La herencia española que Estados Unidos no puede derribar
Un estudio de The Hispanic Council demuestra que el 15% de los estados deberían cambiar sus nombres
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El asesinato de George Floyd en Estados Unidos ha levantado un movimiento contra el racismo y todo lo que huela o parezca esclavitud. Banderas, películas, productos, y, por supuesto estatuas. Todos los conquistadores españoles, con una importante presencia en la toponimia estadounidense, son ahora mismo el centro de los ataques, sin pararse a pensar que están derribando una herencia cultural que abarca no sólo figuras de bronce, si no calles, pueblos enteros, plazas y que se extiende por todo el país.
Esta semana la estatua en el centro de la polémica está en Albuquerque y se llama “La Jornada”, forma parte de ella don Juan de Oñate, (México, 1549-Guadalcanal, Sevilla, 1626), que es conocido “por la masacre de una tribu del pueblo en 1599″, según informa un medio local. Un informe de The Hispanic Council explica la extensión de la herencia toponímica española en Estados Unidos y pone de manifiesto que “la toponimia de Estados Unidos es una herramienta fundamental para conocer la amplia herencia hispana y la influencia del español en la cultura estadounidense.”. Titulado “La herencia hispana y el español en la toponimia de EE UU”, y publicado por el Observatorio Cervantes en la Universidad de Harvard, se analiza esta influencia en tres niveles diferentes: estados, condados y municipios.
Para empezar, deshacerse de la herencia hispana en EE UU implicaría cambiar nombres de al menos el 15% de los estados americanos. Como ejemplos relevantes estarían California, (en 1510 en “Las sergas de Esplandián”, Garci Rodríguez de Montalvo menciona una isla de fantasía llamada así) e implicaría a la península de Baja california, el Golfo de California y tres estados, Baja California, Baja California Sur y California; Texas, estado con Austin como capital, debe su nombre a dos posibilidades, de “amigo o aliado” en idioma de los Caddo “taysha” o del nombre del árbol tejo europeo con parecido a otro en América.; y también habrían de cambiarse Nevada, Colorado, Utah (”deriva del nombre apache Yuttahih o Yuddah, que significa ‘está más arriba’. Los exploradores españoles pronunciaron y escribieron ‘Yuta’. Lo que posteriormente produciría que las personas de habla inglesa la adaptaran como Utah”), Florida (”la teoría más comúnmente aceptada entre los historiadores es que se denominó así a la zona ya que su “descubrimiento” coincidió con la Pascua de Resurrección, conocida también como Pascua Florida”), Montana (es una derivación de la palabra ‘montaña’. Los primeros exploradores españoles llamaron a la zona Montaña del Norte) o Nuevo México. “Ese porcentaje podría aumentar si algunos de los estados cuyo topónimo es de origen dudoso, como Arizona u Oregón, se considerasen como hispanos, ya que existen teorías que así lo aseguran”, explica el informe.
El informe también enumera unidades geográficas que “aunque no sean estados como tal del país hay territorios de Estados Unidos cuya toponimia también cuenta con una marcada influencia hispana:
- Puerto Rico: aunque el nombre original de la isla fue San Juan Bautista, posteriormente este cambiaría por su nombre actual, que hace referencia a las riquezas que partían desde la isla y deriva inequívocamente del español y de la presencia española en la isla.
- Islas Marianas del Norte: el nombre de este archipiélago se debe a la reina Mariana de Austria, quien reinó en España en el siglo XVII. Originalmente fueron llamadas por los expedicionarios ‘Islas de los Ladrones’.
- Islas Vírgenes: en este caso el nombre se lo dio Cristóbal Colón, ya que en sus viajes las denominó ‘Islas de las Once Mil Vírgenes’. Posteriormente el nombre quedaría únicamente como Islas Vírgenes y, en la actualidad, se añade el nombre ‘de Estados Unidos’ para diferenciarlas de las británicas.
- Distrito de Columbia: en este caso el nombre, como fue explicado anteriormente, proviene de una latinización del apellido en inglés de Cristóbal Colón.
El informe también destaca que en casi la totalidad de los estados encontramos un municipio que tiene algún topónimo que hace referencia a la herencia hispana del país o al español y lo mismo ocurre con los condados, donde en el 50% de los estados hay alguno de estas características. En el siguiente mapa se ve el porcentaje de condados por estado con topónimos hispanos ordenados en cuatro categorías: ningún condado con referencias en su nombre al legado hispano o al español (gris); hasta un 10% (rosa); de un 10% a un 50%(marrón); y finalmente, más de un 50%(rojo).
Destacan los estados con el porcentaje más alto de topónimos hispanos:
- California: se acerca a la cifra del 60%, cuyo nombre está relacionado con el español o la herencia hispana. Ejemplos: Los Ángeles, Plumas, Nevada o San Francisco.
- Arizona: hasta cinco condados tienen un nombre que proviene de lenguas nativas, es el caso de los condados de Navajo, Apache, Gila, Maricopa y Pima.
- Nuevo México: supera el 50%. Particularmente llamativo es el condado de Valencia, que debe su nombre a la ciudad española homónima. Otros ejemplos: Guadalupe, Hidalgo, Río Arriba o Socorro.
- Colorado: cerca del 30% de condados tienen nombres que están relacionados con la herencia hispana: Muchos de ellos se remontan a un origen colonial, aunque también encontramos varios que reciben su nombre posteriormente. Un ejemplo es el condado de San Miguel.
- Texas: más de un 15% de sus condados. Destacamos especialmente el condado de Galveston, llamado así en honor del héroe de la Guerra de Independencia estadounidense Bernardo de Gálvez. Condados como El Paso, Colorado, Blanco o Bosque son algunos ejemplos de topónimos en español.
- Florida: supera el 10% con nombres como León o Santa Rosa entre ellos. Además, encontramos dos condados que deben su nombre a la figura del explorador español Hernando de Soto: DeSoto County y Hernando County.
- Utah: hasta un 10% de condados con topónimos relacionados con la herencia hispana, como el condado de Utah o el condado de San Juan.
- Luisiana: 10%. El nombre del estado es de origen francés, pero Luisiana también estuvo bajo el control español durante un amplio periodo de tiempo. Dos deben su nombre a la esposa de Bernardo de Gálvez y otro está relacionado con Hernando de Soto.
Personajes históricos
También las hazañas de los conquistadores españoles han sembrado la toponimia americana y personajes como Hernando de Soto o Juan Ponce de León, “han dado nombre a diferentes lugares del país que recuerdan sus hazañas”. En muchos de los casos los nombres de lugares o enclaves han sido colocados en época post colonial. En el caso de Hernando de Soto, dentro de las categorías analizadas, “ostenta hasta ocho topónimos que lo recuerdan en diferentes estados del país”.
Curioso el caso de un número muy alto de ciudades en Estados Unidos que están nombradas como homónimas de ciudades españolas, como Sevilla, Granada, Salamanca, Madrid, Laredo, Durango, Valencia, León, Córdoba, Andalucía, Aragón, Oviedo, Ebro, Toledo, Coruña, Cádiz o Navarra. “Muchas de estas ciudades se escriben directamente mediante su traducción al inglés como Seville, Andalusia, Navarre, Corunna o Grenada, mientras que algunas como Madrid pueden sufrir pequeños cambios como es el caso del condado de New Madrid”, destaca el informe.
Es innegable pues, que la toponimia hispana, ya sea en el nombre de una calle, en la imagen de una estatua o en el nombre de sus ciudades, está en el ADN del nacimiento del país, y eso no cambiará quemando, pintando, tirando y, mucho menos, cambiando una herencia que ya es historia de Estados Unidos