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Ópera
La ‘Lady Macbeth’, de Shostakóvich, toma el ‘soviet’ de La Scala
La obra, que venía precedida de rumores de polémica, arranca largos y unánimes minutos de aplauso

La feroz y pasional 'Lady Macbeth de Mtsensk’ por la que Dmitri Shostakóvich padeció la censura soviética hace casi un siglo, se ha cobrado esta noche de domingo su venganza, recogiendo el aplauso de La Scala de Milán en la inauguración de su temporada lírica. Al caer el telón, el público rompió en un sonoro aplauso durante diez minutos, y que llegó incluso del gallinero, donde siempre se parapetan los más puristas dispuestos a abuchear al menor patinazo.
Los elogios iban dirigidos a la protagonista, la soprano estadounidense Sara Jakubiak, pero también para el tenor uzbeko Najmiddin Mavlyanov, en el papel de su amante, y el bajo bielorruso Alexander Roslavets, su tiránico suegro. No obstante, el aplauso más especial fue para el director, Riccardo Chailly, que tras una década al frente de su orquesta se despide de esta institución.
Esta 'Lady Macbeth' siempre ha tenido fama de "escandalosa" por los temas que aborda y, por eso, en la función del jueves, reservada al público joven milanés, se mostró antes de empezar una advertencia sobre el contenido "sensible" de la trama. "Todo lo que puedo decir sobre la 'Prima' es: ‘abróchense el cinturón’", advirtió en la presentación de la obra la soprano, que ya interpretó este papel el año pasado en el Liceu de Barcelona.
Una obra maldita
'Lady Macbeth de Mtsensk' (1934) es la triste historia de Katerina L'Vovna, esposa de un rico mercante de la Rusia decimonónica que, para evadirse de su aburrida existencia, vive un idilio tórrido y desbocado con un sirviente, Sergej, desencadenando el crimen y la desgracia en su propio hogar. El personaje nació en una novela de 1865 de Nikolái Leskov, inspirado por una noticia real, pero, dado su enorme éxito, acabó adaptado a lírica por Shostakóvich, que aspiraba a crear un tríptico sobre las condiciones de vida de la mujer rusa.
La ópera se estrenó un 22 de enero de 1934 en San Petersburgo, por entonces Leningrado, e inmediatamente cautivó a las masas soviéticas por el crudo realismo con el que mostraba el sexo, la miseria y la muerte. Pero la 'Lady Macbeth' de Shostakóvich pronto conocería las fauces de la censura. En 1936 el dictador Stalin asistió a una función y, dos días después, un artículo anónimo en el 'Pravda' la sentenció con una frase para la posteridad: "Caos en vez de música". Aquel epitafio hizo que la obra cayera en el ostracismo hasta que en 1963 su compositor accediera a enmendarla en una versión más mojigata.
La Scala ha elegido su versión original y más descarnada para abrir esta noche su temporada, para su prestigiosa ‘Prima’, aunque ya la ofreció en su programa en 1992 y 2007.
Escenas ¿sensibles?
Esta tarde, instantes antes de que la función diera inicio, en los monitores del teatro apareció una advertencia: “la obra incluye escenas que pueden herir la sensibilidad”. Naturalmente no faltaron las previsibles escenas de sexo, apuñalamientos, envenenamiento, violaciones y todo tipo de crímenes y abusos… pero la verdad es que, al final, el público murmuraba que tampoco había sido para tanto.
A buen seguro todo el mundo salió ileso del teatro, pero también con el recuerdo de esta mujer que mató a su opresora familia por un hombre y acabó pagando las consecuencias en un frío páramo. La puesta en escena del director ruso Vasily Barkhatov, muy cinematográfica, evoca la estética de la esfera soviética, aunque sin recurrir a sus símbolos.
Sobre el escenario, la trama criminal transcurre en un comedor con lámparas ‘art decó’ o en edificios brutalistas que aparecen y desaparecen ante el público, todo con un claro sabor a superproducción. Quizá la idea del director era devolver a esta ‘Lady Macbeth’ al tiempo en el que fue rechazada por el poder rojo, justo en el 50 aniversario de la muerte del compositor.
Velada rusa
Como cada año, esta noche de San Ambrosio, el teatro ha colgado el cartel de 'lleno' y atraído a numerosas damas y caballeros de la rica burguesía milanesa con sus mejores galas, empresarios, políticos y rostros conocidos del mundo del espectáculo. La gran ausencia fue la del presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, y le sustituyó en el palco de honor, decorado con flores para la ocasión, la senadora vitalicia Liliana Segre, superviviente del Holocausto.
El ruso volvió a sonar así en La Scala a pesar de las tensiones entre Europa y Rusia por la guerra con Ucrania, ya que este famoso teatro no quiere renegar de la inmensa cultura rusa. Ya en 2022, a pocos meses del inicio de la guerra, la obra de apertura elegida fue el 'Boris Godunov' (1874), de Modest Músorgski, un gesto cultural de alto valor simbólico. "El arte es soberano por encima de todo soberanismo", ha recalcado el nuevo superintendente de la institución, Fortunato Ortombina.
Sea como fuere, el estreno de esta ‘Lady Macbeth’ y las reservas de otras seis réplicas ya ha generado “el mayor ingreso” de la larga historia del teatro, de 2,6 millones de euros.
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