«Yo trataría mucho mejor a Sandra Gómez de lo que jamás lo hará Ribó»

Su ambición linda con la frontera de la ciudad. La suya, Valencia, es su trabajo, dice. Perdió las elecciones municipales en 2019, pero se muestra convencida de que eso no volverá a pasar. Frente a ella, «un alcalde a media jornada» y un partido socialista «secuestrado».

-En Valencia no se habla de otra cosa desde hace meses. ¿Cuál cree que será el dictamen de la comisión sobre el fraude de la EMT?

-No soy muy optimista con el partido socialista. Están amilanados y no van a ser valientes. Y me duele, porque en un caso como este deberían plantear una postura muy clara de defensa de los intereses públicos. Si consideran que con el cese del gerente y de alguna que otra persona del equipo directivo es suficiente, yo les echaré en cara el hecho de que no asuman responsabilidades políticas.

-¿Se refiere a Giuseppe Grezzi (presidente de la EMT y concejal de Movilidad) o a alguien más?

-El responsable político directo es el señor Grezzi, y luego, el alcalde.

-Al final el plan de movilidad no ha sido para tanto.

-Lo que cuesta de entender es que el partido socialista, que tiene competencias en Urbanismo y Hacienda, siga dejando en manos de Grezzi el diseño de la ciudad. Me parece increíble que Sandra Gómez (portavoz socialista y vicealcaldesa) se esté dejando llevar por Grezzi en cuestiones tan importantes como esta.

- ¿Revertirán las peatonalizaciones si llegan a la Alcaldía?

-No estoy en contra de la peatonalización, de lo que estoy en contra es de los procesos opacos en los que no se informa a los afectados.

-¿El debate sobre la ampliación del puerto es político, económico o medioambiental?

-Político. Se podría hacer compatible la sostenibilidad y la preservación del medio ambiente con el proyecto de ampliación. Compromís emplea el puerto de Valencia como bandera medioambiental y es una irresponsabilidad, porque esta infraestructura es un motor económico imprescindible para la ciudad.

-¿Cuál es la mejor fórmula para regular el alquiler?

-Hay dos medidas que deberían ponerse ya en marcha y que no está haciendo este gobierno municipal. La primera, hacer promoción de viviendas públicas. Y la otra, articular una Agencia Pública de Alquiler.

-Limpieza y seguridad siguen siendo las principales quejas de los vecinos, ¿qué falla?

-Es más que evidente que la ciudad está sucia y descuidada. Es increíble que se incremente la partida destinada a la limpieza y que la percepción del ciudadano sea de un peor servicio, lo que demuestra una falta de vigilancia en la gestión más que notable. En cuanto a la seguridad ciudadana, al gobierno del Rialto le ha cogido el toro, porque ahora comienza a ver que tiene cien efectivos menos en la calle y que les costará formar a los nuevos. Deberían haber empezado hace cinco años. Además me preocupa que haya 800 personas que viven en la calle y solo 300 plazas en albergues municipales. Es indecente e increíble que un gobierno de izquierdas tenga tan poca sensibilidad en asuntos como este.

-Usted acusa a Ribó de tratar mejor a los barrios donde tiene más votos, ¿en qué se basa?

-Estoy absolutamente convencida de que hacen la planificación de servicios municipales en función de los resultados electorales y de que destina más inversión en servicios municipales y en programación cultural en aquellos barrios en los que detectan que tienen mayor número de votantes. Lo digo y lo diré cada vez que me lo pregunten.

-¿Qué diferencias ve entre el gobierno de Joan Ribó en la anterior legislatura y este?

-La altivez del alcalde, sobre todo respecto al partido socialista, pero también con respecto a toda la corporación municipal. No puedo decirle que lo veo más o menos activo, porque, para mí, Ribó siempre ha sido un alcalde a media jornada. Lo que sí detecto es un actitud poco democrática hacia sus socios de gobierno y desde luego hacia la oposición.

