
Tradiciones
El pintoresco pueblo de Alicante que recrea el ataque por mar de piratas berberiscos del año 1538
En el acto del Desembarco han participado más de 4.000 festeros cada año

Existe en un pueblo en la costa de la provincia de Alicante que se llama La Vila Joiosa, famoso por sus pintorescas casas de colores del paseo marítimo y por sus fiestas de Moros y Cristianos. Unas fiestas que se celebran del 24 al 31 de julio en honor a la patrona, Santa Marta, y que rememoran la toma de la ciudad por parte de piratas berberiscos y su defensa por parte de los habitantes de la villa.
Se trata de unas fiestas que tienen un acto único y singular, denominado el Desembarco, o Desembarc en valenciano, y rememora la lucha entre los moros que llegaron por mar y los cristianos de la villa; una lucha que ocurrió el 29 de julio de 1538 y que en su versión actual se celebra la madrugada del 27 al 28 de julio; así las barcas de los piratas berberiscos toman la costa de La Vila Joiosa al amanecer del día 28, cuando el mar está en calma para navegar y con la luz tenue de primera hora del día.
Declaradas de Interés Turístico Internacional, ahora el Ayuntamiento de La Vila Joiosa ha tramitado el expediente que el Desembarco sea considerado Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial.
En el acto, en el que participan 4.000 festeros, las tropas moras llegadas desde lejos esperan en 25 embarcaciones en el mar la orden para poder atacar La Vila Joiosa. Un emisario moro presenta al Rey Cristiano, figura que este año ha encarnado Pedro López Morales, de la compañía Destralers, las condiciones para que no haya batalla. Algo que no sucede por lo que habrá guerra entre bandos.
En el mar, 25 barcas sarracenas protagonizan el gran espectáculo de pirotecnia, luces y sonido para representar los hechos históricos que fundamentan las fiestas patronales. Antes de la batalla, a las 3 horas, las tropas moras se dirigen al puerto para embarcar en las galeras. A las 5 horas, el ejército cristiano baja por la Costera de la Mar tras el toque de alarma y bajo la supervisión del monarca del bando de la cruz.
Ya en la arena, cerca del castillo, un campamento cristiano esperaba la llegada de las huestes sarracenas que ya se vislumbraban a lo lejos en las embarcaciones. Festeros cristianos dejan de disparar sus arcabuces para la batalla. A lo lejos, un laúd con bandera blanca llega a remo a la orilla. En ella va el Emisario moro, Rafael Hidalga, al que las tropas de la cruz le tapan los ojos al llegar a la orilla y le llevan ante el Rey Cristiano.
Tras el rechazo del Rey Cristiano ante el alegato sarraceno con el que se le pedía rendirse, el Emisario ha vuelto a embarcarse y, alzando la bandera roja, ha indicado que habrá guerra para conquistar La Vila Joiosa. Es el momento en el que las tropas moras, que esperaban en las barcas, se lanzan al agua. Al llegar a la orilla, donde no han parado de oírse el sonido de los arcabuces, han luchado con los cristianos que les aguardaban en el campamento.
Para terminar, la Embajada Mora, protagonizada por el embajador moro, José Miguel Llinares, acompañado por el Rey Moro, Eugenio Gómez Aperador y sus tropas, y el embajador cristiano, Luis García, situado en lo alto del castillo. El parlamento termina con la victoria de los moros sobre los cristianos por unas horas.
Luego en las Fiestas de Moros y Cristianos se celebrará la Reconquista y Embajada Cristiana, con la que los cristianos recuperarán el castillo y, seguidamente, todos los festeros subirán a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción para dar gracias a Santa Marta de la protección del pueblo vilero.
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