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Desmontando el mito del saqueo de México: "Las mineras canadienses en este sexenio han extraído más oro y plata que los españoles en 300 años"

Se calcula que España extrajo, durante los tres siglos de presencia en México, unas 200 toneladas de oro. Desde 1821, año de la independencia, hasta hoy, la cantidad sería de 1.400 toneladas.
«La entrada de Hernán Cortés en México», obra de Augusto Ferrer Dalmau
«La entrada de Hernán Cortés en México», obra de Augusto Ferrer DalmauAugusto Ferrer Dalmau
La Razón

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Durante siglos, el oro ha sido símbolo de poder y riqueza, y pocas historias están tan llenas de mitos y leyendas como la del oro que los españoles trajeron de América. México, entonces la Nueva España, fue una de las principales fuentes de esta riqueza, y desde la llegada de Hernán Cortés en 1519 hasta el fin del dominio español en 1821, toneladas de oro cruzaron el Atlántico hacia Europa. Sin embargo, muchas de estas cifras están envueltas en relatos que distorsionan la realidad, alimentando lo que se ha dado a conocer como "la leyenda del oro" de los conquistadores.
Uno de los más destacados y conocidos historiadores mexicanos, Juan Miguel Zunzunegui, muy popular por su presencia en redes sociales, ha abordado este tema en sus libros y han sido muchos los vídeos subidos a Tik Tok o YouTube en los que habla de esta cuestión ofreciendo numerosos datos.
Así, asegura que "en 300 años de Virrenaito se extrajo el 7% del oro y la plata que se ha extraído en México hasta hoy [...]. Las mineras canadienses en este sexenio han extraído más oro y más plata que los españoles en 300 años". Asimismo, explica que el oro "aquí se quedaba y se convirtió en moneda universal y se construyeron pueblos, ciudades, universidades, acueductos... Son 300 años de construcción, no de saqueo". "Cuando llegan los castellanos, aquí las vetas de oro y plata no se explotaban, no había una próspera industria minera. Aquí había vetas que nadie explotaba y llegaron los castellanos y comenzaron a explotarlo, con lo que tampoco hubo robo. Y si por si todo eso fuera poco, no olvidemos que los mexicanos de hoy somos los descendientes de esos castellanos que se quedaron aquí, que se establecieron aquí y que sacaron oro y plata aquí. Narrativas para justificar la mediocridad".
Pero por seguir datos históricos, en este artículo, desglosaremos con precisión cuánto oro se extrajo de México durante los tres siglos de la conquista, cómo se compara con la producción aurífera moderna desde la independencia en 1821 hasta la actualidad, y exploraremos cómo estos números contrastan con la percepción popular. También discutiremos el impacto de las empresas extranjeras en la extracción de recursos mineros en México tras su independencia.
El periodo comprendido entre 1521, cuando la capital azteca Tenochtitlan cayó ante las fuerzas de Hernán Cortés, y 1821, cuando México logró su independencia de España, fue testigo de la extracción masiva de metales preciosos de América hacia Europa. De todas las posesiones americanas, México fue sin duda una de las fuentes más importantes de metales preciosos para el imperio español.
Durante este periodo, se estima que entre 180 y 200 toneladas de oro fueron extraídas de la Nueva España (actual México) y enviadas a Europa. Estas cifras se basan en registros históricos de los envíos oficiales de la Casa de Contratación de Sevilla, que supervisaba el comercio entre España y sus colonias. Sin embargo, es probable que la cantidad real fuera mayor si consideramos el contrabando y las remesas no documentadas.
Aunque el oro era valioso, la mayor parte de la riqueza minera de México durante la época colonial provino de la plata. Las cifras históricas indican que aproximadamente el 80% de los metales preciosos enviados a España desde América eran plata, mientras que solo el 20% correspondía al oro.
Uno de los grandes mitos de la conquista española es la idea de que el flujo de oro desde América a Europa era prácticamente inagotable. Sin embargo, cuando comparamos la cantidad de oro extraído de México durante los tres siglos de dominación española con la producción global de oro, vemos que esta riqueza, aunque considerable, no era tan desproporcionada como a veces se imagina.
Se estima que, en total, entre los siglos XVI y XIX, la producción global de oro fue de aproximadamente 4.000 toneladas. Así que, si tomamos la cifra más alta de las estimaciones (200 toneladas), esto representaría apenas un 5% del total de oro extraído en el mundo durante esos años. Esta cantidad, aunque significativa, no corresponde a la idea de una bonanza inagotable que a menudo se asocia con la leyenda del oro de los españoles.
Además, es importante recordar que la minería del oro en la Nueva España enfrentó limitaciones tecnológicas y organizativas. Aunque se implementaron técnicas avanzadas para la época, como el uso del amalgamado con mercurio para separar el oro de otros minerales, el volumen de producción nunca fue tan alto como el de la plata, que dominó el sector minero durante la mayor parte del periodo colonial.
