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10 razones por las que debemos estudiar cada época de la Historia de España

Desde Al-Andalus hasta el barroco español, pasando por la Ispanya fenicia o la Universidad de Salamanca, estos son los motivos por los que es necesario conocer el pasado de nuestro país

Cuadro de “La rendición de Breda” o “Las lanzas”, de Velázquez
Cuadro de “La rendición de Breda” o “Las lanzas”, de Velázquezlarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@e4c5a58

Somos gracias y pese a lo que fuimos, y es por ello que cada detalle de la historia cuenta. No existe pasado partidista ni interesado, sino que su conocimiento íntegro depende de nuestra iniciativa por conocerlo, independientemente de ideas o movimientos propios. Es por esto que este diario, desde que el Ministerio propuso una asignatura de Historia Universal y de España que selecciona en lugar de englobar, ha venido resaltando los aspectos relevantes del pasado de nuestro país, así como por qué es importante conocerlo desde su principio. Es cierto que resulta complejo resumir algo tan amplio como la historia en unas breves páginas de un libro de texto, pero no por ello se debe excluir o seleccionar sus epígrafes. A partir de una recopilación de artículos publicados por LA RAZÓN, enumeramos 10 razones por las que es importante estudiar la Historia de España, en todas y cada una de sus épocas.

1. El borrador del Ministerio está planteado para afrontar “los retos que nos plantea el siglo XXI”, es decir, que el alumno tenga una argumentación histórica con la que acompañar a los problemas recientes. Ante esto, quedan excluidos como “saberes básicos” la Hispania romana, la visigoda, Al-Andalus, la Reconquista, los reinos peninsulares, los Reyes Católicos y los Austrias, a pesar de su trascendencia en la historia mundial. La escuela no debería ser una fábrica de jueces morales, sino el acompañamiento en la formación como persona de cada uno.

2. Es fundamental estudiar los pueblos que pasaron por la Península Ibérica para entender quiénes somos: íberos, celtas, tartesios, turdetanos, vacceos, cántabros, vascones... La literatura y la historia romanas no serían lo mismo sin Hispania, lo que intensifica el hecho de que la historia antigua de nuestro país sea totalmente irrenunciable en los planes de estudio.

3. El castillo islámico de Gormaz (Soria), la Alhambra de Granada o la ciudad califal de Medina Azahara desaparecen con el plan de estudio planteado por el Gobierno. Se elimina del proceso formativo el conocimiento de elementos críticos de la única sociedad islamica en Occidente. Además, con la supresión de Al-Andalus se elimina el estudio crítico de la identidad española, y se obvia la necesidad de cambiar estereotipos negativos que emergen en determinados sectores sociales en torno a la percepción de lo musulmán. Además, se olvida la importancia de la mezcla de culturas que se produjo en la Península.

«Recibimiento de los Reyes Católicos a Colón», de Ricardo Balaca (1844-1880)
«Recibimiento de los Reyes Católicos a Colón», de Ricardo Balaca (1844-1880)larazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@e4c5a58

4. Si este proyecto de ley prospera, casi nada sabrá un estudiante sobre España en América, o sobre España en Europa, así como tampoco sobre la Spania bizantina o la Ispanya fenicia. ¿Saben las autoridades que la historia inmediata deriva de la más antigua? Eliminar del Bachillerato la Historia anterior a 1812 es formar un país repleto de ignorancia y narcisismo.

5. No podemos entender hoy a España sin conocer la Ilustración. No hay vuelta de hoja, pues hoy lo que sabemos, conocemos o incluso pensamos, está de alguna manera influido por lo que nos inculcaron Voltaire, Rousseau o Diderot. España fue en el Siglo de las Luces una de las grandes potencias del planetapor su conocimiento, pues fue clave gracias a la intelectualidad de Félix de Azara, Gaspar Melchor de Jovellanos o Lorenzo Hervás.

6. Otro periodo damnificado es uno tan amplio e importante como el de la Edad Media. Los alumnos verán este periodo, clave para entender tanto problemas como ventajas de la España actual, tan solo con doce o trece años, y nunca más. Y eso condena al desconocimiento, por ejemplo, de cómo surgieron las actuales lenguas de España, así como de cómo se conformaron las unidades políticas que continúan marcando a nuestro país, como es la Corona de Aragón, la de Castilla o el reino de Navarra.

Alhambra
AlhambraJON NAZCAREUTERS

7. Kant afirmaba que las ciencias “humaniora”, es decir, las Humanidades, conferían al hombre “refinamiento ya apacibilidad”, le hacían más humano. Sin embargo, el Gobierno renuncia a ellas y no las contempla, privando a nuestros estudiantes preuniversitarios de conocer algunas de las más sublimes creaciones del hombre y algunos de los más singulares episodios de nuestra Historia.

8. Entender los momentos de convivencia de judíos, musulmanes y cristianos en los reinos hispánicos, así como los de sus desavenencias, puede ayudarnos a comprender nuestra sociedad, de tal manera que no repitamos errores y nos inspiremos en ciertas soluciones. En nuestra península convivieron tres alfabetos con los que escribieron autores hoy estudiados por todas las facultades de Filosofía del mundo, por lo que sin el conocimiento de ellos no es fácil valorar de manera crítica el mundo contemporáneo.

Luis de Góngora
Luis de GóngoraArchivoArchivo

9. España es, con Italia y Francia, uno de los países donde el Renacimiento fue más esplendoroso: basta ver nuestra arquitectura, literatura o música. Un patrimonio que hoy da de comer a millones de españoles gracias al turismo, pero que sin embargo se elimina su estudio. Se desconocerán obras fascinantes como la Universidad de Salamanca, así como las creaciones musicales de Francisco Morales o los versos de Juan del Encina.

10. España es casi imposible de entender sin el Barroco, uno de los periodos históricos más deslumbrantes de nuestra historia, tanto por la literatura de Quevedo, Lope de Vega o Góngora, como por la pintura de Murillo, Zurbarán o Ribera. Vemos al Barroco español en la Semana Santa, así como en palacios reales, catedrales, plazas o iglesias. ¿Acaso nos conviene que en un futuro no se sepa situar o reconocer a una Menina o al propio Velázquez?