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Alicia Giménez Bartlett: «El lector de Petra Delicado es muy friqui»

Alicia Giménez Bartlett:
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La ganadora del Premio Planeta, conocida especialmente por su serie de novela policiaca, abandona el género, y se acerca a la actualidad social con «Hombres desnudos».

El rostro de Alicia Giménez Bartlett era ayer un fiel reflejo de la felicidad. Pese a su ajetreada agenda, repleta de entrevistas, la madre de Petra Delicado, una de las grandes damas de la novela negra actual, sigue siendo tan amable como siempre y aún continúa con el sentido del humor intacto. Todo ello pese a la dureza del argumento de las páginas de «Hombres desnudos», la obra con la que el pasado jueves se proclamó como la nueva ganadora del Premio Planeta.

–Ha definido «Hombres desnudos» como una novela social. Sin embargo, tal y como está planteada la historia, se podría pensar que hay elementos del género negro.

–En este caso no hay reglas. Pero eso no le debe sorprender porque he hecho otro tipo de novelas, aparte del género negro, y ahí el tema social estaba presente. Además, todo lo que no sea una literatura en la que el autor hace referencias a su yo, a sus sentimientos, es onanista y no da testimonio de su tiempo. A mí eso me interesa. Quizás yo sea un poco decimonónica, pero que la novela explique el tiempo en el que vivimos a mí me parece muy bien.

–Hablaba de novela social. No sé si se atrevería también a introducir la etiqueta de denuncia para su nuevo libro.

–Vamos a ver. No es una literatura militante lo que hago. Eso sí que es muy peligroso desde el punto de vista estilístico, incluso no sé si acertado o no, pero seguro que si fuera militancia me hubiera equivocado. Se exponen una serie de cosas y también se juega con que los personajes tienen una riqueza psicológica que nos hace rechazarlos o aceptarlos. ¿Que hay una situación denunciable? Por supuesto, porque que gente joven no pueda encontrar trabajo, se haya conformado con esa situación, me parece denunciable. Eso sí que lo tiene la novela.

–El mundo de la prostitución masculina aparece con fuerza en el libro, una temática no habitual en la narrativa.

–Porque era poco habitual. Y es que el libro trata de un mundo marginal en el que los hombres. como tantas mujeres ahora, han tenido que vender su compañía.

–¿Es la prostitución masculina en su libro una metáfora de la realidad?

–Más que una metáfora, es una realidad. Hay gente que me ha ayudado. Son licenciados, personas muy preparadas que están haciendo de chicos de compañía a horas fijas. Porque no son gigolós, con una señora que se hace cargo del joven.

–¿Por qué un profesor de literatura venido a menos como protagonista?

–Pues porque también es otra decadencia añadida a la lista, la metáfora que decía usted. Estamos ante un momento en el que el papel está en vía de desaparecer, como una especie amenazada más. Quizás es una metáfora porque es el colmo de la inutilidad. ¿Para qué un especialista en los libros?

–¿Cómo ha sido la documentación para «Hombres desnudos»? ¿Cómo han sido sus conversaciones con esta gente?

–No te puedo decir quién me ha llevado allí, pero sí que he charlado con algunos de estos chicos. Todos ellos son guapos, hablan de vaguedades. He estado en fiestas con algunos de ellos, a veces. ¿Es chocante? A mí me chocaban estos chicos, pero ¿por qué motivo? Porque son chicos, si es una mujer, no. Hay un momento en la novela en que uno de los personajes, al que llaman «El concienciado», en un momento de bajón moral, le asegura «somos prostitutos». El otro le responde «no, eso son las mujeres».

–¿Hay alguna película o novela que le haya inspirado para su libro?

–Pues sí. El personaje de Matthew McConaughey en «Magic Mike» que se marca un «strip-tease» en esa película, un hombre entrado en años; que se marca ese desnudarse.

–¿Lograr el Premio Planeta supone también buscar un nuevo lector de Alicia Giménez Bartlett?

–Desde luego. El lector de novela negra, el de Petra Delicado, es muy «friqui» porque conoce todo con detalle, demuestra una gran fidelidad a las historias que escribes en la serie. Pero existen otros lectores que no tienen etiquetas.

–¿En qué piensa gastarse el dinero del Premio Planeta? ¿Ha pensado en algo?

–Aún no, pero será en alguna frivolidad. ¿Qué se yo? No lo sé... Mire, tal vez sea en unos zapatos Armani, pero me lo tengo que pensar todavía.