Tras la independencia en 1821, México comenzó a establecer su propia industria minera, pero el contexto internacional y los cambios económicos condujeron a una mayor participación de empresas extranjeras en la extracción de oro y otros recursos minerales. A lo largo del siglo XIX y principios del XX, las compañías mineras de Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países comenzaron a operar en México, modernizando la industria y aumentando la producción aurífera.
Entre 1821 y la actualidad, se calcula que México ha producido aproximadamente 1.400 toneladas de oro, lo que representa un aumento significativo en comparación con el periodo colonial. Este crecimiento es atribuible a avances tecnológicos en la minería, como el uso de maquinaria pesada, técnicas modernas de refinación y la explotación de yacimientos a mayor profundidad.
Actualmente, México sigue siendo uno de los principales productores de oro del mundo. Según datos recientes del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), México es el noveno mayor productor mundial de oro, con una producción de alrededor de 110 toneladas anuales. Esto refleja cómo la industria minera ha evolucionado y cómo las empresas extranjeras, en particular, han desempeñado un papel crucial en el desarrollo del sector.
Desde la llegada de las primeras compañías extranjeras a México en el siglo XIX, estas han jugado un papel fundamental en la explotación de los recursos auríferos del país. Durante la era porfiriana, en particular, se otorgaron numerosas concesiones mineras a compañías extranjeras, lo que provocó un auge en la extracción de minerales, incluido el oro.
Uno de los factores que facilitó la entrada de capital extranjero fue la falta de tecnología y recursos locales para explotar de manera eficiente los yacimientos. Empresas como la American Smelting and Refining Company (ASARCO) y Peñoles se convirtieron en actores clave en la industria minera mexicana, impulsando la producción de metales preciosos a través de inversiones en infraestructura y tecnología.
En la actualidad, algunas de las principales empresas que operan en México en el sector aurífero son de capital extranjero, como Goldcorp (Canadá) y Newmont (Estados Unidos). Estas compañías explotan algunos de los yacimientos más grandes del país, como Peñasquito en Zacatecas y Los Filos en Guerrero, contribuyendo significativamente a la producción de oro de México.
Aunque la participación de empresas extranjeras ha sido beneficiosa en términos de aumentar la producción, también ha generado debates sobre la distribución de los beneficios económicos y el impacto ambiental. Las comunidades locales y organizaciones civiles han cuestionado si los ingresos generados por la minería están siendo repartidos de manera justa y si los costos ambientales de la extracción masiva son sostenibles a largo plazo.
Cuando comparamos las cifras de oro extraído por España durante los tres siglos de la conquista (200 toneladas) con la producción moderna desde la independencia (1.400 toneladas), podemos ver un aumento exponencial en la cantidad de oro extraído. Esto no solo refleja los avances tecnológicos en la minería, sino también el mayor interés y capacidad de inversión en el sector por parte de empresas extranjeras.
A pesar de esto, la imagen de España como un imperio que agotó las riquezas de México no es completamente precisa. Si bien es cierto que la colonización resultó en una extracción significativa de oro y plata, los recursos minerales de México continuaron siendo explotados a gran escala tras la independencia, y hoy en día el país sigue siendo uno de los principales actores en el mercado global de metales preciosos.
El relato del oro que los españoles trajeron de América está plagado de exageraciones y distorsiones históricas. A menudo se imagina que España extrajo cantidades incalculables de oro, pero la realidad es más matizada. Aunque la cantidad de oro extraída fue considerable, sobre todo en comparación con otros metales como el cobre o el estaño, palidece en comparación con la producción moderna de oro en México.
Parte de esta leyenda tiene sus raíces en las crónicas de los conquistadores, que a menudo describían tesoros deslumbrantes, como el supuesto oro acumulado por el emperador azteca Moctezuma. Sin embargo, muchas de estas descripciones estaban influidas por el deseo de justificar la conquista y exaltar las hazañas de los exploradores ante la corona española. En realidad, la mayor riqueza de México no residía en sus tesoros ocultos, sino en la vasta cantidad de plata que se extraía de sus minas, especialmente en lugares como Zacatecas y Guanajuato.
El mito del oro español también ha sido perpetuado por interpretaciones posteriores, que ven la colonización como un saqueo masivo de los recursos americanos. Si bien no se puede negar que la conquista resultó en la explotación de los recursos naturales de México, el enfoque en el oro a menudo oculta la complejidad de las interacciones económicas y sociales que ocurrieron durante este periodo.

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