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Historia

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Inglaterra lo admite: la Armada Invencible fue un bulo histórico

La BBC lo confirma en una serie documental que afirma que fue llamada “Invencible” por la propaganda inglesa y que se mangificó la derrota militar

La armada invencible
La armada invenciblelarazon

Durante cuatro siglos, la tradición británica presumió de la victoria de Isabel I de Inglaterra y del pirata Drake sobre la Armada Invencible enviada por Felipe II a Inglaterra. Los relatos comenzaban narrando una partida de bolos entre la Reina y Drake en Plymouth cuando llegaron noticias del avistamiento de una armada española compuesta por 130 buques. Drake, fachendoso, se giró hacia Lord Howard, comandante británico y le tranquilizó: «Milord, tenemos tiempo para acabar la partida y aniquilar a los españoles».

La guerra entre Felipe II e Isabel I –que es posible que tuvieran ciertos vínculos sentimentales– se debió a un cúmulo de agravios entre Madrid y Londres debido a la presencia española en Flandes, perjudicial para el comercio inglés. Los británicos, en consecuencia, apoyaron militar y económicamente a los neerlandeses; mandaron expediciones contra enclaves españoles en América y piratas contra los galeones que navegaban entre España y sus colonias; llevó a la confrontación entre Felipe II, adalid del catolicismo, y su cuñada anglicana, culminada con la ejecución de la católica María Estuardo de Escocia, en 1587.

Para terminar con el problema, Felipe II ordenó reunir en Lisboa una Gran Armada que navegara hasta las costas flamencas, embarcara a 20.000 hombres de los Tercios de Flandes a las órdenes de Alejandro Farnesio y los condujera hasta Inglaterra. La llamada Feliz Armada fue todo menos feliz: el marqués de Santa Cruz, su comandante, falleció de tifus mientras la preparaba. Le sucedió un hábil administrador, el duque de Medina Sidonia, que tenía buen juicio para escuchar a los expertos y, trató de retrasar la partida al detectar múltiples fallos en los preparativos y en el enlace con Farnesio. Felipe II rechazó sus temores y la escuadra zarpó el 30 de mayo de 1588 con el resultado conocido: tiempo adverso, fuerte oposición inglesa, imposible encuentro con Farnesio y la decisión de regresar para recomenzar la empresa, pero el retorno fue terrible a causa de los temporales.

De los 130 navíos que partieron regresaron poco más de 80, aunque la mayoría de los perdidos fueron mercantes o barcos menores y volvieron casi todos los buques de guerra que salieron, de modo que siguieron seguras las rutas de América y Felipe II recompuso su poderío naval en apenas un año. Inglaterra respiró aliviada porque, según Geoffrey Parker, si Farnesio hubiera llegado al Támesis nada hubiera podido frenarle. Pero Londres, que burlescamente bautizó como «Invencible» a la armada, se creyó su propia propaganda y dueña de la mar, preparó la Contraarmada, 150 barcos y 30.000 marineros y soldados, mandada por Norris y Drake, que fracasó ante La Coruña y volvió a hacerlo ante Lisboa. Las pérdidas inglesas fueron de 42 barcos y no menos de 18.000 hombres. El informe secreto reconocía: «La expedición ha sido no solo una catástrofe financiera sino, también, estratégica». Hoy, al cabo de cuatro siglos largos, la BBC ha reconocido que hubo pocos motivos para la burla.