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Los españoles que resistieron en Mauthausen

En «J’attendrai», José Ramón Fernández y Emilio del Valle trasladan el campo de concentración nazi a las Naves de Matadero en memoria del tío del primero y de los 8.000 compatriotas que pasaron por sus barracones
Laura OrtegaTeatro Español

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Jorge Semprún dijo que cuando desaparecieran los testimonios directos de los supervivientes españoles de Mauthausen sería «el momento de la literatura». Y a ello se ciñó José Ramón Fernández para levantar «J’attendrai» («Esperaré»). «Una joya», en palabras de Natalia Menéndez, responsable del Teatro Español y de las Naves de Matadero, y Emilio del Valle, director del montaje que ocupará la Sala Fernando Arrabal hasta el 27 de diciembre. El autor crea aquí una obra en homenaje a su tío Miguel y, por extensión, a los 8.000 compatriotas que estuvieron en el campo de concentración nazi. También a toda esa gente que, después de vivir algo traumático, se quedan con cierto sentimiento de culpa.
Para Del Valle (que ya trabajó con Fernández en «La tierra»), «el texto es el protagonista» de una función donde «los vivos y los muertos conviven» en una suerte de realismo mágico que, para el director, «en el teatro da mucho de sí. Nos permite soñar con que la vida puede ser de otra manera». Muchas vueltas le dio el dramaturgo a una pieza que ya le rondaba por la cabeza a finales de los 90, pero que no dio por terminada hasta la primavera de 2014. Luego, en enero del 16, estrenaría en Francia un proyecto que define como «difícil porque no se si hay mucha gente que quiere oír hablar de estas cosas, pero entiendo que vale la pena que queden dichas para que no se olviden en el futuro».
Explica Fernández que es importante que la Historia se aborde «desde el presente. Si solo me dedicase a narrar un episodio de hace tiempo sería ceniza. Así lo intenté en el 96, pero lo deseché. Por eso mi reflexión actual sobre qué hacemos con la memoria de Mauthausen, en concreto, con la de los 8.000 deportados españoles que estuvieron allí. Está bien que quede escrito porque si no puede haber alguien que diga que estos españoles no existieron».
Tiene hoy el autor ese mismo miedo con la pandemia: «Como contaba el otro día el periodista Gervasio Sánchez, no ha quedado ni una fotografía de muertos. Por lo que con el tiempo será complicado de contar porque falta parte de la documentación». Con Mauthausen le pasó algo similar, «cuando me puse a escribir no había demasiada literatura, pero afortunadamente en los últimos años han surgido muchos textos de hijos y nietos que han recuperado la memoria de sus mayores». Todas esas hojas fueron las que invitaron a Fernández a indagar en el hecho y a desear que el montaje sirva para que otras personas se interesen por este caso concreto de la Segunda Guerra Mundial.
En «J’attendrai» se acude al campo nazi a través de la historia de amor entre dos jóvenes. «Si mueren dos enamorados es una tragedia, y juego con eso y con la amistad de él con otro muchacho», apunta el autor de un texto que no revisa la brutalidad del nazismo, sino la tragedia individual de los que sobrevivieron al miedo, al dolor y han vivido el resto de su vida con la culpa de haberse salvado, y con otro miedo «atroz»: el de ver la sospecha hacia tu persona en la mirada del otro, de los otros, de los que saben que tú has sobrevivido, porque, al fin y al cabo, algo malo habrías hecho para salvarte... Esa idea que Primo Levi desarrolló de «sobrevivir a base de coger el trozo de pan de mi compañero». De esta forma lo ha entendido Chema de Miguel, que, guiado por Emilio del Valle, sostiene su personaje con «la rabia sostenida en el tiempo de la persona que ha vivido con una culpa inconsciente y absurda». Y así se transmite en la obra: «Ese es Pepe, el republicano nonagenario que, en muchos momentos de su vida hubiera querido ser un héroe muerto más que un sospechoso vivo».
La pieza surge de la tragedia individual para extenderse a otras muchas iguales o parecidas, «la historia de todos los republicanos españoles que lucharon apoyando la resistencia francesa ante la expansión nazi y que fueron apresados en campos de exterminio, torturados, vejados, aniquilados y, en pocos casos, liberados por la derrota nazi en manos de los aliados», añade Del Valle de una obra que aborda el miedo, el dolor y la culpa. «Pero José Ramón [Fernández] no nos quiere hablar de esa memoria que recogen los historiadores, sino de la pequeña historia, de la familiar, y lo hace reconstruyendo la suya propia a base de libros, cartas, objetos, teatro [no el suyo, sino el de los otros] y humildad». «J’attendrai» es también «un homenaje a los muertos, a los vivos, a los que han escrito desde la verdad, a los valientes que se han atrevido a tratar el tema con la cultura...», enumera y cierra el director.
Dónde: Naves del Español (Matadero, Sala Fernando Arrabal), Madrid.
Cuándo: hasta el 27 de diciembre.
Cuánto: 20 euros.