complejidad de estas clasificaciones pueden variar drásticamente entre especies. Las gallinas tienen una jerarquía extremadamente lineal: una sola hembra alfa reina suprema, pero todas las demás tienen una posición claramente definida en la clasificación. Otras, como la rata topo desnuda, tienen una pareja dominante: un macho y una hembra alfa que se reproducen y controlan la colonia, mientras que todos los demás miembros del grupo son aproximadamente iguales. Las especies de primates suelen tener estructuras más laxas, con múltiples jerarquías que abarcan diferentes facetas de la vida grupal.
“La mayoría de las veces, estas jerarquías de dominio se basan en la lucha y están vinculadas al poder, es decir, en torno a la prioridad de acceso a los recursos – señala un estudio liderado por Dieter Lukas, biólogo evolutivo del Instituto Max Planck -. Pero existen otros aspectos del poder: la idea de liderazgo (por ejemplo, quién determina adónde se dirige el grupo hoy o si se debe luchar contra un grupo vecino), y estos no están necesariamente vinculados a las mismas jerarquías”.
Para complicar este panorama, las clasificaciones grupales ni siquiera representan posiciones sociales permanentes. El estatus alfa se asemeja más a un puesto temporal que a una característica innata del individuo líder.
Del mismo modo, los humanos considerados machos alfa pueden dominar en situaciones sociales, pero quizá no sean la persona que ganaría en una pelea, ni la persona elegida como líder.
“En los animales, hablamos principalmente de poder, pero sabemos que también existe el prestigio – añade Lukas -. Este estatus se caracteriza por diferentes roles en la sociedad, y creo que los humanos se caracterizan por una enorme flexibilidad”.
Entonces, ¿dónde queda esto con el concepto de macho alfa? Algunos grupos sociales animales están claramente dominados por un solo macho, y en ciertas especies, incluso es posible identificar cambios fisiológicos asociados con esta elevación de estatus.
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