La evidencia de los vikingos como descubridores de América pierde fuelle
Los ataques a la figura de Cristóbal Colón de los últimos años tiene la intención de avivar la Leyenda Negra socavando la rica historia de España
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Asistimos en los últimos años los ataques contra la figura histórica de Cristóbal Colón. Presentan una doble intención, avivar la Leyenda Negra socavando la rica historia de España y afianzar la nebulosa sobre nuestra presencia en América y dejar hueco al relato anglosajón.
Encontramos tres fases bien diferenciadas. La primera comenzó en los noventa del siglo pasado, y esgrimía que el descubrimiento de América fue un encuentro entre culturas pares e iguales. Restaban mérito al viaje, quitaban importancia a la gesta de la invención de la navegación intercontinental y esgrimían de facto, que tecnológicamente las culturas precolombinas estaban equiparadas a los europeas.
El segundo envite generalizado con el cambio de milenio y promocionado desde las nuevas izquierdas latinoamericanas que ahora gobiernan el continente, es el centrado en eliminar la presencia de Colón en la historia. Se amparan en el falso relato anglosajón del genocidio, al tiempo que ayudan a blanquear las tropelías primero de ingleses y luego de norteamericanos como el que vemos en las tramas de las películas del oeste o el expolio del oro y el petróleo de México del que acusan a España, empero que ahora queda del lado gringo en Texas y California. No obstante, será difícil borrar el nombre del descubridor con la existencia de un país llamado Colombia, al tiempo que la academia ya estaña respondiendo con autores como José Manuel Azcona o Marcelo Gullo.
La tercera fase comenzó hace un par de décadas, perdió fuelle, y tras cambiar el enfoque emerge ahora con fuerza aprovechando modas y tendencias. Se trata de sembrar la duda sobre la autoría del descubrimiento afirmando que Colón no fue el primero en llegar a América. Esta idea comenzó con un figurado viaje del famoso almirante chino Zhen He, literaturizado como Simbad el Marino. Para ello se le atribuyó un supuesto mapa de la costa oeste de América que resultó ser una autentica antigüedad falsa. A la historia del mapa fake chino se suma la idea de un oficial de la armada británica que con la intención de hacer un best seller afirma sin evidencias en un libro no académico que los chinos llegaron a América en 1421. No obstante, la repetición de estas dos ideas falsas sirve para que con cierta regularidad los medios de comunicación ingleses lancen titulares sembrado la duda sobre la gesta de Colón, especialmente en fechas cercanas al 12 del octubre.
Como la historia de los chinos no prosperó, ahora pretenden bajar del podio a Colón por la vía vikinga, cultivando la moda que está despertando aquel periodo como podemos ver en las series de Netflix. La intención es colocar a Leif Erikson como descubridor de América. Comenzaron apoyándose en las sagas de los islandeses, unos relatos literarios escritos en la Edad Media que cuentan como aconteció la repoblación de Islandia. La arqueología tradicional se había apoyado en estas sagas para establecer conclusiones. Empero ahora emergen voces académicas que proponen tratar estos relatos medievales como obras ficcionadas más que como fuentes históricas. Relatos novelados medievales sobre la historia de los pueblos los encontramos en otros lugares de Europa, y no tienden a tomarse como fuentes históricas. Sirvan como ejemplo el Códice Calixtino de Galicia, o el Lebor Gabála Érenn en Irlanda.
Igual que los chinos tuvieron su mapa falso de las costas americanas, a los vikingos se le atribuyó otro. Se trata del mapa de Vinlandia, una región indeterminada de las sagas nórdicas que intentan situar intencionadamente en la costa este del actual Canadá. El mapa fue adquirido por la Universidad de Yale a mediados de la década de los sesenta, y presentado a bombo y platillo como la primera representación de América. Parece que la Universidad pagó más de un cuarto de millón de dólares del momento en través de una rocambolesca historia. En la trama encontramos los negocios turbios de las antigüedades de antaño y un robo de libros y manuscritos a la Seo de Zaragoza. Aunque desde el momento el mapa ya levantó controversias, en 2021 la propia universidad confirmó que el documento era un fraude, y que lo iban a conservar precisamente como ejemplo de engaño intencionado.
Con la determinación del mapa como falso, las voces académicas que señalan que las sagas islandesas son más ficción que historia, sin registros y con fundamentos poco sólidos, nos debemos a la arqueología con sus posibles errores para que poco a poco vaya calando en el imaginario colectivo que los vikingos hicieron lo que Colón varios siglos antes. En la puerta de la famosa iglesia pixelada de Reikiavik (que suele confundirse con la catedral), el vikingo goza de una estatua en la que se describe la hipotética gesta que dan por válida sin miramientos ni tibiezas en museos y exposiciones de Islandia y otros países europeos.
Empero lo sorprendente de todo ello, es que esta idea errónea cobra tanta fuerza en el universo digital que la inteligencia artificial de Chat GPT la constata. Así que hoy un nativo digital autodidacta que se apoye en Chat GPT crecerá con la realidad distorsionada de la inteligencia artificial. El terreno ya está abonado. Cuando en el siglo XIX muchos lugares de España peleaban por ser cuna del almirante Cristóbal Colón, ahora las nuevas ideologías, como el wokismo, pretender renegar del almirante y borrarlo de la historia como en un universo Orweliano.