Comunidad Valenciana

Medio ambiente

Compañeras de baño inusuales: las tortugas marinas del Mediterráneo

Este verano se localizó un desove de 130 huevos en la playa de Guardamar del Segura (Alicante)

Una tortuga boba recién nacida repta hacia la playa de El Saler, en Valencia
Una tortuga boba recién nacida repta hacia la playa de El Saler, en Valencialarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@7594fd9f

El verano es una época crucial para las tortugas marinas. Desde junio hasta septiembre, ejemplares de la especie Caretta Caretta (o tortuga boba) nadan hasta las playas donde nacieron para poner sus huevos en la arena. Es una parte esencial de su proceso reproductivo, pero que le supone diferentes riesgos. Por ello, la Fundación Oceanogràfic ha organizado por tercer año la campaña “Tortugas en el Mediterráneo”, destinada a protegerlas durante la época de nidificación.

Cuando se acercan a las costas para poner los huevos, las tortugas pueden quedar enganchadas en plásticos o sacos de rafia que floten en el mar. Además, es muy importante detectar precozmente la presencia y localización de los nidos para poder custodiarlos, puesto que la tortuga boba es una especie en peligro de extinción y el índice de supervivencia de los nidos es muy bajo en las costas valencianas.

La campaña persigue concienciar a la ciudadanía y enseñarle cómo actuar en caso de avistar una tortuga, un nido, o el rastro de su presencia en las playas. Aunque suelen poner los huevos por la noche, el rastro que dejan en la arena es muy característico. “Si vemos una tortuga, no hay que acercarse ni tocarla. Es muy importante llamar al 1-1-2, y ellos avisan a la Red de Varamientos”, explica Alicia Burque, investigadora y divulgadora de la Fundación Oceanogràfic.

También es fundamental que las tortugas puedan depositar los huevos en los lugares que consideren más adecuados, y que no sean molestadas por los bañistas.

Protocolo de actuación en caso de avistar tortugas marinas en las playas
Protocolo de actuación en caso de avistar tortugas marinas en las playasOceanogràfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@7594fd9f

La Red de Varamientos -compuesta por la Fundación Oceanogràfic, la Universidad de Valencia, Conselleria y Emergencias de la Comunidad Valenciana- se encarga de atender a los animales marinos que acaban en las playas. “Las tortugas son el símbolo de la campaña porque son lo que más nos llega -explica Burque- y porque cuando otros animales más grandes como delfines o tiburones llegan a la playa, lo hacen en un estado de salud muy crítico, y no es normal que sobrevivan”.

Los animales heridos son atendidos por veterinarios de la fundación y trasladados al ARCA del mar, el hospital ubicado en las instalaciones del Oceanogràfic, donde se recuperan para ser devueltos al mar.

La campaña ha estado presente en sesenta municipios de la Comunidad Valenciana, la Región de Murcia y las Islas Baleares, y ha contado con más de 1.500 carteles explicativos sobre la forma de actuación en caso de avistar una tortuga marina con problemas. Según datos del pasado mayo, la Red de Varamientos ha posibilitado el rescate de 73 tortugas Caretta Caretta desde enero.

Una tortuga marina tras ser operada por los expertos de la Fundación Oceanogràfic
Una tortuga marina tras ser operada por los expertos de la Fundación OceanogràficLa RazónLa Razón

Qué se hace con los nidos

El foco este verano ha estado puesto sobre la playa de Guardamar del Segura (Alicante), donde se localizó un desove de 130 huevos el pasado mes de julio, el mayor de los nidos localizados en la Comunidad Valenciana en los últimos años.

“En estos casos, cogemos parte de los huevos y lo traslocamos a nuestras instalaciones para realizar la incubación e intentar maximizar su supervivencia. Además, el calentamiento global está provocando un cambio en el ratio de sexo de la población de tortugas marinas: el sexo de los reptiles lo determina la temperatura de incubación. Debido al aumento de temperatura, nacen más hembras que machos”, explica la investigadora.

Su manera de paliarlo, aunque parezca contradictorio, es generar más hembras. “La zona occidental del Mediterráneo es la más fría, y pretendemos que las hembras que estamos generando vuelvan dentro de unos años a las playas donde nacieron y pongan sus huevos en una arena fría que produce machos. Es una estrategia a medio plazo”, explica.

Después de pasar un año en el ARCA, las tortugas miden un palmo y tienen mayor resistencia a los depredadores. En ese momento son devueltas al mar.

Probablemente haya habido más desoves en nuestras playas este verano. Esta es la razón de la campaña: hemos encontrado el nido de Guardamar, pero no podemos descartar que haya habido más”, concluye Burque.

Cada caballito de mar cuenta

Este verano, además de tortugas, la fundación ha rescatado y devuelto al agua un caballito de mar de hocico largo, que se ha convertido en el primero de su especie en pasar por el ARCA.

Lo avistaron unos bañistas cerca de la costa, y miembros de la ONG Ambiens acudieron a rescatarlo y lo llevaron hasta el hospital del acuario valenciano. Tras unas semanas y una vez recuperado, miembros del personal técnico de ambas organizaciones lo devolvieron al mar.

El caballito de mar de hocico largo está incluido también en el Catálogo Español de Especies Amenazadas: en tan sólo ocho años, la población de caballitos de mar del Mar Menor se ha reducido en un 95 por ciento.