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Ojo si te cruzas con un perro guía durante el confinamiento: aléjate

Los ciegos recuerdan que su canes esquivan obstáculos, pero no entienden de metros y la gente debe cumplir el espacio de seguridad por el coronavirus

Un invidente en un supermercado con su perro
Un invidente en un supermercado con su perrolarazonONCE

Las recomendaciones por el COVID-19 para poder sobrevivir al estado de alarma, entre ellas mantener una distancia de seguridad de dos metros, es especialmente difícil para las personas ciegas. Los perros guías están entrenados para sortear y esquivar todo tipo de obstáculos o personas, pero no entienden nada ni de dos metros ni de ninguno. Por eso las organizaciones de apoyo a las personas ciegas, como la ONCE en España, o la Escola de Cães-guia para Cegos en Portugal, piden a las personas que no se acerquen " Es la gente la que tiene que tratar de guardar esa distancia con una persona ciega, tenga perro o tenga bastón", indica a LA RAZÓN, María Jesús Varela, directora de la Fundación ONCE del Perro Guía.

“Esta situación de las distancia no les afecta solo a los usuarios de perros guías, les afecta también a las personas ciegas que vamos con la calle con un bastón, nosotros también tenemos que ir a comprar a un supermercado, a una farmacia, y el del perro tiene que sacarlo, a lo mejor se ve más el del perro que el del bastón, pero nos afecta a todos”, matiza Varela.

Es la gente la que tiene que tratar de guardar esa distancia con una persona ciega, tenga perro o tenga bastón. Porque nosotros, ni con perro ni con bastón, podemos mantener esa distancia. Si una personas va caminando lo normal es que no nos demos cuenta y no nos vamos a poder alejar, es imposible, es ella es la que se debe alejar”, indica la directora.

Por su parte desde la Escola de Cães-guia para Cegos en Portugal han elaborado un cartel que han difundido por las redes sociales en el que, ante la situación provocada por el coronavirus, piden a la población que se aleje cuando vea a un ciego con su perro, ya que el animal no está adiestrado para alejarse.

“Los perros guía para ciegos están entrenados para guiar a sus usuarios en muchas situaciones diferenciadas en el día a día. Pero como deben entender, no reconocen el distanciamiento social de seguridad, impuesto recientemente como medida de precaución. Por eso pedimos su ayuda: si se cruzan con un perro guía y su usuario durante este tiempo atípico, por favor alejen y mantengan ustedes la distancia de seguridad, porque el perro guía no podrá hacerlo”, indican en sus mensajes en las redes sociales.

Además, ya no es solo que una persona ciega tenga que ir a comprar en estos días de cuarentena y lo haga como normalmente con su perro, sino que los casi 1.100 perros guías de la ONCE que hay en estos momentos trabajando repartidos por la geografía de nuestro país también necesitan salir a la calle, como cualquier otro perro, y muchos viven solos con sus dueños.

Para ellos es imposible separarse dos metros de otras personas, aunque las esquivan, por lo que significa un riesgo de contagio de coronavirus para su dueño. “El mensaje es que, tanto sea con perro guía o con bastón, si ves una persona ciega por la calle, por favor, mantengamos esa distancia de seguridad sanitaria. Y que si ves que si tiene una duda de algo, que no se acerquen para nada como se hacía hasta ahora que era normal y sobre todo que en ningún momento se mantenga contacto”, indica María Jesús Varela.

Cartel que ha difundido la Escola de Cães-guia para Cegos de Portugal
Cartel que ha difundido la Escola de Cães-guia para Cegos de PortugalLa Razón

Parada la entrega de perros

Una treintena de personas con discapacidad visual podrían sufrir hasta seis meses de retraso en la entrega de perros guía a causa del estado de alarma por el coronavirus, una situación excepcional que está demorando los planes de entrenamiento de estos animales y de sus futuros dueños.

“En el primer cuatrimestre del año, en condiciones normales, habríamos entregado más de 40 perros guía a personas invidentes y a finales de abril no esperamos llegar ni a 20”, ha comentado a Efe María Jesús Varela.

Ha explicado que el estado de alerta por la pandemia de coronavirus "nos pilló en medio de un curso con ocho personas ciegas aprendiendo a adaptarse a sus perros guía y hemos tenido que interrumpir ese entrenamiento la primera semana, lo que supone un retraso tremendo".

A ello se añade la suspensión de otro curso de formación para dieciséis discapacitados visuales que se iba a celebrar en torno a Semana Santa y otra media docena mas que iban a viajar a Estados Unidos en busca de sus perros guía el mismo día que empezó el estado de alarma, es decir, que -dice Varela- hay unos 30 invidentes afectados por estos retrasos.

De momento, los perros guía pendientes de entrega continúan su formación en las instalaciones de la Fundación de la ONCE, situada en la localidad madrileña de Boadilla del Monte, donde unos 70 trabajadores -ahora algunos menos a causa del confinamiento- se ocupan de unos 200 animales.

Mientras dura la alarma, estos entrenadores y cuidadores siguen haciendo ejercicios con los perros, les enseñan a evitar obstáculos y tratan de que se habitúen al tráfico "de forma artificial" con los vehículos de la escuela, gracias a que el recinto es grande.

Sin embargo, todo eso no es suficiente y cuando el estado de alarma termine “no va a ser entregar los perros y ya está, porque antes habrá que sacarles a la calle a correr, a que se acostumbren a las aglomeraciones de gente, a coger ascensores, a subir y bajar escaleras mecánicas o a viajar en transporte público y eso es imposible hacerlo en el centro de Boadilla”, ha comentado la directora.

Los invidentes afectados por esos retrasos -que podrían rondar el medio centenar de prolongarse la alarma sanitaria- se ven obligados entretanto a salir de sus domicilios, en caso necesario, ayudados de su bastón, algo diferente y en ocasiones más difícil que hacerlo con un perro.

Según María Jesús Varela, cada año se entregan en España unos 130 o 140 perros guía entrenados y el tiempo de espera es de unos tres años y medio, para los nuevos solicitantes, y de seis meses, en el caso de las personas que necesiten “renovar” un animal y que tienen preferencia.

Sin embargo, con el confinamiento el plazo de entrega puede rondar los cuatro años para los solicitantes nuevos y entre 8 y 9 meses, para los renovadores, lo cual, ha indicado la directora de la Fundación, complicará mucho el día a día de los afectados.

Ha explicado que recientemente han entregado dos camadas de cachorros a familias de acogida que lo habían solicitado antes del coronavirus para que los cuiden, les eduquen y les ayuden a convivir en sociedad y a no tener miedo a determinadas situaciones hasta que tengan de 12 a 14 meses.

Actualmente hay 230 cachorros de futuros perros guía que conviven con familias y cuya formación no está siendo la más apropiada a causa del confinamiento, ya que los animales apenas salen unos minutos a la calle por lo que, de prolongarse mucho la alarma, podrían adquirir “temores” que después serán difíciles de eliminar.