Existe un lugar paradisíaco en Alicante que se llama Raval Roig ; es un mundo aparte. Era el barrio de pescadores de la ciudad y, por tanto, está enfrente del mar y unido a la playa urbana del Postiguet por una pasarela que sobrevuela la Avenida de Juan Bautista Lafora, de mucho tráfico.

Es una zona en la que aún perviven las casas de pescadores , de planta baja, y en el que los vecinos, al atardecer y para sobrellevar el calor, sacan las sillas a la puerta de la casa para tomar el fresco y disfrutar de una buena conversación. Una estampa única e irrepetible en una ciudad como Alicante. Y además se habla valenciano .

El Raval Roig está en las faldas del Castillo de Santa Bárbara y estaba ubicado antaño extramuros de la ciudad. De ahí que siga siendo un reducto de paz, por su privilegiada situación, y el mejor sitio para ver los Castillos de Fuegos Artificiales que se disparan del 25 al 29 de junio , tras las Hogueras, las fiestas de la ciudad.

En el barrio se lamentan este año de que, como consecuencia del cambio de ubicación del disparo de los fuegos a la pasarela volada del Puerto, les hayan robado esas noches mágicas. Algo que ha ocurrido por las obras en la playa del Cocó , lugar al que los «fuegos» regresarán el próximo año , pegado al barrio.

En plena resaca de «les fogueres» , hay otra noticia que digerir para Alicante, la petición conjunta de PP y Vox a Les Corts de que la ciudad sea declarada de predominio lingüístico castellano .

Con un himno de Alicante que arranca con un « Som fills del poble », una « terreta » y unas fiestas de « fogueres » de las que sacamos pecho carece de sentido negar la identidad, tradición y cultura de la ciudad.

Pues eso, dejemos que el Raval Roig siga siendo Raval Roig, que Alicante sea también Alacant y que las dos lenguas, castellano y valenciano , convivan como hasta ahora, en amor y compañía .