“Rolling Stone” revisa con grandes sorpresas su lista de mejores álbumes de la historia
La revista rehace su popular clasificación de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos y hay novedades muy llamativas entre los primeros lugares
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Toda lista lleva aparejada una polémica y lo saben bien en la revista “Rolling Stone”, dado su carácter ya casi institucional. Como los tiempos y los gustos cambian, los discos siguen saliendo y a veces conviene revisar las clasificaciones porque así es como se va construyendo el canon. Las clasificaciones son esa cosa tan antipática para los artistas pero tan divertida para los aficionados. Así que en “Rolling Stone” se ha decidido a actualizar su clasificación, que publicó su primera versión en 2003 -y más tarde una pequeña modificación en 2012-, después de una nueva y exhaustiva encuesta entre múltiples personalidades de la industria, con más de 300 voces. El resultado, a los ojos del presente (lo que, como es lógico, incluye sus circunstancias políticas y culturales) incluye una visión de la música popular nueva: más diversa en todos los sentidos. Las discrepancias, como también es natural, no se han hecho esperar. En la lista se incluyen 86 álbumes publicados en el siglo XXI, y, en total, 154 de ellos son nuevas incorporaciones que no estaban en las anteriores listas. Por cierto, esta nueva clasificación incluye a una artista española: Rosalía coloca “El mal querer” en el puesto 315, lo cual es una proeza dada la clasificación absolutamente dominada, sin apenas concesiones, por anglosajones y afroamericanos.
En el número de la clasificación, en el mejor disco de todos los tiempos para los votantes y para la propia revista, llega la primera sorpresa: se trata de “What’s Going On”, de Marvin Gaye, un trabajo sin duda sobresaliente, porque es el mejor de un enorme artista que influyó en la música popular y creó escuela entre los afroamericanos, pero cuya elección no ha dejado indiferente a nadie. Además, es un disco que tiene un fuerte trasfondo “político”, porque Gaye comenzó a escribir el disco como reacción a la brutalidad policial.
Según recoge la publicación, en mayo de 1969, Renaldo “Obie” Benson, el bajista de Four Tops, vio la cobertura televisiva de cientos de policías armados con palos rompiendo el People’s Park, un centro de protestas en Berkeley. Horrorizado por la violencia, Benson comenzó a escribir una canción con el letrista de Motown Al Cleveland, tratando de capturar la confusión y el dolor de la época. “Sabía que tenía algo grande en su versión naciente de “What’s Going On”, pero el resto de los Four Tops no estaban interesados, y los esfuerzos de Benson para lograr que Joan Baez lo grabara tampoco funcionaron. Pero Gaye fue más receptivo”. Y se convirtió en el primer álbum conceptual de la música “soul”, un género que quizá no ha contado entre los llamados “mayores” de la música popular y que, con esta designación, en parte también obtiene reconocimiento.
En el número dos de la lista, una de esas obras mayúsculas, pero esta vez hecha de un pop muy blanco con grandes dosis de delirio sonoro: se trata de “Pet Sounds”, de los Beach Boys, que incluía precisamente eso, “sonidos de mascotas” y probablemente la mayor epopeya de grabación discográfica de la historia. Fue una auténtica catedral sónica (con clavicémbalos, cuernos, hasta campanas de trineo y coros regrabados hasta la extenuación) envuelta en la apariencia pop.
También sorprende la elección del tercer lugar, en el que se sitúa “Blue”, de Joni Mitchell, un disco cuya elección también quiera saldar una deuda histórica con la obra (poco reivindicada) y la artista. Con la belleza que guardan todos los álbumes conceptuales sobre una ruptura amorosa, Mitchell se abre completamente para entregar la visión de “una mujer que se valía de la libertad romántica y sexual que era, hasta entonces, una provincia exclusivamente masculina en el rock”, según reconoce “Rolling Stone”.
En el cuarto lugar se sitúa otra belleza sin discusiones: “Songs In The Key Of Life” de Stevie Wonder es otra de esas obras maestras con las que se puede dudar si su lugar es el cuarto o el séptimo (o el segundo) pero de indudable categoría. En el quinto puesto hacen su aparición por primera vez The Beatles, con “Abbey Road”, el canto del cisne de los de Liverpool, elección que también será opinable. Gran sorpresa para el sexto puesto que vuelve a abrir la perspectiva de la historia de la música: “Nevermind” de Nirvana fue un disco de impacto abrumador en la generación adolescente en los primeros años noventa y antecede a “Rumours”, de Fleetwood Mac, otro superclásico. Para cerrar los primeros diez lugares, “Purple Rain”, de Prince, “Blood On Tracks”, de Bob Dylan, y otra gran sorpresa: “The Misseducation of Lauryn Hill”, obra empoderada y reivindicativa de la mercurial ex componente de Fugees, que se cuela por delante de “Revolver” de los Beatles. Es, también, el disco más reciente de los diez primeros: fechado en 1998.
Entre los 50 primeros puestos, el hip hop sale fortalecido como género. Elecciones como “It Takes A Nation Of Millions To Hold Us Back”, de Public Enemy (15), “My Beautiful Dark Twisted Fantasy”, de Kanye West (por delante de “Highway 61 Revisited”, de Dylan) y seguido de “To Pimp a Butterfly” de Kendrick Lamar. En el 20, el premonitorio “Ready to Die” de Notorious B.I.G., por delante del monumental “The Velvet Underground and Nico”. El, en otros tiempos, disco número uno de la historia para la revista, el emblemático “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” aparece en el 24, una de las elecciones que mayor polémica ha generado.
Para terminar, un pequeño mensaje de humildad para todos los periodistas y articulistas del mundo. ¿Saben cuántas visitas ha obtenido la lista en la página de “Rolling Stone” en el último año? Nada, una cifra modesta: 63 millones de clics. Todo es subjetivo y está dando mucho que hablar. Pueden consultar la lista para opinar aquí.