Un año de la dana de Valencia
El «Ejército del agua», 14.000 personas trabajaron para reparar los daños en la zona cero
La riada dañó 890 kilómetros de la red de alcantarillado que debe ser reparada

Fue el "ejército del agua". 14.000 profesionales llegaron desde fuera de Valencia para ayudar a reparar las infraestructuras necesarias para que los municipios de la zona cero volvieran a tener agua corriente en el menor tiempo posible. Vicente Fajardo, director general de Global Omnium, estuvo 102 días participando en el Cecopi. De este organismo se ha hablado mucho del enfrentamiento que había entre los políticos que lo componían, pero poco de la labor que desempeñaron técnicos como él y de la coordinación que sí había en este ámbito. Fajardo fue el encargado de evaluar y dirigir las operaciones necesarias de lo que se denomina el ciclo integral del agua, es decir, el proceso que hace posible que al abrir un grifo salga agua y al tirar de la cadena la cisterna se llene.
En términos de suministro de agua, la devastadora riada del 29 de octubre, afectó a dos millones de personas, pues se habían producido daños en 890 kilómetros de tuberías, también había 123 depuradoras con 150 kilómetros de conducciones dañadas, se rompió el canal Júcar- Turia... Hubo que tirar de ingenio para repartir el agua que había y trabajar con rapidez para que volviese a correr por las tuberías que quedaron destrozadas.
Estos son solo algunos de los datos que permiten dar una imagen del grave problema al que se tuvo que hacer frente en los días posteriores a la dana. De entre todos, el mayor fue saber cómo actuar en el alcantarillado, un sistema sobre el que todavía se debe actuar a ciegas, pues no está digitalizado. "El alcantarillado está bajo tierra, no da rédito electoral", apunta Fajardo, y por eso, por regla general, en él se invierte lo justo, como prueba, un dato: "El 74% del alcantarillado de España tiene más de 40 años".
A una red que no se encontraba en el mejor estado posible le empezaron a llegar los lodos de las calles, de los garajes y cualquier cosa que el barro arrastraba. Además, tampoco era fácil acceder a él. Las calles estaban llenas de coches, de enseres, ni siquiera se veían con facilidad a las trapas. Solo un "ejército" podía plantar cara a esta situación y a eso se recurrió. Fajardo ya había recibido el ofrecimiento de la "patronal del agua", DAQUAS, y llegaron 7.000 fontaneros de todas partes de España para comenzar a reparar tuberías, contadores... Para que el alcantarillado pudiera volver a funcionar se movilizaron 3.000 camiones cuba autoaspirantes al día. "Fue un gran ejemplo de colaboración público-privada. En total se movilizó a más de 14.000 personas".
En un día, se llegaron a enviar 50 fontaneros a uno de los municipios afectados, la coordinación de todos ellos no era fácil, pues las comunicaciones todavía no estaban reestablecidas. Lo que más tardó en asegurarse es la potabilidad del agua.
El trabajo realizado hasta ahora ha dado sus resultados. Incluso en las últimas lluvias no ha habido demasiados problemas, "hicimos los imprescindible, pero ahora hay que hacer lo necesario", pues la red de alcantarillado no tiene la capacidad que tenía antes de la dana.
Casi un año después el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) ha publicado la resolución definitiva del Real Decreto de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente que pondrá en manos de los municipios y de las empresas del ciclo del agua un total de 437 millones para reparar los daños en las infraestructuras. El 70% de esta cantidad irá destinada al alcantarillado. Las obras se prolongarán al menos durante los tres años y servirán para reponer lo que quedó afectado. Sin embargo, aún quedará una asignatura pendiente, digitalizar el alcantarillado para poder conocer su estado y conformar redes separadas para agua residual y pluvial.