Sanidad

La consejera de Sanidad que nos suplica que nos cuidemos

Las arengas de Ana Barceló al finalizar sus ruedas de prensa van camino de convertirse en un clásico de la comunicación en tiempos de crisis sanitarias

La consellera de Sanidad de la Comunitat Valenciana, Ana Barceló
La consellera de Sanidad de la Comunitat Valenciana, Ana Barcelólarazon

El domingo 15 de marzo Ana Barceló exhalaba datos de fallecidos por coronavirus mientras inhalaba la pena de la muerte de su madre horas antes. Respirar, no olvidemos respirar, que es el resistir. Desde que empezó la pandemia, la consejera de Sanidad de la Comunitat Valenciana ha reportado la muerte de 115 compatriotas, ciudadanos a los que cada día se dirige para pedirles que se cuiden y que cuiden de los otros. Lo hace con un estilo propio, motivador sin caer en el entusiasmo; lo hace pausada y circunspecta como manda la situación; con una mirada que se evidencia cansada y preocupada por un futuro que cada día nos recuerda que es incierto. “No podemos prever el pico más alto del contagio” es una de las frases recurrentes en las atípicas ruedas de prensa en la era del covid-19.

Barceló deja muchas preguntas por responder, no porque no quiera, asegura, sino porque no dan abasto. Todos los recursos humanos y materiales se destinan a frenar la curva, así que algunos datos, “permítanme” que les diga, no son fácil de obtener. De otros asuntos no quiere hablar. No es tiempo de polémicas, insinúa con sus “no” a preguntas sobre quién ha hecho las cosas mal y por qué no las hacemos mejor. No entra ahí ni da explicaciones de por qué se tardó tanto en actuar, por qué hay déficit de equipos de protección individual (hoy ya no, ha celebrado), por qué hemos tenido que fletar aviones para ir a buscar mascarillas a China o cómo se ha permitido el brutal asalto del coronavirus a las residencias de ancianos. Cuestiones a las que tendrá que responder ella o el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, más pronto que tarde y de un modo en el que la prensa no vea limitada sus intervenciones a mensajes vía “whatsapp” que se envían una hora antes de las intervenciones.

Ana Barceló es alicantina, abogada y militante del PSPV-PSOE. También es reservada y poco mediática. Nada que ver con su antecesora, Carmen Montón, cuya presencia en los medios de comunicación era prácticamente diaria. Barceló sale poco. Desde que asumió las competencias de sanidad en 2018 sus comparecencias han sido contadas. Hasta ahora. La crisis del coronavirus la ha lanzado a la fuerza al atril sobre el que se apoya cada día para hacer balance de las bajas, al principio acompañada, ahora solamente flanqueada por su equipo de prensa, el operador de cámara y la voluntad de transmitir esperanza.

Como si de la sargenta Esterhaus de la sanidad valenciana se tratara, las arengas con las que Barceló finaliza sus ruedas de prensa van camino de convertirse en un clásico. “Mucho ánimo. Vamos a por este día y vamos a ver si nos lo comemos” ha sido la de hoy. “Cuídense, cuidémonos. Sigan con buen ánimo porque esto lo vamos a superar juntos”, dijo el viernes. “Por favor, cuídense. Prométanmelo, ¿vale?”, suplicaba el lunes. Proclamas que a base de repetir espera que calen en una sociedad confinada pero aún confiada.