Climatología

El planeta bate 22 de los 34 marcadores que lo hacen habitable

Se trata de parámetros que miden la posibilidad de vida y casi dos tercios han sido “superados por márgenes extraordinarios”, según un estudio.

Geología
Las cifras son cada vez más evidentes...NASAEarthNASAEarth

Vivimos “en casa”, pero habitamos un sistema complejo, cambiante y que a menudo desequilibramos de forma inequívoca. Nuestro planeta no solo sostiene vida: la regula, la equilibra, la alimenta… Y para saber cómo está, los científicos utilizan lo que podríamos llamar sus “signos vitales”: variables clave que indican su salud, su estabilidad, su capacidad de seguir siendo habitable.

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El problema es que un nuevo informe, publicado en BioScience, revela que 22 de los 34 signos vitales medidos de la Tierra han alcanzado niveles récord, muchos de ellos “por márgenes extraordinarios”.

¿Qué son esos signos vitales planetarios? Así como un médico mide la tensión, la frecuencia cardíaca o la temperatura para saber si un cuerpo está sano, los climatólogos y ecólogos miden variables como la temperatura media superficial del planeta, el calor almacenado en los océanos, la pérdida de hielo polar, las emisiones de dióxido de carbono, la cobertura forestal o la pérdida de árboles por incendio entre otras.

Estas variables ayudan a diagnosticar la salud del planeta y en total son 34. El nuevo estudio señala que, de ellas, 22 están en cifras históricas: nunca habían sido tan altas. Aquí van 10 de ellas, para darnos una idea.

1) Temperatura media superficial global: 2024 fue probablemente el año más cálido en al menos 125 000 años.

2) Calor almacenado en los océanos: Los océanos registran una cantidad de energía térmica jamás medida, lo que indica acumulación de calor en el sistema.

3) Emisiones de CO₂ en atmósfera: La concentración sobrepasa las 430 ppm y continúa ascendiendo, lo que rompe vínculos históricos entre CO₂ y temperatura.

4) Pérdida de masa de hielo en Groenlandia y la Antártida: La tasa de pérdida supera los 250 Gt (gigatoneladas) al año en algunos años recientes, lo que acelera el aumento del nivel del mar.

5) Nivel global medio del mar: Se encuentra en su nivel más alto desde que hay registros satelitales, con aumentos de +4 mm al año en la última década.

6) Pérdida de cobertura arbórea por incendios: En 2023 y 2024 se registraron las mayores pérdidas forestales relacionadas con incendios desde que se llevan registros confiables.

7) Acidificación del océano: Los niveles de pH oceánico se han reducido más rápido que en cualquier periodo del Holoceno, debilitando ecosistemas marinos.

8) Frecuencia e intensidad de eventos extremos: Huracanes, olas de calor, sequías severas; la evidencia que muchos de estos fenómenos están en máximos estadísticos o fuera del rango histórico.

9) Cobertura del hielo marino ártico: La extensión mínima anual se ha reducido a valores sin precedentes: 3–4 millones de km², lo que representa pérdidas del 30-40 % respecto a 1980.

10) Contenido de calor latente en el sistema terrestre (inercia térmica global): El sistema del planeta acumula calor y no puede liberarlo a la atmósfera.

El problema es que estos signos no son independientes, están interconectados, como órganos que fallan en cadena cuando uno deja de funcionar correctamente.

Nuestros ecosistemas, nuestra agricultura, nuestros suministros de agua y aire limpio, incluso nuestras ciudades y economías, dependen de que esos parámetros permanezcan dentro de rangos tolerables. Cuando se rompen, los efectos dejan de ser teóricos y se vuelven concretos: menos cosechas, más incendios, subida del nivel del mar, pérdida de biodiversidad, inestabilidad social.

El informe no solo señala el problema, también plantea rutas de mitigación y adaptación. Entre ellas: reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, protección de los ecosistemas, transición energética y transformación de nuestros modelos de consumo. Pero la urgencia requiere actuar “rápido y a gran escala” y es la única alternativa para evitar los escenarios más graves.