Dana

Aemet insiste en que la predicción del 29-O fue "magnífica" y antes de las 10 ya había aviso rojo en la zona de la dana

"Si van a caer 700 mm, 500 o 400, eso evidentemente no lo sabemos nosotros ni nadie. Lo que sabemos es que tenemos una situación de riesgo", aseguran

La jueza de la dana solicita la instrucción técnica del Es-Alert, las alertas y datos de lluvias en el Poyo
El delegado de Aemet en la Comunitat Valenciana, Jorge Tamayo, ha asegurado este miércoles que la predicción que se dio el día de la dana fue "magnífica" Europa Press

El delegado de Aemet en la Comunitat Valenciana, Jorge Tamayo, ha asegurado este miércoles que la predicción que se dio el día de la dana fue "magnífica" por parte de esta agencia estatal y que antes de las 10 horas ya estaba la zona afectada por las inundaciones en "aviso rojo".

Eso implicaba que iba a haber "problemas muy importantes" y, por lo tanto, que había que "tomar medidas", ha respondido Tamayo en rueda de prensa al ser preguntado por las declaraciones hechas este martes por el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en el Debate de política general en las que se refirió al jefe de Climatología de Aemet en la Comunitat, al que denominó "jefe de las lluvias".

"El jefe de climatología de Aemet es un magnífico profesional, que lo ha demostrado en numerosas ocasiones y siempre ha estado dispuesto a informar puntualmente y de la manera más objetiva posible de lo que hay", ha indicado Tamayo en alusión a José Ángel Núñez.

En relación a si el día de la dana "llovió cuatro veces más de lo que dijimos o no" ha señalado que ya han dicho "por activa, por pasiva y en numerosas ocasiones que cuando se da un aviso rojo se quiere decir que se va a superar un umbral acordado con Protección Civil, de más de 180 litros por metro cuadrado".

"Se supone que cuando las lluvias superen ese umbral, la situación es catastrófica o puede ser catastrófica, puede dar lugar a fenómenos muy intensos, pueden afectar de una manera muy importante a la seguridad de vidas y bienes", ha señalado Tamayo, quien ha aclarado: "Creo que todos entendemos que un umbral quiere decir que es la cantidad mínima".

A partir de ahí, ha añadido, "si tenemos por lo menos esa cantidad, vamos a tener problemas muy importantes. Eso es lo que quiere decir un aviso rojo, que va a haber problemas muy importantes y, por lo tanto, hay que tomar medidas".

"Si van a caer 700 mm, 500 o 400, eso evidentemente no lo sabemos nosotros ni nadie. Lo que sabemos es que tenemos una situación de riesgo, que es un entorno de riesgo y que por lo tanto las cantidades pueden ser muy importantes", ha subrayado.

Según Jorge Tamayo, "mucho más allá de decir que Aemet emitió los avisos que correspondían con tiempo suficiente para actuar, decir que antes de las diez de la mañana ya estaba toda la zona afectada por las inundaciones que hubo posteriormente en aviso rojo", y ha indicado que hay "muy pocos avisos rojos".

Tras señalar que no conoce las conversaciones que tuvieron los técnicos de Meteorología con los de Protección Civil, ha indicado que desde Aemet se comunicó que la situación "iba a ser muy complicada, por lo menos hasta las seis de la tarde. Eso se dijo desde la mañana con vigilancia continua, de manera que se podía modificar esa finalización como así fue, y se prolongó un poco más esa situación roja".

"La tendencia era que las precipitaciones se fueran yendo hacia al norte y el interior pero al final del día. No se dijo a las 11 de la mañana que las lluvias se iban hacia la Serranía de Cuenca, se dijo que se iba a mantener la situación en rojo en la Comunitat Valenciana, la alerta máxima, al menos hasta la seis de la tarde y, viendo la vigilancia, se vería hacia dónde evolucionaba, porque la tendencia era a hacerlo al final del día", ha explicado.

Según Tamayo, en la conversación "filtrada y manipulada, y que luego se vio completada" entre la predictora de Aemet y la técnico del 112 "se dijo claramente que a las 15 horas de la tarde empezaba lo peor y que la situación estaba muy complicada y que se iba a complicar más".

"Una predicción que, desde el punto de vista profesional, me pareció magnífica porque con lo que estaba pasando e iba a pasar, se dejó claro que no iba a afectar a la ciudad de Valencia -a unos 20 kilómetros de distancia- y que probablemente tampoco iba a afectar al aeropuerto", ha dicho.

Según Jorge Tamayo, "fue una predicción. A partir de ahí, se puede interpretar lo que se quiera, pero la realidad es muy persistente y es lo que lo que hay".