Espacio

Trucos para ver las Oriónidas, la lluvia de estrellas de este fin de semana

Este fin de semana es la última oportunidad para ver una de las lluvias de estrellas más espectaculares del año

Meteoro de las Oriónidas
Meteoro de las Oriónidas NASA/JPLNASA

Aunque su momento álgido ya ha pasado, todavía podemos disfrutar de una de las lluvias de estrellas más espectaculares del año. Para muchos aficionados, esta cita es más esperada que la de las Perseidas, pero sus hermanas veraniegas se han popularizado más porque la noche de agosto es más amable que la de septiembre. Quien quiera salir a escudriñar el cielo en busca de “estrellas fugaces” deberá armarse de valor y, a ser posible, unas plumas, porque las temperaturas mínimas no superarán los 15ºC en muchas partes de la península llegando, en otras, a rondar los 0ºC. Con esta amenaza térmica sobre nuestras cabezas, las Oriónidas tendrán que esgrimir buenísimos motivos para hacernos salir de nuestro edredón. Y, por suerte, los tienen. El primero es su velocidad: más de 238 mil kilómetros por hora, algo más que las Perseidas (210.000 km/h).

Las Oriónidas son un eco del famoso cometa Halley. A su paso por nuestro vecindario, los cometas dejan un rastro, como si fuera un camino de migas de pan. Cuando cada año cruzamos ese rastro que una vez dejaron, parte de él choca con nuestra atmósfera, se calienta y entra en combustión. Eso es lo que vemos cuando alzamos la vista al cielo. Fragmentos del cometa Halley ardiendo en lo alto. Algunos de estos fragmentos se soltaron en el año 1266, pero otros lo hicieron en el 1198 o en el 911. Recordemos que el cometa Halley pasa, aproximadamente, cada 76 años (volverá en el 2061 tras su última visita en el 86), pero no siempre por esta estela concreta. No obstante, hay que reconocer que su número es más modesto que el de las Perseidas. Mientras que estas alcanzan los 200 destellos cada hora, las Oriónidas son 10 veces menos frecuentes.

¿Cómo puedo verlas?

Las lluvias de estrellas son una gran forma de acercarse a la astronomía como aficionados. Son bastante espectaculares y no hace falta un gran conocimiento del cielo nocturno para disfrutar de ellas. No obstante, hay cosas que se pueden hacer para optimizar la experiencia y ver tantas como seamos capaces de cazar. Tal vez, en primer lugar, podríamos insistir en lo evidente: buscar un cielo despejado. Poco podemos hacer para desencapotar la noche, pero sí tenemos en nuestra mano desplazarnos a localidades cercanas donde se esperen cielos más menos nubosos. Del mismo modo, es buena idea buscar un lugar elevado desde el que controlar el horizonte, sin obstáculos relevantes que se interpongan entre nosotros y el horizonte. Finalmente, conviene alejarse de las ciudades y pueblos excesivamente iluminados, para lo cual, es buena idea hacerse con un mapa de la contaminación lumínica de tu zona y tratar de alejarse de las zonas más brillantes, dejándolas al lado opuesto al que estaremos observando en busca de oriónidas.

Esto último es importante, pues las oriónidas reciben su nombre precisamente por partir de un punto concreto del cielo nocturno en el que resulta encontrarse la constelación de Orión, el cazador, una de las constelaciones más visibles y espectaculares del cielo invernal. Los meteoros que iluminarán la noche irradiarán desde este punto, alejándose de él a medida que se consumen. Para encontrarlo podemos recurrir a aplicaciones gratuitas como Google Sky, que nos permitirán localizar con facilidad la constelación de Orión, en cuya dirección deberemos estar mirando cada noche. No obstante, hemos de tener cuidado y poner la aplicación en su modo nocturno, el cual restringe la luz de la pantalla a tonos rojizos. Más allá de pura estética, la luz roja cumple un papel fundamental, pues no tiene suficiente energía como para desacostumbrar a nuestros ojos a la oscuridad, permitiendo que nuestra agudeza visual permanezca afinada durante la caza de estrellas. En cualquier caso, no es difícil encontrarla a simple vista. Su rasgo más distintivo son las tres Marías, un trío de estrellas aparentemente alineado a la perfección.

Lo mejor es que no necesitamos nada más para contemplar las Oriónidas, tal vez un termo y algo de música, pero el resto lo pone el espacio.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Ese objeto que atraviesa la atmósfera mientras arde tiene un nombre concreto se llama meteoro, o bólido si es realmente brillante. Eso son las estrellas fugaces. Antes de precipitarse en nuestra atmósfera se conocen como meteoroides y, si sobreviven al descenso y llegan a la superficie terrestre, las bautizamos como meteoros. Es importante recordar que un meteoroide es más pequeño que un asteroide, hasta 50 metros de diámetro si somos estrictos y 100 micrómetros.

REFERENCIAS (MLA):

  • NASA. “Orionids | Watch the Skies”. NASA, 2020, https://blogs.nasa.gov/Watch_the_Skies/tag/orionids/.
  • NASA. “Orionids”. NASA Science, 2020, https://science.nasa.gov/solar-system/meteors-meteorites/orionids/.