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Estreno

«La bala»: heridas aún sin sanar

Carlos Iglesias dirige esta historia sobre la memoria histórica de ambos bandos

Silvia Marsó y Carlos Iglesias son el dúo estelar
Silvia Marsó y Carlos Iglesias son el dúo estelar.

Los conflictos bélicos, desgraciadamente, no terminan cuando se firma la paz. Sus consecuencias se prolongan hasta que los descendientes de las víctimas ven finalmente sus memorias reparadas,sin importar el bando al que pertenecieran. Esta atmósfera conciliadora o «de reencuentro», como afirman sus integrantes, es la que impregna «La bala», la nueva cinta de Carlos Iglesias.

El realizador, como acostumbra a llevar a cabo en su filmografía, es también el protagonista y guionista del filme. Esta vez luce un alzacuello, pues se mete en la piel de un sacerdote que viaja a Rusia para encontrar el cuerpo de su tía María, enfermera de la División Azul, que emprendió una misión en la Unión Soviética en la que fue asesinada durante la II Guerra Mundial. Esta búsqueda en el siglo XXI no sólo servirá para excavar cuerpos, sino también secretos. Es el quinto largometraje que Iglesias firma, y casi se van a cumplir dos décadas desde que se estrenó su debut. «Un franco, 14 pesetas» fue su paso inicial para pavimentar un camino detrás de la cámara.

Películas de época

«En esencia, sigue siendo el mismo Carlos», confiesa al recordar su recorrido desde esa dirección novel. No es casualidad que un tema central de su carrera sean las historias de décadas pasadas, ya que asegura amar las películas de época. «Siempre he sido muy mal estudiante pero sacaba matrícula de honor en Geografía e Historia. Y conociendo la Historia entiendes de dónde venimos y adónde podemos ir». Apenado ante jóvenes e, incluso, adultos que desconocen nuestro pasado, su forma de intentar buscar cambios es el celuloide.

La película transcurre principalmente en el presente con pequeños flashbacks sobre los primeros años 40, que presentan una calidad cromática diferenciada y semejante al formato de «Kodak», con los que conocer la vida de la divisionaria. La actriz que la resucita es Paula Iglesias, hija del director. «Colaborar con mi padre en un trabajo de la profesión que nos apasiona es un sueño, y más cuando te haces mayor y cuesta encontrar cosas en común con la familia», atestigua la joven, que alaba el reto de mostrar poco tiempo en imagen a su personaje pero que su figura ronde durante todo el metraje.

Paula Iglesias, a la derecha, en uno de los flashbacks
Paula Iglesias, a la derecha, en uno de los flashbacks.

La indiscutible protagonista femenina es Silvia Marsó, que interpreta a Mercedes, una mujer con arraigados ideales que también busca «la verdad», como la artista establece: «Puede a veces rozar el despotismo porque es combativa», comenta, visiblemente emocionada. Sobre si existe en la vida real esa codiciada verdad, no se muestra tan segura. En esta sociedad, saciada de devastadores conflictos sin fin, «es una defensa vivir en la ignorancia», subraya.

Sin embargo, Carlos Iglesias y Silvia Marsó no quieren permanecer indiferentes. Porque son muy conscientes de la polarización que vivimos. Con este pequeño grano de arena cinematográfico pretenden calmar mares embravecidos. «Intento hermanarnos en historias, en las que hemos sufrido todos, para que así podamos abrazarnos y curarnos de la herida sangrante», dicta el cineasta.

Ambos coinciden en que tenemos que rescatar la bala que como humanos seguimos teniendo incrustada: la revisión histórica. «Todas las ideologías confluyen en ella», afirma ella. «Es fundamental que recuperemos todos los cuerpos que han quedado tendidos en cunetas y merecen toda la humanidad», concluye Iglesias.