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“Eternals”: el fallido “Silmarillion” de Marvel

Con el Oscar por “Nomadland” recién ganado, Chloé Zhao se alista en Disney y Marvel para intentar contar el Génesis de los superhéroes según Jack Kirby
MARVEL STUDIOS
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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Cuentan las malas lenguas de Udûn que, antes de lanzarse a «El Hobbit», Peter Jackson se planteó hacer su propia versión del «Silmarillion» de J. R. R. Tolkien. La conocida como Biblia de la Tierra Media, en su tediosa explicación del Génesis de orcos, elfos y humanos, terminó en oportuno bostezo del director. No es que lo que se contara no fuera relevante o no tuviera interés narrativo, sino que su adaptación al cine resultaba inviable, una empresa quimérica y un sueño que quizá, hasta en un formato como el televisivo, pueda tener sentido. No así en el cine. «Los Eternos», el cómic creado por Jack Kirby y reapropiado por Stan Lee en Marvel, se escribió con la misma intención que la “guía” de Tolkien: explicar qué había antes del propio qué. A través de los Eternos y los Deviants, dos razas superiores enviadas a la Tierra por los creadores del universo, Kirby intentaba explicar el propio libre albedrío y dar a entender que tanto los humanos como los superhéroes venían del mismo lugar.
Si el director de «El señor de los anillos» viera lo que ha hecho la también oscarizada Chloé Zhao (por «Nomadland») con el libro sagrado de Marvel, quizá se volvería a alegrar de su decisión de no predicar en el desierto narrativo. Cincuenta años después de que el cómic original viera la luz, la reverenciada directora china estrena «Eternals», en la que intenta condensar –no mucho tampoco, con 135 minutos de metraje– el origen de los superhéroes y de la propia humanidad. «El desafío más importante a la hora de acercarme a la película era aprender a ser paciente. Cuando haces una pequeña, cada decisión creativa implica, como máximo, a 5 personas. Aquí tenía que movilizar a más de 500, y no lo llevaba bien. Tuve que aprender a lidiar con eso», explicaba en entrevista a LA RAZÓN.
El desafío de la diversidad
Zhao, que para su asalto al cielo «marvelita» ha contado con Angelina Jolie, Gemma Chan, Salma Hayek o Kit Harington (Jon Nieve en «Juego de Tronos»), deja que hable su elenco: «Lo que más me llamó la atención del proyecto fue que, desde un principio, ella quería rodarla a su manera. Con su propio estilo, para no traicionarse a sí misma. Sabe mucho del medio, de las cámaras y de la fotografía, y eso como actor te ayuda mucho a entender que quiere de ti», confiesa Harington en la distancia de videollamada. Después de cruzar el muro de la serie en la que adquirió fama internacional, el actor británico vuelve a encontrarse con Richard Madden, su hermano en la ficción y aquí rival de un triángulo amoroso: “No tan raro como la gente podría pensar. Fue un placer. Fue muy bonito. Es alguien a quien conozco mucho y muy de cerca. Y, bueno, él ha tenido una carrera en el cine más larga que la mía y, al entrar al rodaje, sentía de algún modo que estaba entrando en su territorio. Él lo entendió y me ayudó en ese proceso, me dio la bienvenida de algún modo. Fue una alegría tremenda saber que él también iba a estar en la película”, remata.
Tal y como confesaba su directora con este medio, ninguno de los actores tenía conocimiento previo de los cómics de Kirby. Lia McHugh, que con apenas 14 años brilla como la Sprite a la que Zhao hace campanilla, lo explica: “Nunca había leído los cómics, ni siquiera me sonaban. Lo primero que hice fue ir a Google, pero después de que me dijeran que sí y para qué estaba haciendo la audición. No te lo dicen hasta que has sido aceptado”, antes de que la apoye Harington: “Google es el mejor aliado que puede tener un actor en este siglo”. McHugh, que antes de ponerse el traje de Eterna limitaba su experiencia cinematográfica casi al terror, se sincera sobre qué le atraía además del, entendemos, jugoso cheque y la exposición: “El mayor aporte de Chloé (Zhao) es la perspectiva desde la que ha querido dirigir la película. Ya solo moviéndonos a las localizaciones, usando el menor tiempo posible en sets de rodaje, cambia mucho. Los rodajes se sienten, de algún modo, más reales, más integrados en el mundo. También es una gran directora de actores porque, al menos conmigo, consiguió que entendiera las motivaciones de mi personaje”, añade.
Una película fallida
Si bien la firma de Zhao se puede encontrar en todos los planos de «Eternals», paisajísticos y apabullantes visualmente, el atropello narrativo de la presentación de personajes termina en accidente. Se puede agradecer el esfuerzo de la inclusión, aunque lleve a cuestionarse si en países como China o Arabia Saudí la película podrá verse en su totalidad, pero se antoja mínimo ante lo contemporáneo de su estreno. Han pasado más de 80 horas de Universo Cinematográfico de Marvel para que veamos algo tan común en la sociedad y el día a día como dos hombres besándose, además en su propia casa. Han pasado las mismas 80 horas para que los personajes latinos o indios no sean estereotipos y, también las mismas para que entendamos que si hay algo que una película de Marvel no puede ser es aburrida.
A “Eternals”, eso sí, hay que otorgarle su atrevimiento y su intencionalidad metafísica para con la condición humana y la superheroica de su universo, pero hasta eso es cobarde. De hecho, durante una de las escenas clave del filme se discute la conquista de América y el genocidio en el continente. Sin caer en la Leyenda Negra, pero tampoco en el indigenismo o, siquiera, en una especie de interpretación plana de la historia que fuera acorde con lo banal del producto, “Eternals” tira por la calle de en medio, convirtiendo el sainete cósmico en accidente moral.