Álex de la Iglesia

Álex de la Iglesia: «El móvil es una maravillosa pistola de rayos»

En «Perfectos desconocidos» se ríe «angustiado» de la privacidad en los tiempos del smartphone

Álex de la Iglesia: «El móvil es una maravillosa pistola de rayos»
Álex de la Iglesia: «El móvil es una maravillosa pistola de rayos»larazon

En «Perfectos desconocidos» se ríe «angustiado» de la privacidad en los tiempos del smartphone

Tres parejas y un soltero, una cena entre amigos y, allá fuera, un eclipse de luna. Hasta ahí todo bien. Hasta que alguien propone dejar los móviles sobre la mesa y jugar a conocer el secreto de los otros. Lo nuevo de Álex de la Iglesia es «Perfectos desconocidos», un «remake» de un exitoso filme italiano que mete el dedo en la llaga de la privacidad en los tiempos del smartphone.

–Algo muy potente tuvo que ver en esta historia para decidirse a hacer un «remake».

–No es mi manera de trabajar, pero fue leer el guión y morirme de la risa. Vi carcajadas con temas que me angustian: la relación con los de demás, con el entorno público, en las redes. Y cómo eso varía y modifica tu relación con los que quieres. El movil lo cambia todo.

–Nos expone más que nunca.

–Por ejemplo, presupones que la gente sabe que estás en un sitio determinado porque has colgado una foto. Esto ya es algo habitual, pero no existe un entrenamiento para saber cómo manejar esta situación. Hemos pasado de tener una relación con 50 personas a 500 o 5.000. Yo, en Twitter, me relaciono con medio millón. Eso cambia la manera de pensar, de trabajar, de comportarte. El móvil es un cambio maravilloso, pero no somos consciente, del poder de esta pistola de rayos. Hay secretos que preferiríamos no tocar y, sin embargo, lo que antes era un álbum de fotos lo publicas ahora para todo el planeta.

–Entonces, ¿es usted apocalíptico o integrado en esta revolución?

–Me sitúo en un término medio. Reconozco el terror pero no puedo evitarlo. Es criticar lo inevitable. No es algo negativo, sencillamente es diferente y hay que saberlo llevar.

–Los secretos de pareja en los que se basa el filme siempre han existido, pero es el «cacharrito» el que les da una nueva dimensión.

–Todo eso ocurría antes, pero no tenías tu cabeza en la mesa, un trozo de cabeza que alguien puede coger y mirar. Cosas como el historial de Google y los Whatsapp... El universo está aquí (señala a su móvil); esto es el Aleph...

–¿En qué se nota el «toque De la Iglesia» en este «remake»?

–Yo no sé quién es Álex de la Iglesia, ni puedo hablar de mí. Para entender un fenómeno hay que verlo desde fuera. Yo soy lo que hago, y otros tienen que juzgar.

–Dicen que, al no ser suyo el original, ésta es su película más contenida, menos esperpéntica.

–No sé, pero ya no puedo evitar reconocer que todo el mundo dice de mí que soy exagerado, extremo e histriónico. Será verdad. Comiendo lo soy, desde luego. Me paso con la sal y el picante. Tal vez cambie con la edad.