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Opinión | A través del espejo

PP y Vox, cogidos de la mano por el Consell de Mazón

Los populares han marcado sus líneas rojas a cambio de aceptar todos los postulados de Vox en la cuestión identitaria

El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, durante un intervención en Les Corts Rober SolsonaEUROPAPRESS

Al PPCV no le molesta Vox. Asumió con cierta resignación su salida del Consell dando por sentado que la aprobación de los primeros presupuestos sería compleja y sí, se aprobaron en mayo, pero teniendo en cuenta que una dana habría arrasado la provincia de Valencia cinco meses antes puede entenderse que las prioridades fueran otras.

La Conselleria de Hacienda tiene preparadas cuentas para el próximo año. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, está dispuesto a darle a lo que queda de legislatura la máxima normalidad posible. Su intención es aprobar unos presupuestos para 2026. Las prórrogas se las deja al Gobierno de Sánchez.

Para sacarlos adelante PP y Vox tendrán que sentarse a negociar. Los populares ya han puesto los límites a Vox en las resoluciones presentadas tras el Debate de Política General celebrado esta semana. Ni igualdad, ni políticas LGTBI, ni vivienda, ni inmigración. Se han rechazado las propuestas en estas materias sin que nadie haya lanzado advertencia alguna. A cambio está dispuesto a ir a por todas en la cuestión identitaria. Así se ha visto en anuncios como la reforma de los currículos que está llevando a cabo la Conselleria de Educación.

Mazón felicitó a Vox desde la tribuna de Les Corts por aparecer ya el tercer partido en las encuestas, al menos en las que él maneja. Esta posición la ocupó Compromís en las últimas elecciones autonómicas.

Esta semana, más que nunca, se ha visto que PP y Vox atraviesan un momento de máxima conexión. Cada uno hace su papel sin molestar al otro, sin forzar acuerdos imposibles que puedan poner en peligro al Gobierno de Mazón y teniendo en cuenta que comparten un enemigo común: Pedro Sánchez.

Mientras, en la izquierda, los socialistas ven cómo sus potenciales socios no acaban de encontrar su lugar y cruzan los dedos para que Compromís y Podem traten de recomponerse antes de que sea demasiado tarde.