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Galdós, de la Noche de Difuntos a las mujeres

El Teatro Español y el Canal rinden tributo al autor con dos propuestas: mientras el primero organiza un ciclo dedicado a las protagonistas femeninas del escritor canario, el segundo juega con dicha festividad uniendo «El don Juan» y «Celín»

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«No solo han hablado las lumbreras de la ciencia, sino también las medianías, y tras estas han venido también los charlatanes y curanderos explicando a su manera la naturaleza del microbio y ofreciendo que acabarán con él en menos que canta un gallo». Si cualquiera de los cronistas del hoy escribiéramos algo parecido a esto todo el mundo entendería por dónde van los tiros. Rápidamente, el «microbio» se asociaría al maldito «bicho» o Covid, y a todos esos «charlatanes» les pondríamos la cara de nuestro «cuñado» favorito, sin la necesidad de guardar ningún tipo de parentesco familiar con él. Sin embargo, esas palabras no son ni una invención propia, ya me gustaría, ni de ningún otro contemporáneo; son de Benito Pérez Galdós (1843-1920). De un escritor que hace mucho, ya cerca de siglo y medio atrás, reflejó certezas absolutas de la actualidad.
Entonces fue el cólera lo que le llevó a dicha sentencia en «Cronicón» (1883-1886), pero no es este el único tema del autor canario que se podría colar en las cabeceras actuales sin perder una pizca de vigencia. Qué decir del feminismo de un hombre que hablaba así de ellas: «Sin mujeres no hay arte; (...) Son el encanto de la vida, el estímulo de las ambiciones grandes y pequeñas; origen son y manantial de donde proceden todas las virtudes. (...). Obra de ellas son los más gloriosos triunfos del bien; obra nuestra las privadas desdichas y las públicas catástrofes. Es destino ineludible de ellas amar al hombre y este debe consagrarles toda su inteligencia y su amor entero».
A esta posición se abraza el Teatro Español para levantar un ciclo de dramatizaciones sobre el escritor y muchas de sus mujeres. Como las de Almodóvar, «las chicas de Galdós» se han organizado para rendirle un homenaje. Desde la voluntariosa Isidora a la magnética Electra, pero también Laura de la Cerda, enferma y frágil; Lucrecia, con Nell y Dolly agarradas de su mano; Bárbara con pose de estatua griega; Casandra con la mirada perdida, y Celia curiosa y decidida.
Todas ellas protagonizan sietes piezas –ahora abrazadas por otras tantas dramaturgas y directoras– que se unen en «Galdós en el Español». La encargada de romper el hielo es Carolina Román, directora de «La voluntad» (del 3 al 5 de noviembre), que presenta una «versión bastante libre en la que se verá cómo el escritor ponía el microscopio sobre todos los componentes de la clase media», dice. En su caso, sobre Isidora, continúa, una mujer «empoderada» por el autor gracias a su carácter «libre, sexual, valiente...», explica Román.
Luego pasarán «Electra» (del 6 al 8 de noviembre), «El abuelo» (13-15), «Bárbara» (17-19), «Casandra» (20-22) y «Celia en los infiernos» (24-26). También «Alma y vida» (10-12), donde Yolanda García Serrano se ha hecho cargo de la dramaturgia y en la que se abordan las diferencias entre ricos y pobres. María Guerrero fue la auténtica musa de este montaje estrenado en 1902, precisamente, en el Español, y que, en palabras de su adaptadora, «se puede trasladar perfectamente a nuestra época».
Y es que la modernidad de Galdós estuvo en mil y un lugares. También en la renovación de la entonces obsoleta escena española. Su revolución en la narrativa no le quita mérito a la teatral. En contacto con todas las corrientes europeas, Clarín, López de Ayala, María Guerrero y doña Emilia Pardo Bazán fueron fundamentales como acompañantes en su afán de renovación en el fondo y en la forma del panorama de las artes escénicas de su tiempo. Es en la década de los noventa cuando, ya con fama como novelista, se reconcilia con su antiguo amor, la escritura dramática.

2x1 en el Canal

Pero no solo el Español mirará hacia la figura de Galdós estos días. El domingo, los Teatros del Canal, en el marco del Año Galdós, proponen un 2x1 dentro de la Sala Negra. «El don Juan» y «Celín» se convierten en una sola pieza para la «Fiesta Galdosiana de Todos los Santos». Utilizando como excusa y como nexo de unión la nocturnidad y necrofilia de la Noche de Difuntos y esos tiempos de incertidumbre y negritud, y tomando como pegamento al propio autor, José Gabriel López Antuñano ha hilado dos narraciones en las que sobresalen la melomanía del escritor, su conocimiento de la música sinfónica y la ópera y su gusto musical.
Buena culpa de esto la tiene Ignacio García, responsable de la idea y tan melómano como Galdós: «Queremos poner en valor su virtud literaria. Existe un debate con admiradores y detractores, pero en cualquier otro país sería una firma incontestable y tendría su lugar de honor. No valoramos los muchos escritores que hay dentro de una sola persona, con numerosas caras más allá de los “Episodios Nacionales”. Por ejemplo, esa literatura fantástica del “Celín”, tan de Borges e impropia del siglo XIX». Es, pues, un friso musical en el que se entremezclan las músicas de su tiempo y sus aficiones sonoras con referentes musicales de las temáticas otoñales y mortuorias de las que hablan los dos relatos para construir un discurso sonoro al que ponen voz Silvia Abascal, Carlos Hipólito, Gloria Muñoz y Marc Parejo.
Dónde: Teatros del Canal (Sala Negra) y Teatro Español (Sala Margarita Xirgu), Madrid.
Cuándo: 1/11 (Canal) y 3-26/11 (Español).
Cuánto: entradas agotadas, en Canal, y desde 10 euros, en el Español.

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