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Crítica de teatro: Clásicos populares ★★★☆☆

Episodios como los molinos de viento, los galeotes o la cueva de Montesinos adquieren en nuestra propuesta una nueva perspectiva en la obra "Don Quijote somos todos"
Episodios como los molinos de viento, los galeotes o la cueva de Montesinos adquieren en nuestra propuesta una nueva perspectiva en la obra "Don Quijote somos todos"Teatro del TempleTeatro del Temple

Obra: Don Quijote somos todos.Autoría: José Luis Esteban. Dirección: Carlos Martín Bazán. Intérpretes: José Luis Esteban, Carlos Martín Bazán, Félix Martín, Irene Alquézar / Alba Gallego, Minerva Arbués, Francisco Fraguas y Gonzalo Alonso. Teatro Corral Cervantes. Desde el 24 de junio hasta el 11 de julio de 2021.

Está aprovechando al máximo su vista a Madrid la compañía aragonesa Teatro del Temple. Después del éxito de Los hermanos Machado en el Teatro Fernán Gómez, con prorroga en la cartelera incluida, los chicos de Carlos Martín –director de la compañía- y María López Insausti –productora- han desembarcado a continuación con un programa doble en el veraniego Corral Cervantes, que se ha instalado en el Matadero por segundo año y que, cada vez, cuenta con mejor dotación y mayores atractivos para crear en torno al teatro un ambiente festivo, atrayendo así a un público heterogéneo que, probablemente, no se dejaría seducir en otros círculos o espacios, digamos, más culturetas.

La primera propuesta del Temple, que ya había sido presentada en la capital anteriormente, es El buscón, de Francisco de Quevedo, convertido en un monólogo que interpreta José Luis Esteban bajo la dirección de Ramón Barea. El otro montaje, un poco adaptado a las condiciones escénicas que exige el corral, sí es un estreno en Madrid; se titula de Don Quijote somos todos y pasa por ser una amable comedia, de aroma berlanguiano, que rinde homenaje a Cervantes, a su inmortal obra y al idealismo de su maravilloso protagonista. El punto de partida argumental que ha encontrado Esteban –que además de actor ejerce aquí de dramaturgo- es sin duda brillante: los habitantes del pueblo cuyo nombre no quería recordar Cervantes tratan de poner en valor su papel en la historia cultural de España y reclaman, por ello, una mayor atención por parte de la administración central que les permita combatir el éxodo y el abandono que sufren.

Con guiños a la literatura pastoril y de caballerías, y con referencias evidentes al Quijote –el caballo Clavileño, los molinos, la cueva de Montesinos, etc.-, la función, dirigida con oficio por Carlos Martín, discurre de principio a fin de acuerdo a los parámetros del teatro popular y desenfadado en el que se encuadra, dejando por el camino alguna escena, como la de la cabeza parlante, que se aleja con imaginación y humor de las fórmulas escénicas más trilladas.

Lo mejor

El espacio sonoro y el uso de la música tan original que hace Gonzalo Alonso.

Lo peor

Poco aportará al público más exigente una función pensada, básicamente, para entretener.