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Historia

Carmen Iglesias: “Es un premio para las historiadoras de mi generación”

La historiadora es la primera mujer que ha ganado el Premio de Historia Órdenes Españolas

MADRID, 06/05/2022.- Fotografía de archivo (28/04/2018), de la directora de la Real Academia de la Historia, Carmen Iglesias, que ha ganado el Premio de Historia Órdenes Españolas, lo que la convierte en la primera mujer en obtener este galardón internacional que reconoce trayectorias investigadoras relacionadas con lo hispánico y su proyección en el mundo. EFE/J.P. Gandul
MADRID, 06/05/2022.- Fotografía de archivo (28/04/2018), de la directora de la Real Academia de la Historia, Carmen Iglesias, que ha ganado el Premio de Historia Órdenes Españolas, lo que la convierte en la primera mujer en obtener este galardón internacional que reconoce trayectorias investigadoras relacionadas con lo hispánico y su proyección en el mundo. EFE/J.P. GandulJ.P. GandulAgencia EFE

Carmen Iglesias (Madrid, 1942) ha sido la primera mujer que ha ocupado la dirección de la Real Academia de la Historia, donde ya era la única académica cuando ingresó en 1991. Hoy vuelve a ser pionera con el Premio de Historia Órdenes Española, un galardón creado por las Órdenes Españolas de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa, y dotado con 60.000 euros: “Es un reconocimiento a las historiadoras de mi generación”, asegura.

Nosotras hemos tenido que salvar muchísimos obstáculos para hacer las cosas”, recuerda Iglesias tras conocer que ha ganado la cuarta edición del galardón internacional destinado a trayectorias investigadoras relacionadas con lo hispánico y su proyección en el mundo. Su manera de cumplir con este requisito es procurar atenerse “en lo posible a los hechos y al principio de realidad con la mayor precisión”, dice.

Los humanos no nos relacionamos socialmente de forma directa, necesitamos marcos conceptuales”, remarca, “una interpretación que se atenga a cuestiones empíricas, que son los hechos que han ocurrido y los valores de la época”. Al respecto, subraya que los historiadores llevan muy mal “juzgar el pasado con valores del presente”, tanto para ensalzarlo como denostarlo, una premisa falsa que con frecuencia se aplica a la historia, también la de España, informa Efe.

A pesar de contar con distinciones como la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y el Premio Nacional de Historia, Iglesias asegura que está “muy emocionada” y que no se esperaba este premio creado por las Órdenes Españolas de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa. La candidatura de Iglesias fue presentada por la Fundación Universitaria Española, institución que promueve la difusión de la cultura española en el campo de las Humanidades y en el ámbito universitario.

El recuerdo de John H. Elliott

Se refiere además con gratitud y admiración a los anteriores ganadores, a los que define como “maestros y amigos”. El recientemente fallecido John H. Elliott fue el primer galardonado en 2018, mientras que en la segunda y tercera edición se reconoció al medievalista vallisoletano Miguel Ángel Ladero, y al escritor y ensayista mexicano Enrique Krauze, respectivamente, con lo que en este momento hay el mismo número de galardonados españoles y de fuera del país.

Carmen Iglesias, en su actual cargo frente a la Real Academia de la Historia desde 2014, es una experta en el siglo XVIII, catedrática de Historia de las Ideas y Formas Políticas de la Universidad Complutense, y de las Ideas y Morales y Políticas de la Universidad Rey Juan Carlos. Ha publicado más de dos centenares de trabajos de investigación histórica entre los que destacan “El pensamiento de Montesquieu: ciencia y filosofía en el siglo XVIII”; “Nobleza y sociedad en la España Moderna”, I, II, III; “Razón, sentimiento y utopía” y “No siempre lo peor es cierto: estudios sobre historia de España”.

Miembro de la Real Academia de la Historia desde 1991 y de la Real Academia Española desde el año 2000, recibió recientemente el Premio Sophia a la Excelencia, promovido por el Queen Sofía Spanish Institute de Nueva York. Asimismo, en 2014 recibió el título de condesa de Gisbert, otorgado por el rey Juan Carlos I, como “muestra de Su Real aprecio por la brillante e intensa labor académica y docente al servicio de España y de la Corona”.