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Meteorito

Te puede caer un meteorito encima, y ahora es algo confirmado por la ciencia: ya ha sucedido

Ann Hodges de Alabama marcó un hito en 1954: la primera persona documentada en la historia en ser golpeada por un meteorito

Te puede caer un meteorito encima, y ahora es algo confirmado por la ciencia: ya ha sucedido Jay Leviton / The LIFE Images Collection

La Tierra recibe a diario material cósmico; la mayor parte se desintegra en la atmósfera. La probabilidad de que un objeto de envergadura alcance la superficie terrestre, y que impacte directamente a una persona, es notablemente baja por la vasta extensión de los océanos y la escasa densidad de población. No obstante, en un singular suceso acaecido en el siglo pasado, este hecho se documentó.

En este contexto, el 30 de noviembre de 1954, Ann Hodges, una mujer de 34 años residente en Sylacauga, Alabama, se convirtió en la primera persona documentada en ser golpeada directamente por un meteorito. Hodges se encontraba descansando en el sofá de su vivienda cuando un fragmento de roca espacial perforó el techo. El objeto, tras rebotar en una radio consola, impactó en su cadera, provocándole una contusión.

Posteriormente, el impacto ocurrió a las 14:46 horas. La madre de Hodges acudió al oír el grito de su hija. Al llegar las autoridades locales, confirmaron la presencia de un agujero en el techo y encontraron la roca espacial. La señora Hodges fue trasladada al hospital debido al impacto y al nerviosismo.

Características del impacto cósmico

En cuanto a sus características, el meteorito que impactó a Ann Hodges, conocido como Sylacauga o Hodges, pesaba aproximadamente 3,86 kilogramos, según ScienceAlert. Se clasificó como una condrita, compuesta de hierro y níquel. Su antigüedad se estima en unos 4.500 millones de años, desde los orígenes del sistema solar. Los expertos sugieren que este fragmento se desprendió del asteroide 1685 Toro, un Asteroide Cercano a la Tierra.

Asimismo, tras el suceso, se localizó un segundo fragmento del meteorito a pocos kilómetros. Un agricultor, Julius Kempis McKinney, halló esta pieza mientras conducía un carro tirado por mulas. Por otro lado, Ann Hodges decidió donar el meteorito principal al Museo de Alabama para su estudio y exposición, tras un litigio sobre su propiedad.

En otro orden de cosas, este tipo de eventos, aunque inusuales, no se limitan al pasado. En junio, fragmentos de otro meteorito atravesaron el techo de una casa en McDonough, Georgia, y aterrizaron a unos 4,27 metros de un residente. Este incidente reciente evidencia que, si bien la probabilidad es muy baja, los impactos de cuerpos celestes en zonas habitadas son una posibilidad recurrente.

En resumen, la Tierra recibe más de 100 toneladas de material espacial diariamente. Aunque se estiman unas 1.800 caídas de meteoritos cada año, la mayoría pasan desapercibidas. Entre los impactos reseñables figuran el de 1992, cuando un meteorito de 11,8 kilogramos cayó sobre un automóvil en Nueva York, o el cráter del Meteorito en Arizona, de casi 1,6 kilómetros de ancho, que evidencia la capacidad de impacto de objetos mayores.

El caso de Hodges, por su singularidad de impacto directo, sigue siendo un referente en este ámbito.