Un ganadero llega a caballo a la Conselleria de Agricultura para pedir que dejen pastar a sus animales

Rubén Llata se ha montado esta mañana en su caballo y ha llegado a Valencia, desde la localidad de Tous (a 46 kilómetros de la ciudad) para reunirse con los responsables de la Conselleria de Agricultura y exigirles que le permitan mantener la parcela en este municipio en la que pastan sus animales desde hace cinco años. Llata cuenta con una concesión que finaliza el 31 de enero del próximo año, algo que sabía desde que se le concedió el terreno, aunque no presentó la documentación necesaria para renovarla.

La cuestión es que esta parcela corresponde al terreno afectado por el incendio de Cortes de Pallàs, uno de los más importantes de los últimos años en la Comunitat, y está dentro del proyecto de reforestación de este territorio, motivo por el que la Conselleria considera que los animales no pueden seguir allí.

Llata ha sido atendido esta mañana en la Conselleria por la secretaria autonómica de Transición Ecológica, Paula Tuzón, y el director general de Medi Natural, Julio Gómez. Los responsables de la Conselleria le han citado para una próxima reunión la semana que viene y le han garantizado que se encontrará otra parcela en la que puedan pastar sus caballos, “aunque no se forzará el normal funcionamiento de la administración”, han señalado desde la Conselleria.

Además, al tratarse de un elevado número de animales, no será fácil encontrar una parcela para ellos. Este ganadero de origen asturiano cuenta con más de 100 caballos en Tous, y con otra ganadería en su tierra natal con la que llega a los 300 animales.

El ganadero amenazó con instalarse en la puerta de la Conselleria, dirigida por Mireia Mollà, y llevar a cabo una huelga de hambre hasta que los responsables de la administración le facilitasen una solución. Tras la reunión mantenida hoy Llata esperará a que le sea proporcionada una nueva parcela.

Se da la circunstancia de que recientemente la Conselleria de Mollà se vio envuelta en una desagradable polémica después de que diez de los 50 burros que formaban parte de un proyecto de limpieza del monte para evitar incendios forestales, aparecieron muertos tras meses sin ser supervisados.