Espacio
Dos astronautas suspenden una caminata espacial debido a un Blob mortal
Se trata de un organismo unicelular que a veces se utiliza para estudiar la vida en condiciones extremas. Pero en este caso fue demasiado extremo.
Esta semana, dos cosmonautas a bordo de la Estación Espacial Internacional salieron para examinar el sitio de una fuga de refrigerante, pero tuvieron que esquivar una burbuja tóxica que bloqueaba su camino. La fuga, que se detectó por primera vez a principios de este mes y que, según se informó, no era inmediatamente peligrosa, llegó con algunas complicaciones adicionales una vez que los cosmonautas, Oleg Kononeko y Nikolai Chub, pudieron observarla de cerca. Y eso les llevó a suspender su paseo espacial.
De acuerdo con la Agencia Espacial Europea, un Blob es un moho limoso “compuesto por una sola célula. Una masa sin cerebro, pero capaz de moverse, alimentarse, organizarse e incluso transmitir conocimientos a otros similares”.
El objetivo de la investigación con Blobs es estudiar la influencia de la microgravedad en el comportamiento de este tipo de organismos: ¿se comportará el organismo de manera diferente en el espacio? ¿Cómo podrían afectar la microgravedad y la radiación a su evolución?
Durante la caminata espacial, los cosmonautas detectaron una "gota" de refrigerante mortal de amoníaco, parte de la cual contaminó una de las ataduras de Kononeko. Para evitar la propagación de la peligrosa sustancia en la estación, se vio obligado a dejar la correa afuera, una medida que provocó que se quedara flotando en el espacio exterior.
Eso sí, la gota de amoníaco que provocó el problema no fue del todo inesperada. Después de cortar el suministro de refrigerante, los cosmonautas predijeron que el amoníaco residual podría haberse filtrado y haberse acumulado. En respuesta, trajeron paños adicionales para limpiar sus trajes en caso de que entraran en contacto con el refrigerante.
Más allá de su inusual encuentro, los cosmonautas también descubrieron agujeros inexplicables en los paneles que provocaron la filtración inicial. Lo extraño es que los bordes eran muy uniformes “como si hubieran sido perforados", dijo Kononeko al Control de Misión de Moscú, de acuerdo con la web Space.com. "Hay muchos de ellos. Se difunden de forma caótica".
El segmento ruso de la Estación Espacial Internacional tiene una historia peculiar de filtraciones inesperadas. En diciembre del año pasado, una nave espacial Roscosmos Soyuz atracada en la ISS comenzó a rociar incontrolablemente refrigerante al espacio.
Apenas dos meses después, en febrero, otra nave espacial de Roscosmos, denominada Progress MS-21, también comenzó a tener fugas mientras estaba atracada en el segmento ruso de la estación, lo que provocó que la nave se despresurizara en el proceso. Los incidentes, ambos ocurridos cerca de radiadores rusos, se atribuyeron a un "impacto externo" de un micrometeorito.
Esa es ciertamente una explicación plausible, pero esta última fuga, que provino de otro radiador más, un respaldo conectado al módulo de laboratorio multipropósito Nauka de Rusia, se suma a lo que algunos han argumentado que es una cantidad sospechosa de fallas mecánicas en un lapso tan corto.
En este caso, la agencia espacial rusa todavía no ha llegado a una conclusión oficial sobre qué causó esta última filtración, pero lo que está claro es que, a veces, tentar a la suerte puede traer consecuencias.
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