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De las dictaduras latinoamericanas al feminismo: reconstrucción gráfica de la denuncia social

El Museo Reina Sofía de Madrid ofrece, hasta el 13 de octubre, la exposición “Giro gráfico. Como en el muro la hiedra”, muestra que recoge la interpretación artística de episodios acaecidos entre 1960 hasta la actualidad en América Latina, Estados Unidos y Europa
Museo Reina Sofía

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No hay transformación social sin denuncia, ni avance sin activismo. A lo largo de la historia, en cada rincón del mundo, se han producido injusticias de toda índole que han provocado una necesaria protesta a nivel social. Demandas que, por supuesto, se han reproducido en el arte, herramienta fundamental a la hora de remover conciencias. En 2014, 43 estudiantes mexicanos desaparecieron mientras se dirigían a una marcha conmemorativa de la matanza de Tlatelolco, en 1968. Durante los últimos años, el Black Lives Matter ha resurgido con fuerza ante el aumento de asesinatos de personas afroamericanas en Estados Unidos. Recientemente, Argentina celebraba la tan perseguida despenalización del aborto. Entre otros, estos conflictos en busca de la igualdad y la justicia se han visto reflejados en el arte, y ahora el Museo Reina Sofía de Madrid recoge estas reivindicativas obras en una exposición: “Giro gráfico. Como en el muro la hiedra”.
Desde mañana hasta el 13 de octubre, el espacio madrileño propone una “cartografía de lo que ocurre en el arte de Latinoamérica desde los años 60 hasta la actualidad”, ha explicado esta mañana el director del museo, Manuel Borja-Villel, en una rueda de Prensa. Un material, por tanto, que ha servido como herramienta de denuncia y de transformación social en América Latina y Estados Unidos. Desde carteles a pancartas, camisetas o pañuelos se reúnen en esta muestra, que exhibe un amplio abanico de materiales utilizados por movimientos por la memoria de las víctimas de las dictaduras latinoamericanas, pro-derechos indígenas, activismos queer y feminismos, entre otras reivindicaciones sociales, así como intervenciones en el espacio urbano, como podrían ser las obras que se recogen en una de sus salas: “Cuerpos gráficos” reúne un conjunto de acciones que proponen el cuerpo como soporte de la gráfica. Una serie de prácticas realizadas en la calle a modo de denuncia, como las realizadas por la chilena Luz Donoso a finales de los 70 y principios de los 80, durante la dictadura de Pinochet, en su proyecto “Calados”, donde señalaba lugares concretos que habían funcionado como centros de detención y tortura.
Entre los sucesos que se aglutinan en la exposición, también figura el mencionado de los 43 estudiantes desaparecidos en 2014. Aún sin esclarecer, este acontecimiento generó numerosas reacciones por parte de la sociedad, tanto mexicana como extranjera. Y así se muestra en la obra “Papalotes de los desaparecidos”, de Francisco Toledo, que recoge en 43 cometas los rostros de los jóvenes desaparecidos que él mismo hizo volar por las calles de Oaxaca. Una iniciativa que busca ni ocultar ni olvidar este suceso, de la misma manera que ocurre con las obras que se reúnen en la sala “Persistencias de la memoria”: destaca el cartel de Natalia Iguiñiz, “Mi cuerpo no es el campo de batalla”, a través del cual denuncia la violencia sexual acaecida en Perú durante la dictadura de Fujimori.

Desafío al poder

Esta muestra constituye una continuidad de un proceso de colaboración que inició el Reina Sofía a principios de la década pasada con Red Conceptualismos del Sur (RedCSur). Con esta plataforma, que busca “actuar en el campo de disputas epistemológicas, artísticas y políticas del presente”, realizaron una exposición entre 2012 y 2013, titulada “Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina”. Ahora, recuperan estas investigaciones con esta nueva exhibición, que también contiene obras centradas en episodios acaecidos en Europa: por ejemplo, incorporan campañas internacionalistas de denuncia de violaciones de derechos humanos y censura impulsadas por intelectuales radicados en países europeos.
“Con esta exposición se abre un debate sobre la percepción del espacio público y el arte callejero”, ha explicado Borja-Villel, ante lo que Ana Longoni, de RedCSur, añade que “para indagar sobre formas de acción gráfica callejera” se han investigado diez episodios que aglutinan casos diversos. La exposición es una de las múltiples aristas desde las que se puede visibilizar una investigación”.
En este sentido, no conciben el concepto “giro” como un desvío o un cambio de rumbo, sino que, tal y como detalla el equipo coordinador de RedCSur, lo toman “como revuelta, a la vez desafío al poder e inversión de lo dado”. Todo ello, a través de varios episodios investigados que se agrupan bajo los conceptos “Gráficas intempestivas”, “Arseñal”, “Cuerpos gráficos”, “La demora”, “Persistencias de la memoria”, “En secreto”, “Pasafroneteras”, “Territorios insumisos” y “Contracartografías”, salas que aglutinan y relacionan casos de todo tipo, con el objetivo de no responder a un relato lineal.
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