Adiós, querido Dragó
Dragó estaba vivo, más que nunca o como siempre... hasta hoy, cuando su capilla ardiente está prevista para dentro de unas horas y su entierro, mañana
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Fernando Sánchez Dragó ha fallecido a los 86 años en el lugar donde siempre quiso descansar para la eternidad: Castilfrío de la Sierra, Soria. La causa de su muerte fue un edema pulmonar agudo y un fallo cardíaco. La noche anterior, cenó lenguado con buen apetito y tuvo una noche tranquila. Antes de las 10h de la mañana de hoy probablemente, se dispuso a tener un cónclave matutino con sus "desaparecidos" para despedirse, y estuvo acompañado -también posiblemente- por su ángel de la guarda, Oisinoid (Dionisio al revés). Él, machadiano y "don Guido" por encima de todas las cosas, sabía cuándo era el momento para partir ligero de equipaje.
Juanto a él estaba su novia, amante, mujer, amiga.... La mujer cómplice, periodista y escritora, que le acompañó los últimos años de su vida: Emma Nogueiro. Poco después, llegó un helicóptero para dictaminar la hora de su fallecimiento. Mientras reposaba en el sillón, cubierto por una sábana a la espera del siguiente protocolo mortuorio, en la bandeja de entrada de su ordenador estaban las galeradas de su última obra que iba a publicar con Almuzara: "Historia mágica del Camino de Santiago" (publicada originalmente en 1999 y ahora revisada y ampliada), así como la previsión de terminar para enero del próximo año: "Un paseo por el honor y la muerte, semblanzas de grandes maestros de la tauromaquia".
Para quien esto escribe, que lo conoce desde 1984, Dragó estaba vivo, más que nunca o como siempre... hasta hoy, cuando su capilla ardiente está prevista para dentro de unas horas y su entierro, mañana. Autor de más de 40 novelas, entre ellas "Sincronías", por la que ganó el Premio de Novela Fernando Lara en 2006, era licenciado en Filología Románica y Lenguas Modernas (Sección de Italiano), y fue profesor de Lengua, Literatura e Historia de España en universidades de Japón, Senegal, Marruecos y Kenia. Como escritor, cultivó además de la novela y el ensayo. Su opera magna, "Gárgoris y Habidis. Una Historia mágica de Españ"a (Hiperión) obtuvo el Premio Nacional de Literatura de 1979. Le siguieron "Eldorado" (1984, Planeta; Almuzara, 2021), "Las fuentes del Nilo" (1986), "El camino del corazón" (finalista del Premio Planeta de 1990), y "La prueba del laberinto" (Premio Planeta de 1992).
En su juventud, a finales de los cincuenta y comienzos de los sesenta, Sánchez Dragó luchó contra el franquismo, lo que le llevó a sufrir 17 meses de cárcel y siete años de exilio. El escritor, sin embargo, cambió sus posiciones ideológicas desde la izquierda hacia posturas cercanas a la extrema derecha. Tanto es así, que fue el "gran promotor" del libro que este mes sale en Almuzara del propio Ramón Tamames, "Me duele España. Una moción de censura para revivir la esperanza". Sánchez Dragó también ganó el Premio Ondas con "El mundo por montera" y el Premio Nacional de Fomento de la Lectura con "Negro sobre blanco". Dirigió el informativo nocturno de Telemadrid "Diario de la noche" y hasta este lunes dirigía y presentaba "Las Noches Blancas". Asimismo era columnista, reportero y firma habitual tanto en "El Mundo" como en este diario, pues era columnista del suplemento "A tu salud" de LA RAZÓN. Su obra periodística está parcialmente recogida en los cuatro volúmenes de "La Dragontea" y "El Lobo Feroz". Sánchez Dragó también era patrono de honor de Disenso, la fundación presidida por Santiago Abascal, el líder del partido ultra Vox. En su libro "Santiago Abascal. La España vertebrada", Sánchez Dragó loa al líder de Vox y su ideología.
“El gato Nano me da los buenos días. Él sabe que en la cabeza está el secreto de casi todo”, escribiste esta mañana en tu último tuit... yo guardo la esperanza de haber sabido algo de lo que pensabas, aunque no siempre lo compartiera. Sé que te entierran mañana, que están a punto de abrir tu capilla ardiente en Soria antes de ser enterrado en tu amado Castilfrío... Pero sigo diciendo que la primera vez que te vi, –querido maestro, amado amigo, enemigo intelectual y disciplinado autor–, sentí la misma sensación que cuando un niño se acerca por primera vez a una jirafa, de cuando Fellini conoció a Anita Ekberg. Me enseñaste que algún día seríamos redimidos de la insignificancia y, tú, ya lo has logrado. Te quiere,
Ángeles López, amiga y editora de Fernando Sánchez Dragó.