Juan Scaliter

Las 10 claves que harán la moda sostenible y sin temporadas

En apenas 20 años ha sido una de las industrias que más ha cambiado y se ha adaptado a las nuevas tecnologías. Imaginamos cómo lo ha hecho

Una colección de Karl Lagerfeld para Chanel que ya hace años adivinaba la futura colaboración entre moda y tecnología
Una colección de Karl Lagerfeld para Chanel que ya hace años adivinaba la futura colaboración entre moda y tecnologíalarazon

En apenas 20 años ha sido una de las industrias que más ha cambiado y se ha adaptado a las nuevas tecnologías. Imaginamos cómo lo ha hecho.

Las colecciones, semanas de la moda y tiendas físicas ya son aves en peligro de extinción. La moda se ha plegado, sin costuras, a la tecnología y tanto las grandes marcas como los diseñadores más exclusivos han usado algunos de estos 10 principios para convertirse en una de las mayores industrias del planeta.

1. «Blockchain»

El uso de «blockchain» en la moda ha permitido que todos los implicados en la cadena de producción, desde el suministro de materia prima, los artesanos, los diseñadores, los vendedores... todos firmen con su nombre la prenda y de ese modo los compradores tienen a su disposición una suerte de etiqueta nutricional de los responsables y así podían seguir a sus favoritos en otras casas.

2. Sostenibilidad

El uso de «blockchain» también ha permitido rastrear qué materias primas se han empleado, su procedencia, tratamiento y los químicos y ensayos (con o sin animales) que se han hecho con ellas. Del mismo modo, la etiqueta lleva el impacto ambiental de cada prenda.

3. Los nuevos diseñIAdores

La inteligencia artificial ya comenzaba a ser usada en 2020 cuando Google hizo sus primeras incursiones con el Proyecto Muze, un experimento que implementó en colaboración con la plataforma de moda alemana Zalando. El proyecto entrenó una red neuronal para comprender los colores, las texturas, las preferencias de estilo y otros «

parámetros estéticos», derivados de los informes de tendencias de la moda de Google, así como los datos de diseño obtenidos por Zalando. A partir de ahí, el Proyecto Muze utilizó un algoritmo para crear diseños basados en los intereses de los usuarios. Hoy es habitual.

4. Microtemporadas

Durante décadas, por no decir siglos, la moda se ha dejado gobernar por una biestacionalidad que marcaba las principales tendencias. Las ventas online, el cambio climático (ya nadie puede confiar en un verano o invierno «al uso») y los gustos particulares, han hecho que la mayoría de las casas lancen decenas de colecciones por año. En 2020 la tienda online Topshop presentó unos 400 estilos por semana en su sitio web.

5. Económica

La producción local de moda, liderada por pequeños diseñadores locales, con materia prima de la zona, ha reducido el precio. Al mismo tiempo, los desechos son menores, ya que todo se utiliza para la siguiente temporada, incluso telas y accesorios de grandes firmas.

6. Personalización

Cuando todo el mundo, o casi, compra online, las tiendas físicas debían encontrar una alternativa que hiciera que los consumidores los visitaran. Las impresoras 3D hicieron esto, permitiendo que la tienda, donde solo se vendían prendas, se convirtieran en un espacio multifuncional donde la gente puede pasar horas mientras espera que su propio diseño se imprima.

7. Materiales inteligentes

El uso de sensores en los tejidos ha permitido convertirlos en sistemas que analizan de modo constante nuestra salud, pueden liberar dosis de medicamentos (por ejemplo insulina para diabéticos), responden a nuestro estado de ánimo cambiando de color y hasta de forma, interactuando con las hormonas presentes en el sudor.

8. Robots

El uso de maquinaria inteligente en la industria de la moda es habitual en muchos sectores, excepto en el área de costura, ya que los robots tienen dificultades para trabajar con telas flexibles y elásticas...o al menos lo era una década atrás. Los avances en robótica de precisión se han infiltrado en la confección de prendas de vestir para lograr una precisión submilimétrica, muy valorada principalmente en el área deportiva, por ejemplo.

9. Moda guerrilla

Llevamos ya tres años viendo cómo las tiendas de moda más revolucionarias abren sus puertas apenas una semana y en sitios inesperados: fábricas abandonadas, estaciones de metro y hasta en el medio de la montaña. Allí, durante un breve lapso de tiempo, se exponen las colecciones más deseadas y solo accesibles no a los adinerados sino a los que logran resolver la enigmática cartografía del lugar.

10. De la propiedad al uso

Al igual que internet afectó a la manera en qué consumimos música y cine, pasando de coleccionar CDs o DVD a suscribirnos a Spotify y Netflix, la moda también recibió esa influencia: ahora se compra para usar, adaptar y cambiar o revender.