Pena de Muerte

Breve historia del “garrote vil”, el método de ejecución predilecto de los españoles

Las últimas ejecuciones realizadas en España con el garrote vil tuvieron lugar en el año 1974

Historia del garrote vil
Historia del garrote vilEfe

Hoy el debate se centra en la moralidad de la pena capital, pero no hace tanto que esto ni siquiera estaba sujeto a debate. En aquel momento, lo que sí estaba sujeto a polémica era cómo debía realizarse esa ejecución: si de una forma rápida y humana, que permitiese al condenado mantener cierta dignidad; o si era más conveniente dar ejemplo con su tormento. En esta tesitura, los españoles se decantaron claramente por el primer argumento. Por eso, durante muchos años, el método de ejecución predilecto en nuestro país fue el “garrote vil”.

Captura de pantalla de la película "El huerto del francés", del año 1978, donde se ilustra la ejecución por garrote vil
Captura de pantalla de la película "El huerto del francés", del año 1978, donde se ilustra la ejecución por garrote vilLa Razón

Origen del garrote

Para encontrar las primeras referencias a este ingenioso método de ejecución, tenemos que retroceder hasta la época del Imperio Romano. En aquel momento, el garrote era bastante menos sofisticado que en sus versiones modernas. Básicamente, consistía en una soga que pasaba por un poste; dejando a un lado el cuello del condenado que debía estrangular, y al otro, el torniquete que el verdugo accionaba para tensar la cuerda. Uno de los reos más célebres del Imperio Romano en morir mediante el garrote -que en aquella época se conocía como “laequs”- fue Publio Cornelio Léntulo; condenado en el año 63 a.C por conspirar contra la República.

Las siguientes alusiones al uso de este mecanismo lo podemos encontrar en algunos textos de la Edad Media. Aunque en aquel momento ya empezaba a acompañarle el apellido “vil”, referenciando a que se usaba para ajusticiar a los plebeyos. Y es que, los nobles morían con la “honrosa” decapitación... aunque con algunas excepciones. Es digno de mención -por ejemplo- el caso de Fabrique, cuyo hermano, el rey Alfonso X El Sabio, lo mandó liquidar con el garrote en el año 1227.

Otro de los ajusticiados más famosos fue Atahualpa. La leyenda cuenta que el emperador Inca había sido condenado a la hoguera. Pero al verse en esta difícil tesitura, suplicó que se cambiase su método de su ejecución. De acuerdo con su fe, el alma moría con el fuego, y no podría alcanzar la otra vida si era consumido por las llamas.

Grabado del siglo XIX que retrata la escena de la ejecución del emperador Atahualpa en Cajamarca | Dominio Público
Grabado del siglo XIX que retrata la escena de la ejecución del emperador Atahualpa en Cajamarca | Dominio PúblicoLa Razón

Al parecer, el cura Valverde, que estaba a su lado en el patíbulo que se había levantado en la plaza de Cajamarca, le ofreció ser bautizado como cristiano. De esta forma, su cuerpo podría ser enterrado con el rito cristiano. Así, la noche del 26 de julio del año 1533, los conquistadores despacharon al emperador utilizando el garrote; aunque ahora el emperador inca se llamaba Francisco, que era el nombre que había adoptado en el bautismo.

Problemas de diseño

En teoría, la causa de la muerte de aquel garrote primitivo era la rotura de cuello, lo que daba lugar a un coma cerebral y, por lo tanto, a una muerte instantánea. Pero a veces la práctica era bien diferente, y por diferentes motivos técnicos, se habría la puerta a que el reo pasase sus últimos momentos en este mundo sufriendo la larga agonía del estrangulamiento. Por eso, fue necesario refinar un poco el artilugio.

El garrote moderno -más conocido como “garrote de alcachofa”- se menciona por primera vez en el año 1651. El dispositivo ahora era metálico y se accionaba con una manivela que retraía una pieza móvil alrededor del cuello del condenado hasta que este era aplastado definitivamente contra el poste; haciendo que el reo falleciese rápido, sin sangre... y sin demasiado espectáculo.

Fotografía del "garrote de alcachofa" en el Museo de la tortura, en Friburgo de Brisgovia, Alemania / Lo de la alcachofa era una referencia al disco dentado que se colocaba al final del tornillo y que permitía que este se afianzase contra el poste al apretarlo | Fuente: wikimedia.org
Fotografía del "garrote de alcachofa" en el Museo de la tortura, en Friburgo de Brisgovia, Alemania / Lo de la alcachofa era una referencia al disco dentado que se colocaba al final del tornillo y que permitía que este se afianzase contra el poste al apretarlo | Fuente: wikimedia.orgLa Razón

Este artilugio permaneció inalterado durante los años siguientes... salvo por una notable mejoría que sí que es digna de mención: se incorporó un sistema de trinquete que impedía que el camino recorrido por la manivela pudiese retroceder, así el verdugo necesitaría menos fuerza para hacer lo suyo.