-Usted le ha tendido la mano en varias ocasiones a la portavoz socialista para formar gobierno. A tenor de los últimos desencuentros de Gómez con Ribó, ¿tiene ahora más esperanzas de que le diga que sí?

-Yo trataría mucho mejor a Sandra Gómez de lo que la va a tratar nunca el señor Ribó. El partido socialista de la ciudad de Valencia está secuestrado por la posición del partido socialista en la Generalitat y la relación que tiene allí con Compromís.

-Tienen nueva sede de atención al militante en pleno centro de Valencia, ¿un cambio de estrategia, ¿en qué se equivocaron?

-Los cambios de estrategia responden a que hay un perfil distinto de persona que desarrolla el proyecto. La política ha cambiado mucho en los últimos diez años. Y entiendo que esa forma de ver la política requiere que los partidos sean absolutamente transparentes, accesibles y visibles.

-¿Cómo cree que trata el gobierno del Botànic a Valencia?

-Con desprecio. No se preocupa en absoluto de los proyectos de la ciudad, porque en cinco años no se ha conseguido poner en marcha ni un solo proyecto.

No hay giro a la derecha

-Se acusa al PP de un giro a la derecha en busca del voto perdido en favor de Vox, ¿se equivoca Pablo Casado?

-No se ha dado ese giro en absoluto. Yo me siento una persona totalmente moderada y siempre me he ubicado en un perfil de centro. Lo que está intentando hacer Pablo Casado es recuperar la confianza de todos los votantes del PP. El PP no tiene que girar hacia ningún lado; siempre ha sido el gran partido de centro derecha de este país, y lo ha sido hasta hace apenas unos años.

-¿Hay espacio para la crítica en el seno del PP?, ¿se habla de estas cosas?

-Se habla y mucho. Los resultados electorales, la pérdida de las mayorías absolutas, la pérdida de instituciones... eso conlleva en clave interna una serie de debates y reflexiones permanentes muy duras. En el PP se ha sufrido, y se ha sufrido mucho más de lo que sufrirá nunca ningún gobierno de izquierdas. La vara de medir es dispar. A nosotros no se nos tolera absolutamente nada y a los gobiernos de izquierdas, todo. No me imagino ni de lejos a Alberto Fabra en la situación de Ximo Puig con su hermano; ni a Rita Barberá con la actual situación de la EMT; o a mí o ninguno de mis compañeros en el Consell como un situación similar a la de Mónica Oltra con su exmarido. No se nos hubiera tolerado; no hubiéramos podido ni pisar las Cortes y casi nos hubiéramos tenido que marchar del país.

-Usted fue consellera de Educación, ¿qué opina del «pin parental»?

-Que no es ninguna novedad. Las autorizaciones paternas y maternas han existido siempre. No sé dónde está la novedad de este debate. Algunos partidos pretenden sacar este debate de forma populista y lo emplean para hacer política.

-¿Qué titular pondría a los próximos cuatro años del Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias?

-Pedro Sánchez acabará haciendo bueno a Zapatero. Me parece un narcisista y será un gobierno irresponsable e irrespetuoso. Y Pablo Iglesias se aprovechará de su posición política para su propio interés. La deriva de Podemos es una deriva totalmente individualista.

-El PP valenciano se encuentra en manos de una gestora, ¿para cuándo los congresos?

-Aún no hay fecha, pero el PP llegará a ese congreso con un alto consenso respecto del perfil de quienes tienen que liderar la provincia. Y posteriormente vendrán el resto de congresos, entre ellos el local, al que me presentaré. Y solo a ese (ríe).

-¿Descartamos la pugna por presidir el partido a nivel autonómico?

-Estoy en el lugar correcto en estos momentos. Sería una mala idea que dejara de ocupar la responsabilidad que tengo ahora.

-Con frecuencia se pone en cuestión la inestabilidad de Isabel Bonig para presidir el PP de la Comunitat Valenciana.

-Yo creo que Isabel hará otra legislatura como lo está haciendo ahora. Ha pasado la etapa más complicada del PPCV. Yo desde luego de Valencia ciudad no me quiero mover.