Crítica de cine

«Los milagros del cielo»: El árbol de la vida

Dirección: Patricia Riggen. Guión:Christy Beam y Randy Brown. Intérpretes: Jennifer Garner, Martin Henderson, Brighton Scharbino. EE UU, 2016. Duración: 109 min. Drama.

La Razón
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Christy (una eficiente Jennifer Garner) y Kevin (Martin Henderson) son muy religiosos y padres de tres niñas, con las que viven en un rancho de Texas. Annabel, una de ellas, enferma extrañamente y, tras no pocos diagnósticos fallidos, los médicos aseguran que padece un anómalo e incurable trastorno gastrointestinal que puede causarle hasta la muerte. Y solo tiene diez años. Su madre, sin embargo, no piensa darse por vencida jamás y decide hacer cuanto pueda por salvarle la vida. Lo que no entraba en los planes de nadie es que la niña sanara poco después de manera milagrosa. Basada en una historia real (ese cartelito al inicio de la película que lo certifica y siempre nos provoca un poco de recelo), la película se adscribe cómodamente y sin complejos dentro del cine religioso y nunca oculta su abierta apuesta por la fe ante dilemas o momentos tan dolorosos como el que plantea el filme e incluso aunque la razón, la medicina, lo niegue, y por la intervención de fuerzas sobrenaturales, divinas, en la vida de hombres y mujeres. Aunque intenta evitarlo, a veces Patricia Riggen («La misma luna», «Los 33») cae un poco en lo cursi, en la sensiblería, pero el mensaje de esperanza que para los creyentes contiene la cinta prima por encima de cualquier tropiezo, digamos, más terrenal. En ocasiones, sí, las plegarias son atendidas.