Medio Ambiente
Los molestos sedimentos marinos de los puertos, ¿futuro sustrato de frutales?
Actualmente, la legislación española prohíbe su uso
Aprovechar los molestos e ineficientes sedimentos que habitualmente se dragan del lecho marino de los puertos españoles y europeos para su uso como sustrato natural y ecológico en el crecimiento de cítricos y demás árboles frutales de la agricultura y las plantas ornamentales.
Este es el ambicioso objetivo del proyecto LIFE SubSed financiado por la UE con más de 1,7 millones de euros en el que, a partir de ensayos en limoneros, participa el Centro de Investigación e Innovación Agroalimentario y Agroambiental (CIAGRO-UMH) de la Universidad Miguel Hernández de Elche y la empresa de viveros Caliplant, de San Javier (Murcia), junto a varios institutos tecnológicos y empresas de Italia.
Actualmente la legislación española y comunitaria prohíben por posible contaminación el uso agrícola de estos materiales extraídos periódicamente del fondo de los puertos, en unas tareas que sirven para garantizar la navegación interna de los barcos.
Sin embargo, ahora la Comisión Europea estudia su viabilidad a partir de nuevos estudios científicos, entre los que se halla éste en el que participa activamente el campus agroalimentario de Orihuela de la UMH.
Los científicos creen que el sedimento marino es un material de “alto valor añadido” y perfectamente alternativo a los actuales sustratos comerciales: fundamentalmente la turba procedente del norte de Europa y la fibra de coco que se importa mayoritariamente de Sri Lanka, a orillas del océano Índico.
Transportar la turba y la fibra de coco supone un elevado coste económico por el precio en sí y también conlleva un alto impacto ambiental por la contaminación en forma de dióxido de carbono (CO2) que se emite durante el traslado desde sus lejanos puntos de origen.
Según la investigadora principal de la parte española, la ingeniera agrónoma del CIAGRO-UMH Pilar Legua, se trata de solucionar el grave problema de qué hacer con los sedimentos marinos extraídos de los puertos y a la vez abaratar la actividad de las explotaciones agrícolas con un nuevo material rico en nutrientes y sin perjuicio para la salud.
Para ello, es necesario un mínimo tratamiento de esos sedimentos en el mismo puerto con el uso de plantas herbáceas, tras lo cual se convierten en idóneos como sustrato de cítricos, olivos y otros frutales, así como de otros cultivos alimentarios (lechuga, laurel, albahaca y arándano) y ornamentales”.
Los investigadores han utilizado en sus ensayos con limoneros en el campus universitario de la pedanía oriolana de Desamparados tres metros cúbicos de sedimentos extraídos del puerto italiano de Livorno, cerca de Pisa, con un peso de unos 4.500 kilogramos.
En el marco de un proyecto iniciado en 2018 y que culminará el próximo septiembre, se ha analizado el comportamiento de los sedimentos en la raíz, el tronco, las hojas, los frutos y hasta el agua sobrante del drenaje de los árboles. Todo ello con el fin de determinar la hipotética peligrosidad de ese material procedente del fondo marino, sin que se haya detectado ninguna consecuencia contaminante.
“Podemos dar un uso con valor comercial a un residuo que hoy en día genera un problema ambiental a los puertos y muchos gastos para su transporte y depósito en las plantas de residuos”, según Legua, quien ha añadido que la investigación apunta que con este sedimento el árbol crece y alcanza el mismo tamaño y producción que los cultivos convencionales en el campo.
Revisado cada seis meses por un auditor de la Comisión Europea, el estudio de la UMH refleja que este sedimento marino es poco poroso y por ello debe ser parcialmente mezclado con sustrato de cultivo, normalmente el 75 y 50 por ciento de sedimento y el resto de turba, para el crecimiento óptimo de los frutales.
El trabajo respaldaría la intención de cambiar la legislación comunitaria y española para pasar a permitir el uso de este material en la agricultura, según las conclusiones preeliminares del catedrático Pablo Melgarejo, uno de los miembro de este proyecto liderado por Pilar Legua y en el que también participan Juan José Martínez, Francisca Hernández, Vicente Lidón, Rafael Martínez Font y Dámaris Núñez.
Otra de las posibles utilidades de este sedimento marino es la recuperación de suelos muy erosionados o deteriorados por la falta de agua o por desastres naturales, por ejemplo sería idóneo para recuperar las hectáreas perdidas por las fajanas de lava del volcán de la isla canaria de La Palma.
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