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Desalvo se lleva el «western» a la selva

«El silencio del cazador», del director argentino, trazar una parábola sobre la mala utilización de la humanidad sobre los recursos naturales
LRLa Razón

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Guzmán (Pablo Echarri) es un guardabosques que patrulla incansablemente la selva en busca de furtivos. Venneck (Alberto Ammann) es un colono y cazador muy querido de la zona. Sara (Mora Recalde), una comprometida médica rural casada con Guzmán y ex pareja de Venneck. Son los ingredientes de la cinta del argentino Martín Desalvo, «El silencio del cazador». Un argumento que se altera con la aparición de un felino que reavivará una antigua rivalidad entre ellos y que ahondará en la idílica postal de una reserva ecológica en medio de la selva misionera. Cuadro en el que se comenzarán a descubrir las diferencias sociales, culturales, económicas y raciales de los distintos pobladores del lugar.
Desalvo leyó en la Prensa una noticia sobre un guardaparque suráfricano al que le habían dado carta blanca para matar cazadores furtivos «y al día siguiente, en mi país, una protesta que clamaba por lograr el permiso de armas y potestad de policía en los parques debido a la creciente peligrosidad de los cazadores furtivos. Me pareció que había allí un material interesante para meterse a investigar», explica el cineasta. Fue el comienzo de un «thriller» con aromas al Oeste americano: «El “western” era algo consciente desde el armado del proyecto porque me gusta explorar con una mirada personal, pero con componentes clásicos de género».
Con la cinta, Desalvo pretende ofrecer «una mirada sobre el conflicto ecológico», además de trazar una «parábola sobre la mala utilización de la humanidad sobre los recursos naturales y cómo el enfrentamiento entre seres humanos puede traer este tipo de desastres que estamos viendo. Los conflictos ancestrales y sociales y la actitud de macho, de creerse dueño de la naturaleza o del cuerpo de un animal», cierra.