Valencia

La Policía descarta la vinculación de Celia Zafra con los estafadores del fraude la EMT

El agente que investiga los hechos asegura que la estafa pudo realizarse gracias a una complicada red de ingeniería informática y social

Giuseppe Grezzi y Josep Enric García Alemany, en la presentación de la campaña de la nueva EMT
Giuseppe Grezzi y Josep Enric García Alemany, en la presentación de la campaña de la nueva EMTlarazon

El fraude de cuatro millones de euros a la Empresa Municipal de Transporte (EMT) de Valencia se llevó a cabo mediante un estudio completo de ingeniería social e informática con el fin de captar toda la información necesaria para poder efectuar la estafa. El agente de la Policía Nacional encargado de investigar el delito informático que permitió el millonario pufo declaró ayer ante el juez de que duda de que la apertura de la cuenta corriente utilizada para realizar la estafa se creara utilizando una línea telefónica que permitiera identificar al usuario habitual de la misma, ya que generalmente para llevar a cabo este tipo de hechos, los autores suelen hacerlo usando mecanismos de enmascaramiento o anonimato.

El agente, además, cree poco probable que Celia Zafra, la ex jefa de Administración de la EMT y única despedida por el caso, esté vinculada directamente con los estafadores. Asimismo, sobre la posibilidad de haber contado con ayuda de alguien dentro de la propia empresa, asegura que no se ha investigado, ya que no lo cree probable que se haya contado con ese tipo de colaboración.

El fraude de la EMT que ha supuesto un quebranto de cuatro millones de euros a las arcas de la empresa municipal comenzó el pasado mes de septiembre cuando una funcionaria de la empresa (Zafra) recibe una comunicación de un abogado en la que le advierte de la necesidad de suscribir una cláusula de confidencialidad para la realizar una operación muy importante en China. Tras convencerla, la funcionaria recibió una comunicación, supuestamente del presidente de la EMT, diciéndole que de este asunto no podía hablar con nadie. A partir de ahí, y con la funcionaria presuntamente convencida, comienzan las transferencias que finalmente suman los cuatro millones defraudados.