Viviane de Muynck: “Nunca he tenido miedo a aterrizar con la cara en el barro”
La actriz belga, dirigida por Jan Lauwers, mostrará sobre el escenario un retrato de Molly Bloom en la Sala Cuarta Pared
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Hace veinte años que Viviane de Muynck (Bélgica, 1946) comenzó a hacer de Molly Bloom en la sombra. Lo intentó por las buenas, pero los herederos de Joyce no la permitieron subirlo a las tablas, previo pago, claro. “Nos decepcionó porque no se dio ninguna razón para rechazarlo”, recuerda hoy la actriz. Aun así no se detuvo y se sumó a la “clandestinidad”, dice, y por las malas llevó a cabo eso que tenía en la cabeza. Se realizaron varias lecturas en Alemania y ahí quedó el asunto hasta ahora, que han expirado los derechos del autor irlandés, y De Muynk, junto a Jan Lauwers, vuelve a aquello. Así aterriza “Molly Bloom” en el Festival de Otoño (Sala Cuarta Pared, 17 y 18 de noviembre) para reflexionar sobre su vida, sus deseos y los hombres de su vida. Se trata de la recuperación del capítulo final del “Ulises”, de James Joyce, “Penélope”.
-¿Qué ha cambiado en estas dos décadas?
-Hemos perdido mucha libertad y el virus ha dado la vuelta al mundo por completo. Ni siquiera podemos estrechar las manos, solo podemos ver a unos pocos elegidos de nuestra burbuja. Pero en este tiempo han pasado más cosas que el virus, el #MeToo nos mostró los excesos de la vida, que tiene más que ver con el abuso de poder que con el sexo en sí mismo. Tengo curiosidad de ver cómo será acogido este monólogo lleno de lujuria. La función es política por la forma de provocar y directa por cómo aborda la sexualidad, describiendo en detalle cómo los hombres ven el sexo y cómo lo ven las mujeres.
-¿Qué hace universal a este texto?
-Molly está envejeciendo y habla de los cambios de la vida y cómo reflexionar sobre ello. También sobre la imposibilidad de llegar a conocerse por completo y aceptar las diferencias.
-Si Molly Bloom fue una Penélope del siglo XX, ¿quién es la Penélope ahora?
-A mí no me gustaría ser una Penélope del siglo XXI. El mundo tiende a volverse más puritano y correcto, se busca la seguridad y estar lejos de los problemas. Nos hemos convertido en una sociedad con miedo de lo desconocido. Necesitamos subculturas.
-¿Y cómo puede contribuir el teatro?
-Mostrando la belleza de lo salvaje y tomando riesgos. Las cosas más interesantes ocurren en los límites, y cuando la gente camina sobre esos límites, se llevan un empujón hacia otro lugar y sacan a la luz lo inesperado. Si no hay riesgo, ¿para qué molestarse? Nunca he tenido miedo a aterrizar con la cara en el barro.
-¿Qué tiene usted de Molly Bloom?
-Molly me ha dado la oportunidad de considerar los cambios sociales y actitudes sexuales en el siglo pasado y la capacidad de utilizar toda mi experiencia y pasión como mujer mayor en este retrato de un notable espíritu libre, cuyo discurso es directo e ingenioso en las observaciones sobre todos los hombres de su vida a su edad.
-¿Cómo construyó a su Molly?
-Actuando como me gusta de aquí para allá. Ofrezco un personaje en el que se reconocerán las mujeres, pero también los hombres. Joyce pintó en Molly a su esposa Nora. Es directa, abierta y tiene un buen sentido del humor.
-¿Cómo se condensa la historia de esta figura en un monólogo?
-Hemos optado por centrarnos en sus observaciones, que son crudas, divertidas y emocionantes. Algo que no es insignificante considerando que fue escrito por un hombre en 1920 y se regocija en la libertad de la mujer. Aquí no hay puritanismo. Desafortunadamente, hemos visto en los últimos años los resultados del abuso de mujeres por hombres en poder. Esto es desagradable y no debe aceptarse y quita la inicial libertad de una mujer para elegir su propio destino y su propia libertad de elección. Molly encarna esta libertad.
-¿Cómo lleva Viviane de Muynck esta extraña actualidad?
-Mi vida virtual ahora es más grande que la privada. Explorar todo este mundo no es posible en una sola vida.