Implantación del garrote vil

Durante años, la horca fue el método de ejecución más común en España. Pero durante la invasión napoleónica, tanto el rey francés como las Cortes de Cádiz coincidieron en que el garrote era un procedimiento más rápido y menos degradante que la horca.

Grabado de Francisco de Goya (1746-1828) | Fuente: Archivo de Arte Español / Ministerio de Cultura y Deporte
Grabado de Francisco de Goya (1746-1828) | Fuente: Archivo de Arte Español / Ministerio de Cultura y DeporteLa Razón

Por un lado, se pensó que el garrote sería mucho más eficaz que el “ahorcamiento por caída larga” que se practicaba en Inglaterra. Que básicamente consistía en dejar caer al condenado desde una distancia considerable, lo que hacía que fuese más probable que muriera por rotura de cuello... y no por el ahogamiento. Sin embargo, eso no siempre ocurría. Además, el garrote no daba lugar a aquel deshonroso bailecito de pies.

Por otro lado, este artilugio permitía que el reo permaneciese erguido, en una posición mucho más solemne que la que tendría con la guillotina que estaba tan de moda en la Francia de aquella época. Es decir, se consideró que el garrote era el método de ejecución más humanitario posible... dadas las circunstancias. Porque en un abrir y cerrar de ojos, el verdugo mandaba al reo a la otra vida.

Sin embargo, el regreso de Fernando VII lo cambió todo. El rey no vio con buenos ojos lo que se había decidido en su ausencia, así que decidió dar marcha atrás y reinstaurar la horca como método predilecto para dar muerte a los condenados. Aunque aquello no tardo mucho. La presión social fue tanta que se vio en la necesidad de decretar la implementación definitiva del garrote vil en el año 1832.

Fotografía de una ejecución mediante el garrote vil en Manila en el año 1901. Filipinas continuó usando el garrote después de su independencia | Dominio Público
Fotografía de una ejecución mediante el garrote vil en Manila en el año 1901. Filipinas continuó usando el garrote después de su independencia | Dominio PúblicoLa Razón

Refinando la mecánica

Allá por el año 1880 apareció el “garrote de corredera”, que era un artilugio mucho más robusto y eficaz que el “de alcachofa”. Entre otras muchas cosas, esta variante del garrote incluyó la posibilidad de ajustar la altura, permitiendo que el verdugo lo colocase sobre la base del cráneo, que es una zona mucho más vulnerable y donde la médula se seccionaba con mucha más facilidad. Este era un problema que venía arrastrando el garrote de alcachofa; que actuaba sobre las cervicales inferiores del cuello, más robustas y resistentes a la presión. Tristemente, el garrote de corredera nunca fue oficial, y convivió con el de alcachofa hasta el final... a pesar de que era mucho más eficaz.

Otro mecanismo que también habría supuesto una notable mejoría y que nunca llegó a ser oficial fue una variante que los historiadores han atribuido a Gregorio Mayoral, verdugo titular de la Audiencia de Burgos entre los años 1890 a 1928. Al parecer, a Mayoral le resultó sumamente traumático ejecutar a una mujer. Él mismo describió la experiencia como un desastre, porque el diámetro del cuello de la condenada era bastante más pequeño que a lo que estaba acostumbrado, y eso alargó de más la ejecución.

Con el paso del tiempo, empezó a añadir algunas modificaciones que hacían que el garrote fuese mucho más eficiente en su labor. El modelo de Mayoral estaba formado por dos piezas, cada una situada a un lado del poste, y a diferencia del resto de garrotes, este actuaba en sentido contario. Es decir, que en vez de empujar el cuello del reo hacia el poste, lo que hacía era empujar la nuca hacia adelante. Lo que permitía que la presión se concentrase en las cervicales que debía seccionar... y no en la tráquea.

Fotografía del garrote vil que utilizaba Gregorio Mayoral Sendino | Fuente: Diputación de Cultura de Burgos
Fotografía del garrote vil que utilizaba Gregorio Mayoral Sendino | Fuente: Diputación de Cultura de BurgosLa Razón

Su diseño, según sus propias palabras, “no hace ni un pellizco, ni un rasguño, ni nada; es casi instantáneo, tres cuartos de vuelta y en dos segundos” el reo queda fulminado de inmediato. Mayoral utilizó el mecanismo en algunas ocasiones. Sin embargo, nunca se atrevió a compartirlo con los altos cargos de la administración de Justicia, porque no sabía hasta qué punto lo que había hecho se ajustaba a derecho.

Las últimas ejecuciones realizadas en Españacon el garrote vil fueron las de Salvador Puig Antich y Heinz Chez en el año 1974, a finales del franquismo. Aunque su uso estuvo legalmente vigente hasta la abolición de la pena capital con la Constitución de 1978; en la que quedaba reservada únicamente para la jurisdicción militar... un matiz que en el año 1995 también fue definitivamente eliminado.