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Aceite y huevo: el ingrediente secreto de las pinturas de Da Vinci o Botticelli

Los grandes maestros de la historia del arte podrían haber utilizado una técnica clave, que permitía mejorar la calidad del óleo y evitar arrugas y su oxidación
"Lamentación ante Cristo muerto", obra de Botticelli
"Lamentación ante Cristo muerto", obra de BotticelliSandro Botticelli

Madrid Creada:

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No hay nada accidental en el arte. La perspectiva, el uso del color, las sombras, las luces, el trazo, la postura o mirada de sus protagonistas... todo lo que aparece en una pintura tiene un significado, sea relativo al contexto social, artístico, religioso o incluso económico de la época. Grandes maestros de la historia del arte, como Rembrandt van Rijn, Johannes Vermeer, Alberto Durero, Sandro Botticelli o Leonardo Da Vinci han escrito, a través de sus lienzos, nuestro pasado, haciendo llegar al presente la simbología y la evolución que ha definido al ser humano a lo largo de los siglos. En el arte nada es casual, todo tiene un por qué, y ello lo demuestra un reciente estudio publicado en "Nature communications", y titulado "Una visión holística del papel de la yema de huevo en las pinturas al óleo de los Viejos Maestros". En esta investigación, se concluye que los grandes artistas de la historia, como los mencionados, pudieron haber mezclado aceite y proteínas como la yema del huevo en sus pinturas, como técnica que busca mejorar la calidad de las pinturas.
En el estudio, se explica que con esta mezcla "se pueden lograr pinturas rígidas que permiten un empaste pronunciado, pero también se puede suprimir el endurecimiento de la pintura debido a la absorción no deseada de humedad del ambiente, dependiendo de la distribución del aglutinante proteico", así como añaden que "se puede suprimir la formación de arrugas ajustando un alto límite elástico. El huevo actúa como antioxidante". Si bien se conocía que muchos artistas de las épocas de Da Vinci o Botticelli se basaban en el temple al huevo de secado rápido para sus obras, se pensaba que estos artistas actuaban principalmente con aceite, sin utilizar proteínas. No obstante, este hallazgo arroja luz sobre una realidad de la que "hay muy pocas fuentes escritas, no hay ningún trabajo científico que se haya realizado antes para investigar el tema con tanta profundidad", asegura a "CNN" Ophélie Ranquet, autora del estudio y perteneciente al Instituto de Ingeniería de Procesos Mecánicos del Instituto de Tecnología de Karlsruhe, en Alemania.
"Virgen del clavel", de Da Vinci, ha sido analizada en el estudio
"Virgen del clavel", de Da Vinci, ha sido analizada en el estudioLeonardo da Vinci
"Nuestros resultados muestran que, incluso con una cantidad muy pequeña de yema de huevo, se puede lograr un cambio asombroso en las propiedades de la pintura al óleo, lo que demuestra cómo podría haber sido beneficioso para los artistas", añade la experta. Asimismo, han descubierto que usar yema de huevo permitía hacer pinceladas más gruesas, lo que conllevaba un uso de menor pigmento y, por tanto, un trabajo más económico, a la hora de pintar con, por ejemplo, el lapislázuli, un material bastante caro en aquella época.
Para la investigación, se han centrado principalmente en dos obras de arte. Por un lado, "La lamentación de Cristo" (1490-1495), de Botticelli, obra que se incluye en las Colecciones de Pintura del Estado de Baviera: "Aunque la carne y algunas cortinas están pintadas al temple de huevo, el primer plano de hierba y el fondo de la tumba de piedra están pintados con pinturas al óleo que contienen proteínas", explican los expertos. En este lienzo, añaden, "se revelaron mezclas de proporciones variables de proteína de huevo y aceite en las seis muestras de pintura analizadas, la mayoría de las cuales mostraban la apariencia de pinturas al óleo".
Por su parte, destaca el análisis de "Virgen del clavel", de Da Vinci, obra perteneciente a la Pinacoteca Antigua de Múnich, y que según los investigadores las arrugas en los rostros de María y Jesús podrían haberse evitado con el uso de yema de huevo. Estas arrugas "pueden ocurrir durante la transición de la pintura húmeda a la capa seca, y pueden deteriorar la calidad y apariencia de una pintura. Ocurren bastante rápido, en cuestión de días, y por lo tanto los artistas solían eliminar y mejorar las áreas", detallan.
En definitiva, este estudio "combina el conocimiento de la ciencia de la conservación, la reología y la química analítica para comprender de qué diversas formas los antiguos maestros como Botticelli, Da Vinci o Rembrandt podrían haber usado aglutinantes proteicos para modificar las pinturas al óleo", resumen. "Se muestra cómo los artistas podrían haber utilizado materiales proteicos para influir en el empaste de sus pinturas al óleo frescas, para superar problemas inesperados", concluyen.