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Un pedazo de la Segunda Guerra Mundial en una caja fuerte

La periodista Alexandra Ciniglio desgrana en «Los papeles secretos de Pape» el terror de la Shoá que revelan unos documentos pertenecientes a la familia de Eva Leitman-Bohrer
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En una época en la que hay quienes pretenden borrar el pasado, la nueva obra de Alexandra Ciniglio resurge como una llamada de atención. La periodista panameña está convencida de lo que dijo Charles Darwin: «La historia se repite. Es uno de los errores de la historia». Por ello defiende que lo que relata en su nuevo libro «Los papeles secretos de Pape» (Nagrela) «contribuye a que nunca volvamos a permitir algo así. En el caso de la Shoá, estamos obligados a contar y repetir cuantas veces sea necesario lo que ocurrió. Porque cada uno de esos seis millones de judíos asesinados eran mucho más que un número. Ojalá nunca olvidemos cuán bajo podemos llegar a caer los seres humanos». En el libro, partiendo de una profunda documentación histórica y una investigación rigurosa, narra «una historia familiar que nos presenta la Hungría de la primera mitad del siglo XX, con su pujante economía, su exquisita cultura, sus proezas científicas; que lograba todo eso con un significativo aporte de su comunidad judía. Pero también permite conocer la Ciudad Internacional de Tánger en la guerra y la posguerra, así como la España de esos años y cómo la familia de Eva Leitman-Bohrer logra sobrevivir y recomponerse, a pesar de los trágicos eventos que padecieron, como la forma más sublime de derrotar a la maquinaria de la muerte nazi». Estas palabras son de Ciniglio quien, en una conversación con LA RAZÓN, explica la importancia de este pedazo de la Segunda Guerra Mundial que descubrió en una caja fuerte.
«Estaba presentando mi primer libro en el Centro Separad-Israel de Madrid, cuando Eva, de 72 años, me habló sobre el hallazgo de unos papeles secretos en el piso de sus padres. Pensé que se trataba de unos cuantos documentos, pero para mi sorpresa fueron cientos: certificados oficiales, correspondencia, anotaciones, fotografías, postales, pasaportes… Debo confesar que en ese momento me asusté», recuerda Ciniglio. Una serie de papeles en perfecto estado, que el padre de Leitman-Bohrer había guardado como un tesoro, «que habían sobrevivido a la ocupación nazi, a los bombardeos, a la persecución, al frío y, por supuesto, a los campos de la muerte». La periodista, junto con Leitman-Bohrer, inició un trabajo de documentación e investigación que se resumen en este ensayo, y que se narran bajo la voz de Eva. Un estudio que, asegura Ciniglio, «me llevó a descubrir detalles del holocausto húngaro que no imaginaba».
Eva nació en el momento en que los nazis iniciaron las llamadas «deportaciones» a los campos, «donde aniquilaron en unas cuantas semanas a medio millón de personas». Más allá de la historia de la guerra, para la periodista «lo más enriquecedor fue investigar la figura de Ángel Sanz Briz, un diplomático español poco conocido fuera de España pero que, sin lugar a duda, es un héroe de la humanidad. No hay palabras para describir su valor y su decencia». De hecho, apunta que la historia de la familia de Leitman-Bohrer que se plasma en estas páginas «no se podría contar sin España». Su abuela Rózsi, que logró salir de Budapest justo antes de que estallara la guerra, abrió un restaurante en la calle Jardines de Madrid, desde donde enviaba unas cartas gracias a las cuales su familia consiguió refugio por parte de Sanz Briz. «Por algo le llaman ‘’El Ángel de Budapest’', porque desinteresadamente y bajo su propio riesgo salvó a más de cinco mil judíos húngaros», apunta Ciniglio

Pasar página

Leitman-Bohrer sabía que su familia había sufrido aquella época, pero no que lo hiciera de tal manera. «Tras tres años trabajando, llegamos a la conclusión de que sus padres y sus abuelos, tomaron la decisión de pasar página, intentando no contaminar a sus hijos con el peso del sufrimiento vivido», explica la periodista. «Lo más impactante para Eva fue encontrar el Certificado de liberación de Mauthausen que lleva el nombre de su madre. Tuvimos que hacer un trabajo importante de validación de ese documento porque para ella, obviamente, era muy difícil aceptarlo». Así, el lector podrá descubrir «la fortaleza de sus protagonistas, quienes se aferran a la vida superando múltiples obstáculos». Y se refiere a Katy, la madre de Eva, y la abuela Rózsi, «para mí unas heroínas», continúa, «mi meta al escribir el libro era lograr una historia interesante y entretenida, pero que al mismo tiempo cumpliera con el rigor histórico que el tema amerita. Como periodista siento la necesidad de contar historias y, cuando se trata de situaciones tan terribles, la responsabilidad es aún mayor».