
Ciencia
Hallan un núcleo sólido en Marte que cambia lo que se sabía del planeta rojo
La misión Insight, lanzada en 2018, fue la primera en desplegar un sismógrafo en otro planeta

Un análisis reciente de datos recogidos por la sonda Insight de la NASA —inactiva desde 2022— ha revelado la presencia de una esfera metálica sólida de 1.200 kilómetros de diámetro en el interior de Marte. Los investigadores sostienen que se trata del núcleo interno del planeta, un hallazgo que contradice la visión predominante hasta ahora. Este descubrimiento reabre el debate sobre por qué Marte pasó de ser un mundo con agua líquida, ríos y quizá vida, a convertirse en el desierto inhóspito que es en la actualidad.
La misión Insight, lanzada en 2018, fue la primera en desplegar un sismógrafo en otro planeta. Durante cuatro años registró más de 1.000 movimientos sísmicos marcianos. Sin embargo, en 2022 sus paneles solares quedaron cubiertos de polvo por las tormentas de arena y la nave dejó de funcionar. Aun así, dejó un legado de datos fundamentales para entender el interior marciano.
Un estudio con datos reinterpretados
Hasta hace poco se pensaba que Marte, pese a ser rocoso como la Tierra, carecía de un núcleo sólido y contaba únicamente con uno líquido de hierro fundido. Pero un equipo de investigadores de China y Estados Unidos reanalizó 23 sismos detectados por la sonda, algunos de los cuales atravesaron el planeta por completo, mientras otros rebotaron en su interior.
El procedimiento recuerda al que utilizó en 1936 la sismóloga danesa Inge Lehmann, quien gracias a un terremoto en Nueva Zelanda demostró la existencia del núcleo sólido terrestre. Los resultados, publicados en la revista Nature, sugieren que Marte tiene una estructura interna muy similar a la de la Tierra, con corteza, manto, núcleo externo líquido y un núcleo interno sólido de unos 1.200 kilómetros de diámetro.
Cinco de los seis autores del estudio trabajan en instituciones científicas de China, mientras que el sexto pertenece a una institución de Estados Unidos. Ninguno forma parte del equipo oficial de la misión Insight, aunque los datos están disponibles para la comunidad científica una vez liberados.
Dudas y debates en la comunidad científica
El planteamiento genera división entre expertos. Simon Stähler, geofísico de la Escuela Politécnica Federal de Suiza y colaborador de Insight, señala: “Los datos no me convencen del todo, pero es cierto que han tenido en cuenta todos los posibles factores de error y los resultados se sostienen. Yo diría que hay un 30% de probabilidades de que esto sea cierto, lo que es más o menos igual que la existencia de un núcleo sólido en la Luna”.
El principal obstáculo es que las condiciones del núcleo marciano —altas presiones y temperaturas— hacen difícil reproducir su comportamiento en laboratorios terrestres. Aunque los experimentos con hierro sugieren que debería estar fundido, los nuevos datos apuntan a la presencia de elementos ligeros como oxígeno que podrían favorecer la cristalización. Los autores estiman que el núcleo interno marciano alcanza los 1.700 grados y que la capa externa, rica en azufre, oxígeno, carbono e hidrógeno, se mantiene en estado líquido.
Un planeta parecido pero distinto a la Tierra
Para Antonio Molina, geólogo planetario del Centro de Astrobiología (Madrid), el descubrimiento es “muy interesante”: “Este hallazgo implica que Marte se parece más a la Tierra de lo que se creía hasta ahora. Los autores proponen que el núcleo interno sólido llegaría a componer el 0,18% del radio total del planeta, cuando en la Tierra es el 0,19%. Una posible lectura es que Marte está más envejecido de lo que creíamos y ya ha empezado el proceso de cristalización de su interior. Pero ese mismo proceso de continuar activo produce actividad interna que puede implicar que Marte esté más vivo”.
El enigma sigue abierto: ¿por qué dos planetas con una estructura tan parecida han evolucionado de forma tan distinta? Según el geólogo Nicholas Schmerr, también vinculado a la misión Insight: “Los campos magnéticos [de los planetas] se producen por la rotación, el paso del calor desde el núcleo a las capas externas y las diferencias de composición del núcleo interno. La existencia de un núcleo interno sólido en Marte y el hecho de que no haya campo magnético sugiere que el mecanismo de la cristalización va muy lento, lo que le impide generar ya ese campo magnético. La cuestión está lejos de aclararse”.
La comparación con la Tierra es inevitable. La teoría de Lehmann sobre el núcleo sólido terrestre tardó décadas en confirmarse. No fue hasta la década de 1970, con sismógrafos más avanzados, cuando la comunidad científica pudo comprobarla de manera definitiva.
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