Taxista: “Es domingo por la mañana todos los días”

“Es domingo por la mañana todos los días”. Es la sensación de un taxista acostumbrado, como todos sus compañeros, a recorrer las calles de València, ahora sin tráfico y sin gente, y que augura aun menos servicios con la salida de los turistas y los estudiantes de otros países que quedaban en la ciudad estos últimos días.

A modo de ejemplo, el jueves pasado, día de San José y día grande de las Fallas, solo entraron al taxi dos clientes después de permanecer dos horas esperando en su parada. Ahora se funciona por radioemisora porque el cliente prefiere no estar en la vía pública.

Juan José García ha visto rebajar sus ingresos más de la mitad, un 60 o un 70 por ciento, calcula, en una jornada de trece horas. “Mientras ha habido turistas, ha habido trabajo, pero se han ido marchando por goteo y ahora cierran los hoteles”.

La semana pasada llevó al aeropuerto de Valencia a unos turistas rusos y a una estudiante de la Universitat Politècnica de València de nacionalidad inglesa. Esto ha ocurrido mientras ha habido turistas, a partir de ahora solo quedan los desplazamientos que se hagan por cuestiones laborales o por necesidad.

Juan José García ha adaptado sus hábitos a las recomendaciones de higiene y con cada cliente desinfecta la puerta: la maneta, el pasamanos y el apoyabrazos.

En València las asociaciones de taxistas tomaron medidas para ordenar el trabajo y redujeron el servicio a la mitad, con unos 1.200 taxis circulando. A partir de ahora se plantean restringir aun más el servicio para que quien salga a trabajar, “trabaje”, con restricciones según terminaciones.