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Hinds: «Escuchar un disco nuestro entero era casi una tortura»

El cuarteto madrileño publica «The Prettiest Curse», sin duda su mejor disco hasta la fecha en el que cambian el sonido garagero por el pop de colores
Andrea Savall

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Como muchas cosas, esta entrevista quedó congelada por la pandemia. Carlota Cossials y Ana Perrote sonreían en el Pepe Botella de Madrid al hablar de «The Prettiest Curse», el trcer largo de la banda madrileña, que estaba previsto que se presentase durante un mes de gira en Estados Unidos y en todos los grandes festivales españoles. Es el mejor disco del cuarteto hasta la fecha, pero su lanzamiento quedó aplazado cuando llegó la emergencia sanitaria y todos los planes de directo, aruinados. El disco, un enorme paso adelante musical del grupo, que ha cambiado radicalmente su sonido «guarro y emborronado» por uno melódico y limpio, apareció publicado el 3 de junio.
–Háblenme de las decisiones artísticas.
–Carlota Cossials: Era la evolución más lógica que podíamos tener. Estábamos muy arraigadas al garage y al «lo-fi» y de algún modo consciente queríamos ser catalogadas como tal. Nos sentíamos cómodas en el género porque, desde un punto de vista filosófico, es el que nos va a sentar mejor. Somos chicas que gritamos mucho en el escenario y nuestro show es agresivo y pienso que nos representaba. Pero una vez que has hecho dos álbumes así, la vida continúa y aunque no podemos cambiar las voces que tenemos ni la forma de componer, iniciamos una búsqueda hacia un sonido más refinado, algo pop, y estamos muy contentas.
–¿Hubo una verbalización de esa búsqueda?
–C. C.: Lo hablamos, claro. Nos marcó mucho «Isolation» de Kali Uchis porque es sencillo y elegante pero no pomposo.
Ana Perrote: Es gozoso, pero claro, es que nos gusta Tame Impala, Joe Strummer y molotov. Así que no teníamos ni idea de qué hacer.
–Con las críticas que han recibido, no me parece que sean un grupo que sucumban a la presión.
–C. C.: En absoluto. Hacemos piña y unirnos nos hace fortísimas. Somos un proyecto súper compacto gracias a que las cuatro confiamos en las cuatro como en la Comunidad del Anillo. Cada una tiene sus virtudes y nos convertimos en megapersonas.
–A. P.: ¡Somos como los orcos! En serio, nosotras no dejamos a nadie entrar a opinar. Nos produjo Gordon Raphael y nos lo comimos. Pero esta vez nos dejamos en manos de Jen Delciveo con todas las consecuencias. Ella ha grabado a Demi Lovato, por ejemplo, viene del pop. Pero supo entender que fuéramos espontáneas. Es el mayor equilibrio que hemos encontrado entre el espíritu punk y el sonido pop.
–Lo decía porque el sonido es amplio, nítido...
–C. C.: Sí, sí. La antítesis de lo que éramos, te entiendo.
–A. P.: Teníamos claro el objetivo: tenemos que sonar un poco más fácil. Porque sabíamos que antes era casi una tortura que te guste un disco nuestro y comértelo entero... tenías que estar muy dentro de nuestra movida.
–C.C.: Yo me sigo planteando sobre algunas canciones de Hinds cómo la gente podía escucharlas. Lo digo sinceramente, no con falsa humildad. No comprendo por qué la gente se puede poner «San Diego» en una fiesta.
–A. P.: Si te sientes identificado con el sonido, si te llega, lo sientes, porque es humano y sincero.
–¿Qué les han dicho en el sello?
–C. C.: Están tan encantados que hasta nos dio rabia.Nosotras somos especialitas pero el mundo de la música está lleno de gente así.
–A. P.: El disco ha sido carísimo. Lo hemos pagado nosotras con el dinero del adelanto, del que no queda un céntimo.
–¿Cómo se sienten como instrumentistas?
–C. C.: Nunca me he sentido más guitarrista en mi vida. Voy entendiendo que cada uno se comporta con la guitarra de una manera y yo nunca la voy a tocar como el solista de otro grupo. Hay una manera física de mover los dedos que tú mismo te has creado y por eso es una manera de componer que es súper personal e intransferible.
–A. P.: La mejor experiencia del disco es que hemos aprendido que somos una máquina de hacer melodías, no nos cuesta trabajo. Y hemos sido más respetuosas con la primera idea, no le dábamos mil vueltas. La dejábamos crecer sin tocarla, como «Good times, bad times».
–Esa canción habla de celos, ¿no?
–C. C.: Sí, es el sentimiento más humano pero es de los peores, no te lo puedes quitar de dentro, no se parece a nada. Es peor que estar furioso. Y no teníamos ninguna canción de amor posesivo.
–A. P.: Pero como estamos rodeadas de hombres constantemente, lejos, y en otra zona horaria... no es fácil comunicarse.
–¿Cuál es «la maldición más bella»?
–C. C.: La de ser músico. La de estar constantemente lejos de personas y de lugares. Es como los años de perro, que son siete humanos. Pues un mes de músico es igual. Vives bajo el mando de un sargento que eres tú misma. Y echas tanto de menos una rutina...
–Oigan, que no hemos hablado del español, con el que por fin escriben letras.
–C. C.: Lo llevábamos pensando desde el álbum dos. Es un idioma completo y superrico. No ha sido decisión de marketing, sino por apetencia total y ha resultado muy difícil. Conoces la connotación de cada palabra. Y me faltaba un gusto concreto, así que me puse a estudiar. Punsetes, Kokoshca, Mujeres, Los Planetas, con diez años de retraso...

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