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Diez canciones para enamorarte de Aute

Básicos de la obra de un artista que contó con un sello personal único

Diez canciones para enamorarte de Aute
Diez canciones para enamorarte de AuteLa Razón

“De alguna manera” (1973): Le convencen para regresar a la canción tras un lustro de ausencia y regresa con “Rito”, una obra maestra. Aquí está la magnífica “De alguna manera” y versos tan estupendos como: “Las horas de piedra parecen cansarse / Y el tiempo se peina con gesto de amante / De alguna manera / Tendré que olvidarte / Y nada más”.

“Las cuatro y diez” (1973): También de “Rito”, esta canción presenta un hermoso lienzo costumbrista cuya música remite a Gordon Lightfoot y otros artistas americanos que tanto le gustaban. Y ese inicio: “Fue en ese cine, ¿te acuerdas? / En una mañana al este de Edén”.

“Anda” (1974): Perteneciente a “Espuma”, este tema se consagró inmediatamente como uno de sus clásicos y una de las canciones que mejor le definen por su visión profunda, introspectiva e intimista del amor, la sensualidad y el sexo.

“Al alba” (1978): Un absoluto clásico de la canción española. Rosa León la interpretó por primera vez y muchos la asociaron a las últimas muertes por el franquismo, algo que el autor se apresuró a desmentir, si bien se trata de una letra sujeta a múltiples interpretaciones.

“Queda la música” (1979): “Dos extraños que en el tiempo / Se han hecho asesinos / De esos dos niños de la fotografía / Que, abrazados, van bailando por la vida / Pero queda la música”. Una canción sobre lo perecederos que son los sentimientos y lo perennes que son el arte, la cultura y las canciones.

“Sin tu latido” (1984): En plenos albores de la Movida Madrileña, Aute logró colocar un álbum de autor, “Cuerpo a cuerpo”, entre los más vendidos. Y buena parte de su éxito de debió a esta fascinante canción: “Qué terriblemente absurdo es estar vivo sin el alma de tu cuerpo”.

“Cine, cine” (1984): Fue el gran homenaje al mundo del celuloide que tanto le fascinaba a Aute. Por aquí aparecen Truffaut, Doinel, el happy end, Henri Decae y la nouvelle vague.

“La belleza” (1989): Otra de esas canciones que definen perfectamente el onírico, crítico, melancólico y sensual mundo interior de Aute. Es una de sus creaciones más perfectas e impecables con ese “reivindico el espejismo de ser uno mismo”.

“Cinco minutos” (1989): De nuevo el cine, esta vez con el recuerdo a la monumental actriz que fue Katy Jurado. También el western, Sam Peckimpah y Billy the Kid.

“Quiéreme” (2010): “Intemperie” fue uno de sus últimos discos y merece mucho la pena, especialmente por esta canción y ese verso tan Aute: “Quiéreme hasta el último temblor / Quiéreme como quien ya nada espera”.